Chile: con la Bachelet, ¿aunque mal pague..?

En el país que tiene a Salvador Allende como el mejor Presidente de su historia, una y otra vez la «Concertación» que hoy impulsa a Michelle Bachelet, ha incumplido compromisos políticos acordados para buscar una verdadera democracia en Chile. Así las cosas, la carta que el PCCh le entregó con las condiciones para darle sus votos (que no su apoyo), en la segunda vuelta, podría quedar sin sentido. ¿No hay, entonces, razones para apoyarla..? Aunque sea sólo una, si hay: la razón bolivariana.  

 

El Partido Comunista de Chile, y otros movimientos que integran PODEMOS/Chile, como la Izquierda Cristiana, acordaron votar por Michelle Bachelet, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas, medida que parece de lo más lógica para algunos, mientras que para otros izquierdistas, la decisión resulta intragable.  


Quién es quién , en Chile, hoy.


En líneas gruesas, la existencia de la coalición «Juntos Podemos Más», que aquí llamaremos PODEMOS/Chile (Tomás Hirsch) significa la decisión de tener, para la izquierda antiimperialista, en Chile, un camino propio, alejado de las andanzas neoliberales de la coalición gobernante «Concertación Democrática», que puso a Ricardo Lagos como actual presidente de Chile. El cuadro político lo completa la derecha, en estas últimas elecciones dividida entre Joaquín Lavín de los pinochetistas de la Unión Democrática Independiente, UDI, y el multimillonario Sebastián Piñera, de Renovación Nacional. Ahora, ambos hacen plancha en la Alianza por Chile.


La Concertación es un acuerdo entre la Democracia Cristiana Chilena (el Copei de allá), el Partido Socialista de Chile, el Partido por la Democracia, PPD, y el Partido Radical. En tiempos de Allende, el Partido Socialista se declaraba marxista leninista. Hoy está adherido a la muy socialdemócrata Internacional Socialista. Por supuesto ya no es el aliado histórico del Partido Comunista, base de la Unidad Popular que llevó a la presidencia al médico Salvador Allende. Su presencia en la actual forma de distribución del Poder que hay en Chile, responde a un acuerdo que el Imperio hizo con los partidos chilenos, cuando vio que Pinochet no daba para más, y del cual nace el aberrante sistema electoral chileno, que deja permanentemente fuera del parlamento al Partido Comunista, aunque este tenga poco más del 5,14 % de la votación, lo que en las últimas elecciones significó unos 350.000 votos, en un total de 7.115.620 votantes reales. El Partido Radical de Chile tiene 3.5 %... ¡y tiene 7 diputados..!  


La trampa está en el sistema.


En Chile no existe un CNE, o algo así, y el sistema es manual. Las elecciones las procesa el gobierno desde un departamento del Ministerio del Interior... sin embargo, no se podría decir que dado ese secuestro, que en Chile votan los muertos o que se tripliquen las cédulas ni nada de eso que vivimos por acá en otras épocas. Cuando la elección de Allende, manualmente y a punta de teléfono, ya a las 8 de la noche se dio el cómputo irreversible... No hay acta que mate votos, ya que éstos se cuidan para un reconteo días posteriores, municipio por municipio, con presencia de los apoderados de todos los partidos. No se quedan en delincuencias menores por allá, la trampa está en el sistema mismo, en la esencia del sistema electoral estilo «binominal», parecido al de los Estados Unidos, con el que han logrado la exclusión del Partido Comunista, la Izquierda Cristiana, el Partido Humanista, el MIR chileno, todos los cuales volvieron a la democracia actual criminalmente golpeados por la dictadura y ahora, por los gobiernos de la Concertación, porque sólo para mencionar el caso del Partido Comunista, aunque han pasado tres gobiernos de la Concertación, es decir, tres gobiernos llamados «democráticos», aún hoy no le devuelven al PCCh los bienes que le incautó la dictadura, entre los que se cuenta la Imprenta Horizonte, que además de fotograbado y múltiples prensas planas, tenía tres rotativas, una de ellas la más moderna de Chile para entonces (la segunda en modernidad, vaya paradoja, la tenía El Mercurio, una rotativa también comprada en la entonces RDA...). Por supuesto que no es nada democrático competir electoralmente en tales condiciones. Por supuesto que el 5% en las presidenciales y el 7% de PODEMOS/Chile en las parlamentarias es muy significativo en estas condiciones, y más aún cuando hay unos 2.000.000 de jóvenes que se niegan a inscribirse en tan falaz sistema electoral y más aún cuando la diáspora de un millón de chilenos en exilio por el mundo sigue ahí, sin derechos electorales, sin votar.  


Entonces ¿por qué votar por Bachelet?


