Propongo la Gran Misión Manufactura Popular

Me decía un viejo de mi pueblo, "que aunque tenga buena puntería caerle a piedra a la mata, no es la mejor forma de tumbar el mago". Esa conseja también la podemos aplicar para algunos objetivos de la revolución bolivariana, que años tras años se intentan alcázar y siempre están allí, inalcanzables.

Después del intento del golpe de abril y el paro sabotaje se ha venido años tras años intentando pasar a un nuevo modelo en cuanto a las relaciones de producción que marquen el paso hacia una sociedad socialista.

Recuerdo que a través de PDVSA impulsamos la conformación de cooperativas con el fin de que los antiguos obreros de empresas contratistas cómplices del sabotaje, asumieran directamente el trabajo así como también en el área agrícola y de producción de alimentos.

¿Que paso?

Se crearon miles de cooperativas en su gran mayoría de servicios petrolero, cooperativas captadora de la renta petrolera, al poco tiempo vino lo que algunos advertimos aun cuando eso nos costo el calificativo de escuálidos, se creo un gran cementerio de cooperativas y las pocas que sobrevivieron se convirtieron en vulgares empresas contratistas que les fue mejor, porque así se aprovechaban de los privilegios de ley que les otorgaban a las cooperativas. Hubo muchas cooperativas pero no había cooperativismo.

Con la Misión Vuelvan Caras aun cuando creo que fue uno de los más significativos intentos de abrir un nuevo modelo productivo, lamentablemente paso lo mismo, se quiso forzar entre desconocidos, entre individualidades un proyecto de empresa socialista cuando cada quien tenia preconcebido su proyecto y además el área a intervenir era mas que todo el área de servicio, o sea la misma actitud de captación de la renta petrolera.

¿Cual fue el resultado?

La Misión más importante, fue la primera en fracasar.

Después han sucedido varios intentos para que la producción sea dirigida por los trabajadores o por el estado en representación de las mayorías; se crearon tiendas de distribución y comercialización de alimentos, se expropiaron algunos supermercados privados, fabricas, se dio bajo la "cogestión revolucionaria" una empresa de larga tradición productiva, se crearon otras, como procesadoras de harina precocida, de pasta de tomate, de producción de plástico, etc.

¿Cual fue el resultado?

Salvo honrosas excepciones, el resultado ha sido una carga laboral inmensa que no puede sostenerse con la pobre producción de las mismas o en el caso de las prestadoras de servicio además de la pesada carga laboral la nada como el antónimo popular de la eficiencia.

Yo creo que por allí no va la cosa, creo que no es tirándole piedra directamente a la mata como vamos a tumbar el mango, no niego la socialización de la propiedad sobre los medios de producción como condición sine qua non para el gran salto a la sociedad socialista.

Pero lo que hemos hecho hasta ahora a sido un reforzamiento del rentismo, se ha entregado una inmensa cantidad de recursos que no han dado los frutos esperados, bajo ese pensamiento rentista generalizado se expresa la intención de que todos queremos chulear al estado, todos queremos vivir del estado, los que tenemos chispa de emprendedores queremos emular a quienes por mas de un siglo han modelado las características del empresariado nacional; empresariado que desde principio del siglo XX cambiaron su condición de latifundistas del "gran cacao" a agro petroleros negociando concepciones petroleras con la familia Gómez que después eran revendidas a empresas extranjeras; los propietarios de casas de exportación de cacao y café que se convirtieron en las empresas de importaciones de las nuevas necesidades creadas por la actividad petrolera y otro grupo económico surgido de la costra de burócratas del gobierno.

Hasta la actualidad ese ha sido el proceder de nuestros emprendedores nacionales; un empresariado improductivo, que no arriesga nada, altamente parasitario y vividor del estado que solo le interesa medrar de la renta petrolera. Expresión de esos grupos económicos aguas abajo son los raspa cupo, los bachaqueros, los gestores, los empleados matraqueros, los dirigentes políticos y lideres comunales, sindicales y gremialistas corruptos.

