Estoy triste y asustado por lo que pasa en Venezuela

Soy un humilde habitante de la frontera sur occidental de Venezuela y veo con una mezcla indescifrable de sentimientos, que va desde la visceral arrechera hasta la pensante comprensión,  cómo una parte inconsciente, y la otra necesitada, de venezolanos hace interminables colas todos los días para llevarse la gasolina hacia el extranjero, en un negocio que a cualquiera le llama la atención por lo elementalmente lucrativo, y que inexplicablemente el gobierno lo mantiene aunque produzca pérdidas al país por el orden de los 12 mil millones de dólares al año – según palabras del expresidente de PDVSA Rafael Ramírez- por miedo a que el sector económico derechista se agarre de la subida del precio de esa regalada gasolina para aumentar aún más los precios de los bienes y servicios que ese sector produce y nos termine de empobrecer, porque no podemos negar que ya entramos en ese proceso, y no hace falta sino salir a las calles para darse cuenta que las ventas han bajado por lo escaso de los compradores en los negocios, pero sobre todo por impedir un llamado “caracazo” que pueda desestabilizar la paz social y dar al traste con el gobierno. Veo con mucha tristeza un gobierno que implementa medidas que no surten ningún efecto, sentí mucha alegría con aquel ejército de compatriotas que preparaba el exdiputado Andrés Eloy Méndez para salir a la calle a combatir la especulación y la escasez pero, aunque ya se ven algunos productos en el mercado, la especulación sigue campante y ha logrado que productos como los cauchos para carros, los materiales de construcción, por sólo nombrar esos dos no se consigan pero sabemos que los acaparan y hay que pagar por ellos precios realmente groseros. Ese ejército no ha logrado nada porque tratan de controlar por lo último de la cadena de comercialización, muchos se han corrompido, y los negocios que sufren de algunas de sus medidas como multas, cierre temporal, etc,  vuelven a poner los mismos o más caros precios y el que paga los platos rotos es el pueblo consumidor. Me disculpan señores, pero en la frontera no se ve la efectividad de esas medidas, la cosa no cambia, y lo que es peor, los comerciantes colocan los precios que les da la gana, usted consigue un artículo en una parte a un precio pero si camina lo puede conseguir tanto al doble como a la mitad del primero, es una completa anarquía el comercio en Venezuela.

Lo que me produce inmensa tristeza, es saber que esas colas para echar gasolina es comida para hoy y hambre para mañana, estamos desangrando el país de una manera irracional, pero repito, si usted mira el diferencial de precios no es la gente la que tiene la culpa en su totalidad, es quien mantiene ese diferencial por una supuesta solidaridad con el pueblo venezolano, pero esa solidaridad nos está empobreciendo, paradójicamente. Y lo peor es que el gobierno lo sabe porque he visto a algunos funcionarios del mismo explicar el tema pero se ve que el miedo a una explosión social es lo que no los deja hacer lo que deben hacer.

Miedo siento porque me parece que sin esta guerra económica Capriles casi nos gana las elecciones presidenciales en el 2013, qué irá a pasar en las próximas elecciones para la Asamblea Nacional si las pierde el gobierno, seguro con una alta abstención, va a ser el detonante para un referéndum revocatorio, paralelo al recrudecimiento de las guarimbas y/o cualquier vía violenta de esta derecha por disfrutar del poder, ahora que la gente está molesta por la situación económica no veo el panorama para el gobierno muy claro. Si la ultraderecha toma el poder en este país, se desencadenará una serie de medidas anti populares en contra del pueblo llano como las que vemos en los países de Europa que “disfrutan” de gobiernos ultraderechistas cónsonos con Primero Justicia y Voluntad Popular en Venezuela, partidos neo fascistas que encabezan la política violenta en contra del Presidente Constitucional de Venezuela y que lo primero que harán será ponerse a las órdenes de la gusanera mayamera y estadounidense, e implementar medidas como la liberación de precios, la reducción de salarios, la indexación de todo tipo de créditos de la banca pública y privada, el que no pueda pagar los créditos indexados caerá en la pobreza irremediablemente, o preso, o desalojado de su vivienda, como en España, por ejemplo; la ampliación de la edad para jubilarse, la privatización de todo tipo de servicio público, y lo más triste, una brutal represión en contra de los pobres y sus miembros identificados como socialistas o chavistas, con la secuela de desaparecidos y muertos. He oído en relativos tiempos dos frases que no me levantan el ánimo para nada: una en facebook y la otra de un filósofo chileno en una entrevista en un documental de aporrea, “El 27,2 % de los niños en España están en el umbral de la pobreza extrema” “En España hay más muertos actualmente por la vía del suicidio que por accidentes de tránsito”, o noticias como las que hace algún tiempo reseñó Walter Martínez en su Dossier donde un anciano pidió un derecho de palabra en el congreso griego y luego de leer una carta en la cual explicaba los motivos por los que había caído en la pobreza, delante de todos esos congresistas se disparó un tiro en la cabeza. A esto le tengo, no miedo, terror, esa es la palabra que mejor define mi sentimiento.

Es triste, terrorífico, insultante, indignante, los comentarios de muchos venezolanos sobre el chavismo y quienes lo seguimos como algo muy importante en nuestros patrones de vida. Son nada más y nada menos que fascistas y caldo de cultivo justificatorio de todo lo que le hagan a mi pueblo pobre si llega alguna vez al poder esta ultraderecha que, lamentablemente, tiene secuestrada al resto de la oposición en Venezuela porque es la que directamente recibe el financiamiento de la ultraderecha gringa.

Todos estos sentimientos encontrados y dañinos a mi salud fueron los que me motivaron a escribir este pesimista artículo de opinión al ver hoy, como desde hace mucho tiempo se viene repitiendo, a un pueblo ideológicamente pobre y/o necesitado diluyendo su futuro en una cola para echar gasolina.

Imploro porque todo lo dicho aquí se acabe o no se cumpla, ojalá me equivoque, pero la ineptitud de este gobierno infiltrado por la corrupción sólo me permiten ver 3 escenarios:

  1. Aquí la gente desesperada por los abusos en la escasez, acaparamiento e inflación generada se va a alzar y va a tumbar a este gobierno por uno verdaderamente revolucionario, donde van a surgir líderes verdaderamente socialistas y chavistas y dispuesto a luchar por la verdadera independencia de este país; esto también se pudiera dar por la vía electoral y de una manera más prolongada en el tiempo. Es la que yo quiero y ansío.
  2. Se impone por la vía electoral la derecha venezolana, por supuesto que en concordancia con los sectores poderosamente ricos de este país para volvernos a meter en la república de donde salimos, con la intervención del FMI y el BM y los gringos.
  3. La ultraderecha tumba por la vía violenta al gobierno, se monta un gobierno de transición, se vuelven los pobrecitos exiliados, y se da el escenario de la Europa actual.

Ojalá este pueblo sepa defender por cualquier vía este proceso, adecentarlo  y llevarlo por la senda soñada por nuestros libertadores y el Presidente Chávez, rezo porque hayan reservas morales suficientes en el seno de mi bravo pueblo y podamos rescatar lo que hasta ahora no se ha perdido del todo. Ojalá.   

 

22/12/2014 Edwin Torres. 01:48 p.m.  



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Edwin Torres Salas


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