Lo que llaman navidad (de acuerdo a las ciencias históricas se refiere a natividad o nacimiento del divino niño que vino al planeta tierra para transformarlo como dicen las santas escrituras que finalmente lo hizo y que en el futuro lo volverá a hacer) nos hace olvidar por un mes las divisiones de clase social y de cualquier otro tipo.
Pero existimos los testarudos que no olvidamos y no es que seamos rencorosos sino más bien conscientes de que la humanidad necesita 12 meses de trabajo cada año para resolver inmensas injusticias y desigualdades sociales así como económicas.
En navidad el pobre besa, abraza y sueña más. En navidad el rico vende y vende más gracias a que el pobre gasta lo que no tiene y se endeuda. Todo esto se repite cada año pero parece no ser comprendido en el ambiente de euforia decembrina. Los empresarios de tiendas y tarjetas de crédito engordan y gozan hasta más no poder.
Como en diciembre se olvidan las ciencias sociales, económicas y políticas provoca decir: corre y abraza al patrono que te explota en la fábrica porque es navidad. Corre y apapucha a la vendedora que te expolia tu sueldo cobrándote sobre precio por productos escasos como jabón, champú, leche, pañales, harina de maíz y acetaminofen.
Anda y compra otro arbolito en veinte mil bolívares fuertes para que luego en enero andes loco y "mamandini".
En resumen: Corre y abraza a un capitalista de buen corazón, porque es navidad.
Sin embargo nuestra tarea es promover la conciencia crítica revolucionaria y popular. Entonces decimos: Abrazaremos al capitalista cuando deje de ser lo que es, es decir, al dejar de robar al obrero a través de la plusvalía y la dominación del capital en detrimento del trabajo. Habrá abrazo cuando deje de enriquecerse a expensa de corruptas maniobras económicas como especulación, acaparamiento, contrabando, evasión de impuestos, etc.
Por mucho bochinche que nos arropa en navidad, es tiempo de que los venezolanos proletarios trabajemos como comunidad revolucionaria sin descanso para romper las cadenas capitalistas mediante la promoción de más educación y acción liberadora con los ejemplos de Simón Bolívar y Hugo Chávez. Restemos la presencia en navidad de tantas tradiciones y personajes embrutecedores que nos fueron impuestos desde el extranjero precisamente para idiotizar a nuestro pueblo.
Ni siquiera en navidad, soñemos con capitalistas de buen corazón. Ellos tal vez fían pero jamás regalan.
