La hora de la clase obrera

Llegó la hora de la clase obrera, sobre la cual descansa una gran responsabilidad de trabajar y producir más, para superar los obstáculos económicos que se presentan y hacer de Venezuela, un país potencia. El reto más importante y urgente es superar la economía petrolera y sentar las bases del desarrollo en una economía diversificada y su preparación para una exitosa integración latinoamericana. La posibilidad de industrializar él país, supone una inversión correcta de la renta petrolera y el control estatal de las ramas estratégicas de la economía, como la CVG, la electricidad, la industria petroquímica, estos constituyen la masa crítica indispensable para los cambios estructurales que requiere el país.

Nos enfrentamos actualmente a una fuerte guerra económica y que solo por vía del socialismo y con la valiosa ayuda de la clase obrera ganaremos; ahora vamos por la victoria económica como lo afirmó desde el Campo de Carabobo el Presidente Obrero Nicolás Maduro.

En memoria de los hechos ocurridos el primero de mayo de 1886 en Chicago(EEUU) y en honor a los Mártires que cayeron vilmente asesinados, por defender las reivindicaciones laborales de los trabajadores; nos vemos precisados a hacer un breve análisis del papel que juega y debe jugar la Clase obrera en todos los tiempos:

Marx y Lenin consideraban que la clase obrera era la fuerza principal que llevaría a cabo la revolución socialista, en alianza con sus aliados naturales, los campesinos pobres. ¿ Por qué Marx se basó en el proletariado y no en los estudiantes, intelectuales o lumpemproletariado?; no fue por razones arbitrarias sino debido al papel especial del proletariado en la producción y al refle- jo de esta situación en la conciencia de clase. Los marxistas analizan las diferentes clases y capas de la sociedad, explican su relación con la clase dominante y entre sí. En última instancia, esta relación está determinada por su papel en la producción. Existe una minoría de explotadores que ostentan y controlan los medios de producción; y existe la clase obrera, que crea la riqueza de la sociedad mediante su trabajo. Hay muchas subdivisiones, pero éstas son las dos clases fun-damentales de la sociedad.

El papel dirigente del proletariado en la revolución nace del papel de los obreros en la pro-ducción y del hecho de que la participación en los medios de producción colectivos (sociales) ha-ce que la clase obrera desarrolle una conciencia socialista ( colectivo). Eso no ocurre con ninguna otra clase. A través de la experiencia de su vida, el proletariado aprende a comprender la orga-nización colectiva y la disciplina. Es el resultado de la dura escuela de la explotación y de la producción capitalista, que prepara al trabajador para la lucha de clases. La clase obrera y la bur-guesia son dos clases relativamente homogéneas. Constituyen dos polos opuestos, en una posición de mutuo y exclusivo antagonismo. Pueden existir periodos de tregua entre ellas, pero tarde o temprano la lucha de clase entre el trabajo asalariado y el Capital vuelve a reaparecer, asumien-do un mayor o menor grado de intensidad.

Las armas normales del proletariado son los métodos de la lucha de masas-la huelga, la huelga general, las manifestaciones de masas-que actúan como una escuela que le prepara para la tarea final de tomar en sus manos el control de la sociedad. El movimiento obrero en todas partes es una escuela de democracia. Antes de que los trabajadores decidan ir a la huelga, hay una discusión democrática, en la que se pueden escuchar opiniones a favor y en contra. Pero una vez que se ha votado, los trabajadores actúan como una sola persona. Aquellos que intentan desafiar la decisión democrática de los trabajadores y romper la huelga , son tratados como esquiroles. El piquete es la expresión concreta de la voluntad de la mayoría. En el transcurso de una huelga, los trabajadores participan, piensan y discuten. Todo trabajador sabe que se aprende más duran-te un día de huelga que un año de actividad normal . En realidad, toda huelga contiene elemen-tos de una revolución, y una revolución es como una huelga a gran escala.

La revolución bolivariana es una revolución de liberación nacional en transición al socialismo. El desarrollo de las fuerzas productivas hace necesario en esta etapa el concurso de diversos mo-dos de producción: Capitalismo de Estado, capitalismo privado y modo de producción socialista. Las fuerzas motrices que impulsan ese desarrollo son la clase obrera, el campesinado, las clases medias y sectores de la burguesía. En todo bloque histórico hay una clase social que ejerce la he-gemonía . Nosotros consideramos que en la Venezuela de nuestros días no hay ninguna otra que no sea la clase obrera capaz de encabezar el bloque necesario del proceso revolucionario que es-tamos viviendo.

El periodo que nos encontramos esta signado por una fuerte lucha de clases, ignorar esto nos colocaría en una posición de franca derrota. En la pugna de clases lo más importante es la ideo-logía de clases. Algunos pensaran o dirán lo siguiente: ¿En un país con una escasa clase obrera cómo se puede pensar en una revolución? Contestaremos lo siguiente, que sí se puede avanzar en el campo revolucionario sin una clase obrera robusta, pero no es posible avanzar en el cam-po revolucionario divorciado de la ideología de la clase obrera. Hay ejemplos en el mundo.

La revolución bolivariana se enfrenta a un gran desafío por la naturaleza pequeño burguesa y el origen de clase media de muchos de sus actores fundamentales. Algunos tratan de convertir sus anhelos en la sustancia misma de la revolución. La sociedad venezolana tiene una extensa clase media con la que trabaja y debe seguir trabajando la revolución. Pero esto es una cosa y otra es que pretendemos convertir el proceso en una revolución de las clases medias y a Venezuela en una sociedad de pequeños y medianos empresarios.

Los rasgos principales de la ideología y la moral de la clase obrera, son los que emanan de ganarse la vida, el sentido de la disciplina, el cumplimiento, el amor por el trabajo, la solidaridad, el instinto organizativo, la visión social de los problemas, y el sentimiento arraigado en su carne, en su piel, en su sufrimiento, de que el capitalismo es el creador de la miseria del mundo y por lo tanto debe ser sustituido.




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Raúl Ramirez

Abogado, profesor y escritor. Ex-guerrillero.

 rauljoseramirez@hotmail.com

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