EE.UU. protege a varios de los terroristas implicados en Caso Anderson

Las más altas autoridades norteamericanas dejan en libertad a dos de los acusados del asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson, además de dar protección judicial a otro sospechoso y de conservar el silencio más hermético sobre la complicidad denunciada de un ex jefe del FBI de Miami y de un agente de la CIA en el complot.
Un artículo del diario caraqueño El Universal, titulado El juicio del año no permitió atar los cabos sueltos: con los Guevara no acaba todo , firmado por el periodista Edgar López, denunció cómo después de 22 audiencias y la condena de tres autores materiales del atentado terrorista, queda por precisar la participación de los ex policías Johan Peña y Pedro Lander, refugiados en Miami.

El pasado 20 de diciembre, el juez venezolano, Luis Cabrera condenó a Juan Bautista, Otoniel y Rolando Guevara, respectivamente, a 30, 27 años y nueve meses de prisión como autores materiales del homicidio del fiscal Anderson, ocurrido en Caracas el 18 de noviembre del 2004. Ese día el automóvil del funcionario fue destruido por una bomba compuesta de explosivos C-4 y de un potente imán, el artefacto favorito de los terroristas cubanoamericanos.

Según el principal testigo del Gobierno de Venezuela en la investigación del crimen, el colombiano Giovanni José Vásquez De Armas, el ex jefe del FBI de Miami, Héctor Pesquera, participó en una reunión en Panamá en la que se planeó el asesinato del alto funcionario venezolano. Pesquera es quien orientó, organizó y realizó el arresto de Los Cinco cubanos infiltrados en grupos terroristas cubanoamericanos, que convirtió en espías en un gran show mediático, en 1998. También participó en el crimen José Guevara, liberado por Pesquera en el 2001 después de su arresto por secuestro y estafa.


"Permanecen en miami sin mayor inconveniente"

El Universal revela cómo, en documentos depositados por la Fiscalía el 13 de enero del 2005 ante el Tribunal 34 de Control de Caracas, se explicó que la investigación policíaca en el caso había demostrado que "desde hacía mucho tiempo atrás" los ciudadanos Juan Carlos Sánchez, Antonio López, Juan Bautista Guevara Rodríguez, Rolando Jesús Guevara Pérez, Otoniel José Guevara, Johan Humberto Peña, Pedro Vladimir Lander y Elizabeth Plaza de Zurilla comenzaron a reunirse con el propósito de planificar el atentado del fiscal Danilo Baltasar Anderson".

Juan Carlos Sánchez y Antonio López murieron en enfrentamientos con la policía luego del crimen, recuerda el diario.

"Peña y Lander ingresaron legalmente a Estados Unidos y permanecen en Miami sin mayor inconveniente. Por ejemplo, el pasado 30 de septiembre, Johan Peña fue el invitado especial del programa A Mano Limpia, conducido por Oscar Haza y transmitido por el Canal 41 América TV de Miami. En esa oportunidad, se identificó como piloto comercial graduado en EE.UU., ex comisario de la DISIP, colaborador de la DEA y especialista en operaciones encubiertas para el combate del narcotráfico."

Después de expresar toda una serie de acusaciones descabelladas contra el Gobierno venezolano —incluida una supuesta presencia de miembros de Al-Qaeda en Venezuela— el presunto cómplice del asesinato terrorista del fiscal Anderson, denunciado por la Fiscalía en el caso, desapareció. "Peña abandonó los estudios del canal de televisión sin que afuera lo estuviera esperando alguna comisión policial para detenerlo", escribe el periodista de El Universal.

La presencia de Johan Peña en el propio lugar del asesinato de Anderson, unas horas antes del crimen, ha sido confirmada por varios testigos. También refugiado impunemente en Miami está Pedro Lander, formado hace años en la DISIP, que confeccionó la bomba asesina.

El periódico señala que tuvo lugar recientemente un encuentro entre el Fiscal General de Venezuela, Isaías Rodríguez, y el embajador norteamericano William Brownfield "para activar algún convenio de cooperación en materia penal que permitiera someter a la justicia venezolana a Peña y Lander".

Hasta ahora el encuentro no ha dado resultado concreto.

Al ratificar recientemente que la conspiración inicial era para matar al Fiscal General y al Presidente de la República, y que la CIA participó hasta el punto de recomendar la manera en la que se realizó el asesinato, el fiscal Rodríguez añadió que los explosivos fueron facilitados por el grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Entretanto, señala el diario, el Ministerio Público "sigue dando el mayor crédito y protección posibles" al colombiano Giovanni José Vásquez de Armas, quien "percibió a través de todos sus sentidos el desarrollo del crimen".

