El mensaje de un visionario

EL AMOR DE SIMÓN BOLÍVAR POR NUESTRA PATRIA

GRANDE, AMÉRICA DEL SUR, HACE QUE SU PENSAMIENTO PRODIGIOSO PROPONGA ALGO QUE EN ALGÚN TIEMPO TENDRÁ QUE SER.

"YO DESEO MÁS QUE OTRO ALGUNO VER FORMAR EN AMERÍCA LA MÁS GRANDE NACIÓN DEL MUNDO, MENOS POR SU EXTENSIÓN Y RIQUEZAS QUE POR SU LIBERTAD Y GLORIA"

CARTA DE JAMAICA, 6 DE SEPTIEMBRE DE 1815

SIMÓN BOLÍVAR

FRAGMENTOS

"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con él, todo, ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse. ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojala que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra; con las naciones de las otras tres partes del mundo.

Seguramente la unión es lo que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración, sin embargo, nuestra división no es extraña, porque tal es el distintivo de las guerras civiles formadas generalmente entre dos partidos: conservadores y reformadores, los primeros son, por lo común, más numerosos, porque el imperio de la costumbre produce el efecto de la obediencia a las potestades establecidas; los últimos son siempre menos numerosos aunque más vehementes e ilustrados. De este modo la masa física se equilibra con la fuerza moral, y la contienda se prolonga, siendo sus resultados muy inciertos. Por fortuna entre nosotros la masa ha seguido a la inteligencia. Es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos.

América está encontrada entre sí, porque se halla abandonada de todas las naciones, aislada en medio del universo, sin relaciones diplomáticas ni auxilios militares y combatida por España que posee más elementos para la guerra que cuantos furtivamente podemos adquirir. Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan; las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria; entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a que está destinada la América meridional"



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José M. Ameliach N.


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