Pero los que no hemos sido emprendedores también estamos sumergido en el rentismo, no queremos ser trabajadores, queremos ser empleado del estado y cuando logramos ese objetivo la responsabilidad con el trabajo, con la producción, con la calidad del servicio eso lo pasamos a un segundo plano, lo importante es lo que "yo" merezco como empleado, y vivimos en una eterna quejadera, una eterna insatisfacción porque el salario no alcaza, pero ni pendiente si la productividad de la empresa es baja o el servicio es de mala calidad; como dicen muchos "ese no es mi peo". Total es la misma actitud vividora de nuestro empresariado parasito.

Lo señalado es la expresión mas pura del rentismo, y el rentismo no lo podemos ver simplemente como una expresión económica, es una cultura, es un modo de vida que su manifestación mas elocuente es el desprecio hacia el trabajo creador y productivo, instituyendo la ética del rebusque, de la tracalería, del dinero fácil, del todos los días nace un pendejo y el que lo agarre es de él, de achácale nuestras responsabilidades a otros, ya sea al vocero o vocera del consejo comunal, a la policía, a la alcaldía, gobernación o presidencia de la republica, porque en fin como vivimos al asecho de botines y no en la construcción de riqueza, cuando no se logran los objetivos otros serán los culpables.

RECONOZCAMOS QUE DESDE EL GOBIERNO HEMOS FORTALECIDO LA CULTURA RENTISTA

En un acto de reflexión revolucionaria, debemos de reconocer que hemos reforzado en gran medida la cultura rentista y aun cuando la revolución bolivariana le dio rostro humano y cristiano al socialismo y lo desatanizó, hemos por otra parte desvirtuado la visión socialista sobre el trabajo. Socialismo no es sencillamente reparto social de la producción no es el principio de la sociedad comunista "De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidad" esto regirá para la sociedad avanzada y autogestionaría, el principio debe ser: "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su trabajo" si no hay un compromiso con la misma producción no existirá un reparto equitativo; si no hay un sentido de pertenecía social, de corresponsabilidad ante la patria, no habrá una conciencia revolucionaria. Hasta ahora se ha asociado el socialismo, se ha percibido como una forma de gobernar Robinhoodiana, el estado benefactor el estado que regala y mientras exista para regalar será bueno y cuando no haya que repartir dejara de serlo. Lamentablemente con esa visión idílica del pueblo no hemos entendido que ese mismo pueblo reproduce la cultura rentista que le fue impuesta, y así como nos chulea el rico también nos chulea el pobre y no por mucho dar vamos a recibir, sencillamente porque la lógica no funciona así, "el agradecimiento nunca es proporcional al beneficio", de ser así, ganáramos con el 95% de los votos. Si no le damos el valor al esfuerzo de cada quien, sino descartamos la ética impuesta de que cualquier oficio es un trabajo, seguiremos legitimando el matraqueo, el trafico de influencia, el cobro de comisiones, las gestarías, el bachaqueo, la reventa, la especulación, el acaparamiento, la usura, la intermediación, el rapa cupo, el pedir créditos y no pagar y pare de contar. Como pueden apreciar ninguno de esos lucrativos oficios aportan a la producción del país pero todos son expresión de una sociedad que el 96% de sus divisas las produce el estado simplemente exportando su principal materia prima, y esto no ha cambiado en nada.

ANTES DE ASUMIR LA SOCIALIZACION DE LOS MEDIOS DE PRODUCCION DEBEMOS IMPULSAR UNA CULTURA DE RESPONSABILIDAD ANTE EL TRABAJO.

Tumbemos el mango de otra forma y creo que los tiros van dirigidos:

Primero: Que cada quien sea responsable con su trabajo de su prosperidad. Para lograr esto debe particularizarse el apoyo que pudiera inicialmente recibir del estado para que nadie solape su irresponsabilidad en las debilidades de un colectivo, que no pueda echarle culpa a la cooperativa, al consejo comunal, a la comuna, a la EPS, etc.

