Secta 4D rotas

Los mismos personajes que firmaron el decreto Nº 1 (y único, afortunadamente) del Carmonazo, aparecen ahora suscribiendo un remitido bajo las siglas 4D, con la rúbrica agregada de algunos despistados que, aquel 13 de abril de 2002, llegaron tarde a Miraflores, cuando ya Hugo Chávez venía de regreso en los hombros del soberano. El contenido del esperpento escritural es también semejante al de aquellos comunicados pagados por la NED y firmados por “criollos” que precedieron el zarpazo de la derecha ultramontana. La historia vuelve a repetirse, dice el bolero, pero con la corrección que el viejo Marx le hace a Hegel: se repite, cierto, unas veces como farsa y otra como tragedia. Con actores como los “abajo firmantes” del 4D, se anuncia sin duda una larga temporada de farsas.

Los carmonistas que practican la doctrina del “yo no fui”, de nuevo hacen otra de las suyas, esto es, se apropian de todos los que se abstuvieron de votar el 4 de diciembre de 2005. Los abstencionistas históricos o crónicos, los convencidos por la campaña mediática, los chavistas triunfalistas, los escépticos, sifrinos y playeros, todos admiran la secta de Alvarez Paz, Granier y compañía. De esta manera nace un nuevo partido, con las siglas 4D, que tiene salivando y alucinando a estos generales sin tropas, caciques sin indios y mariscales irredimibles de todas las derrotas.

La misma semana en que la nueva tolda partidista “4D” lanzó su lacrimógeno y cursilón comunicado, en nombre del 75% de los venezolanos (incluidos chavistas y círculos bolivarianos), la encuestadora Consultores 21 dio a conocer su último sondeo de enero y febrero. ¡Ay, miserable lenguaje de los números! Esta empresa insospechable de chavismo, revela que “58% de los venezolanos considera que los partidos de oposición abandonaron la elección parlamentaria porque sabían que iban a perder”. ¡Santa María de Ipire! En verdad, era innecesario realizar una encuesta para descubrir lo obvio y conocer una verdad del tamaño de un templo. Pero nunca está de más, sobre todo entre una derecha disociada, darle a lo evidente el respaldo de las estadísticas.

El nacimiento por apropiación indebida del partido político 4D ha venido a provocar un verdadero caos en la de suyo caótica oposición venezolana, es decir, la abuela dio a luz. De problemas estaba lleno ese sector de la vida nacional y los oportunistas que se adueñaron de la abstención de todos los colores, vinieron a agudizar el asunto. La intención era provocar el “pánico” y la desmoralización entre las tropas chavistas, pero por error de cálculo el zafarrancho se armó oposición adentro. Allí todos los jefes sin tropas quieren ser candidato a la presidencia y se vive en un permanente “estado general de sospecha”. AD y Primero Justicia, que desde hace rato se venían tirando de las greñas, se detuvieron un rato, voltearon y se preguntaron: ¿Qué cosa es ésta llamada 4D?”. Salas Feo, allá en Carabobo, se sintió más pollo que nunca y percibió que unos talibanes le ganaban la partida. Entonces lanzó la parada de exigir el voto manual como en los tiempos de Juan Bimba y el juego de tarjetas de colores. Ni su progenitor aplaudió. La competencia en el cotarro opositor gira en torno a la raya de lo sublime y lo ridículo. El 4D, con su 75% de legionarios que se pelean esas siglas, es otro espejismo de la torpeza hecha política. La tragedia del 11-A ahora deviene farsa del 4D.


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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