Vásquez, quien afirma haberse vinculado a los conspiradores del caso Anderson mientras actuaba como infiltrado de los Servicios Secretos colombianos en el Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, asegura que en una reunión que tuvo lugar en Panamá en septiembre del 2003, estuvieron el ex jefe del FBI de Miami, Héctor Pesquera, "otro de la CIA de apellido Morrison", y el ex capitán Luis García, "quien representaba al Comando F4", un grupo terrorista cubanoamericano de Miami tolerado por el FBI.

Poco antes de su muerte, el Fiscal asesinado había citado a declarar a unas 400 personas que apoyaron el golpe de Estado, encabezado por el empresario Pedro Carmona, ahora asilado en Colombia.

El 23 de junio del 2001, los hombres de Héctor Pesquera, ya famoso por su complicidad con la mafia cubanoamericana de Miami, arrestaban en un centro comercial de esa ciudad a José Guevara, primo de Otoniel Guevara, que intentaba entonces recuperar millones de dólares chantajeando al ex jefe de la Inteligencia peruana, Vladimiro Montesinos, secuestrado en Caracas.

Por razones que quedan por esclarecer, Pesquera no sólo dejó a Guevara en libertad sin acusarlo de extorsión, sino que también le otorgó el estatus de testigo de crimen, el cual le permitió quedarse en los Estados Unidos.

Según la prensa venezolana, 600 mil dólares, es decir, la mitad del depósito de 1 200 000 dólares que los autores intelectuales del asesinato del fiscal Danilo Anderson dieron a José Guevara en Miami para la ejecución del atentado terrorista ocurrido en Caracas, se quedaron entre las manos de este ex policía de la Inteligencia venezolana. El también ex policía, Rolando Guevara ya había recibido por este crimen la otra mitad del dinero.

Personalmente vinculado a capos terroristas miamenses tales como José Basulto y Horacio García, Héctor Pesquera conoce cada detalle de las conspiraciones contra Cuba y Venezuela que se desarrollaron en la metrópoli floridana mientras dirigía allí a la policía federal.

Terroristas sueltos y antiterroristas presos

Mientras protegen a tres de los acusados del asesinato del fiscal Anderson y de conservar el silencio sobre la complicidad del ex jefe del FBI de Miami y de un agente de la CIA en el complot, las autoridades norteamericanas mantienen encarcelados a los cinco cubanos arrestados por Pesquera mientras infiltraban a los mismos círculos terroristas implicados en este caso.

La protección oficial concedida a Peña, Lander, Guevara, Pesquera y a un agente de la CIA vinculado al crimen, demuestra claramente la implicación de las más altas autoridades norteamericanas en actividades de terrorismo hacia otros países. Y muestra también el carácter criminal de la detención de aquellos Cinco cubanos cuya misión era contrarrestar los planes terroristas desarrollados en territorio norteamericano contra su patria.

Vinculados a Posada y Bosch

LOS vínculos entre terroristas venezolanos y cubanoamericanos en el caso Anderson aparecen a diestra y siniestra y se extienden hasta los círculos de amistades de Luis Posada Carriles.

Lo demuestra el caso de Thaís Elizabeth Plaza de Zurilla, mencionada en la lista de los sospechosos. Esa cómplice del asesinato es esposa de Jesús Zurilla, piloto del empresario Nelsón Mezerhane, denunciado por el testigo clave de la Fiscalía, Giovanni Vásquez, como uno de los presentes en las reuniones donde se planificó el atentado contra Anderson.

El nombre de Nelson Mezerhane aparece en el informe de la investigación policíaca junto a los de dos de sus socios, el ex general venezolano Eugenio Añez Núñez y Salvador Romaní.

Ese último personaje es un abogado venezolano de origen cubano, amigo personal de los terroristas internacionales Orlando Bosch y Luis Posada Carriles.

Romaní fue quien asedió la Embajada cubana en Caracas, junto con Ricardo Koesling, también de origen cubano, durante el golpe de Estado contra el Presidente Chávez, los días 11 y 12 de abril del 2002.

Estuvo también involucrado con Koesling en el intento de asesinato del Presidente venezolano descubierto en el 2004, con el arresto de paramilitares en la finca Daktari, propiedad de Roberto Alonso, otro emigrado cubano, ciudadano venezolano y estadounidense, vinculado a la mafia miamense.


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Jean Guy Allard / Cubadebate


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