Segundo: Impulsar la producción que fomente el amor trabajo y esa no es otra que la manufactura en todos sus ámbitos, la de transformación, la que aportando trabajo da realmente valor agregado.

Tercero: Acercar esos procesos productivos a la gente, anteriormente sabíamos del maíz obtener nuestra arepa, de la mata de café llegar a nuestro cafecito, elaborábamos nuestros aceites comestibles, nuestros jabones, nuestras bebidas pero la industrialización capitalista nos desconectó de tales procesos. La tarea ahora reencontrarnos con el trabajo transformador utilizando las herramientas que nos brindan las nuevas tecnologías.

LA GRANDEZA ESTA EN LAS COSAS PEQUEÑAS

Para cumplir eficientemente con esas tres premisas estableciendo el principio de la corresponsabilidad evitando que las derrotas pudieran quedar huérfanas o atribuidas a un ente abstracto; impulsar el apego al trabajo asumiendo que el bienestar de cada quien sea directamente proporcional a lo que produce bajo el lema de "sino trabajo no como" y lograr recuperar los procesos productivo; eso solo es posibles si se masifica la producción manufacturera a nivel micro.

Impulsando pequeñas unidades de producción manufactureras familiar o individual y en lo colectivo si realmente se ha dado un avance en este sentido, solo así podemos avanzar a un nuevo emprendedor que rompa los moldes del empresariado choro que tenemos y logremos superar la pobre visión del empleo por la de trabajo, que aunque parezca igual son dos cosas diferente, el que quiere empleo quiere un patrón y el que busca trabajo puede hacerlo libremente sin que tenga dueño su sudor.

Imaginemos una misión "Gran Misión Manufactura Popular" miles de micro empresas de transformación en todo el país, en todos los pueblos empresitas familiares haciendo jabón y desinfectantes, micro procesadora de maíz, fabricas familiares de jamón y otros embutidos, micro plantas procesadoras de aceita, pequeñas recuperadoras de piezas automotrices, despulpadoras de frutas, embotelladoras de jugos caseros, micro fabricas de helados (en Maturín las fabricas familiares de helados han desplazado a los helados de marca reconocida), micro procesadora de cacao y chocolaterías, micro torrefactoras, micro empresas para el ahumado de pescado, droguería familiares para la preparación de medicamentos naturistas (hasta cuando vamos a seguir siendo revendedores de trasnacionales de la medicina naturistas que se robaron nuestros conocimientos ancestrales), micro fabrica de piezas electrónicas (acaso será difícil que un grupo de ingenieros electrónicos reconstruyan o hagan los sensores para automóviles, que tanto problemas nos ocasionan), fabricas familiares de vino, de alimentos para animales, de abono orgánico, etc, etc.

No es el gigantismo el que va lograr el milagro de una Venezuela productiva, el gigantismo produce mas burocracia y la burocracia mas vericuetos inauditables por donde se desangra al país y además acentúa el "empleismo" la dependencia al papá estado y por ende fortalece la cultura rentista, no al gigantismo, por ahora, no. Por ahora debemos lanzar una cruzada formativa para crear las bases de una patria productiva y de valoración del trabajo y la mejor escuela es la micro fabrica, que cada quien sea responsable de su ingreso y que lo gane trabajando.

Así como Vietnam asumió la guerra de todo el pueblo para derrotar al invasor así debemos hacer nosotros para rescatar nuestra cultura productiva y desterrar la cultura rentista y eso se logra con la participación plena del pueblo, masificando la micro fabricas, la micro producción, logrando así una explosión popular en la creatividad productiva.

Cuando esta cruzada de sus resultados positivos, la propiedad social sobre los medios de producción será un objetivo mas fácil que tumbar un mango a pedrada.

Abrebrecha y después hablamos
 



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José Ovalles


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