En lo político, la gente de Lagos-Bachelet han sido los impulsores y consagradores de las políticas de los Estados Unidos para América Latina. La correcta administración de la herencia de la dictadura y la neoliberalidad actual tienen la firma de la Concertación. Ellos han consolidado las políticas que tanto convienen a la derecha chilena, en un sistema económico inmoral porque todos los cacareados parámetros de la economía chilena, con eficiencia para exportar el 75% de lo que produce el país, toda esa capacidad competitiva fue forjada con la sangre y el sufrimiento de miles y miles de chilenos sacrificados en sus vidas, en sus aspiraciones y en su felicidad por una dictadura que a fuerza de una bayoneta en el rabo obligó a acatar o morir. En ninguna parte del continente funcionó el sistema neoliberal, porque en democracia, los pueblos tumbaron a los gobiernos. Donde lograron algunos avances, como en Argentina, fue por engaño: apenas los pueblos descubrieron la cosa, entromparon a los Chicagos-Boys.


A la sociedad chilena le aplicaron el cuento de la vaca, que trata de un judío que se queja ante su rabino porque lo único que tiene es una vaca. El rabino lo manda a me-ter la vaca. por las noches, adentro de la única habitación donde duerme toda la familia. A la semana, cuando vuelven a verse, el judío dice que ahora está demasiado mal, que la vaca no los deja ni dormir... El rabino lo manda a sacar la vaca al patio, otra vez, y a volver en una semana, tiempo cuando el judío aparece felíz, con una sonrisa de oreja a oreja, diciendo que ahora sí estaban requetebién... Bueno, eso ha pasado en Chile. Ante los dolores y estrecheces de los 17 años de dictadura, este tiempo de ique democracia parece una bendición, aunque la economía y la ecología del país funcionen hoy de acuerdo a los intereses de las transnacionales, que se están comiendo al país.  


El dolor como chantaje.


Chile salió de la dictadura con dolores y traumas que costará mucho sanar. Los pueblos que sufren esos dolores, de tanto sufrir se ponen pragmáticos: cualquier cosa con tal de no seguir sufriendo. De eso se han aprovechado para montar al pueblo chileno en la trampa de la tranquilidad y la paz bajo la tutela del pinochetismo administrado por Lagos y compañía, donde dolorosamente también se cuenta el partido donde militó un patriota y antiimperialista ejemplar como Salvador Allende, partido al cual pertenece Michelle Bachelet y donde se cuenta también un significativo pero poco tomado en cuenta contingente de socialistas aún allendistas, que con honor y dolor dicen seguir en esas filas haciendo el esfuerzo por reenrumbar, desde dentro, al PS hacia sus raíces populares y revolucionarias.  


¿Ni la sal ni el agua para la Bachelet…?


  ¿Significa todo esto que hay que negarle la sal y el agua a Michelle Bachelet..? No. Sin duda que no se merece nuestro voto, ni se merece nuestro apoyo, pero nosotros sí nos merecemos seguir siendo responsables frente al destino del pueblo chileno. No nos estamos adhiriendo al programa de la Bachelet, tampoco le pedimos que se case con el programa popular y antiimperialista de PODEMOS/Chile que bien encabezó Tomás Hirsch. Ni siquiera creemos que haya gran diferencia en la forma de gobernar entre ella y Sebastián Piñera. De lo que se trata es de impedir que la tendencia neoliberal y derechistosa de la Concertación, se transforme en una repinochetización de la polí tica chilena de hoy, como si no hubieran pasado los años que han pasado. Si la Concertación Democristiana/Socialista no fue capaz de alejar a Chile de la derecha, nosotros lo haremos, una vez más, porque Lagos también ganó en segunda vuelta, con los votos de los revolucionarios chilenos, de los marxistas-leninistas chilenos. Se trata de que, aparte de las reivindicaciones internas que los comunistas precisaron por escrito ante Bachelet, no nos debemos quedar de brazos cruzados ante la posibilidad, por ejemplo, en el terreno de la política internacional, de que el próximo gobierno chileno salga con alguna cómica frente al proceso de unidad y amor americano que recorre la Patria Continente.


Delicado punto porque, Vicente Fox, por ejemplo, que ha entrompado contra Chávez, haciendo el trabajo sucio del imperialismo, no es rico, es un empleado de los ricos, gerente de la Coca-Cola y eso. Sebastián Piñera, en cambio, es un multimillonario chileno que se ha dado hasta el lujo de comprarle a Cisneros el canal de televisión que tenía en Chile. Ahora, con Evo en Bolivia, un pinochetista en el Palacio de La Moneda puede ser la provocación que el Imperio anda buscando para hacer un triple play (o más, si puede), con los gobiernos progresistas del continente...  


¿Y el Proceso Bolivariano Continental, qué.?


El riesgo de que en Chile todo siga igual es una cosa, pero el riesgo de que la posición chilena sea un estorbo para el proceso bolivariano continental es una muy diferente y peligrosa situación que merece no sólo nuestro aporte sino también hasta nuestro sacrificio, para el caso de a quienes les hace asco votar por la Bachelet. Alguien nos dice: «no se puede sacrificar al pueblo chileno por la victoria de otro...» Y si, se puede y hasta se debe. Es más, así ha sido la solidaridad de los pueblos en la historia de la humanidad, y el mismo Salvador Allende, lo decía fuerte y claro en sus discursos de entonces: «...que se venga abajo el precio del cobre, pero que se acabe la guerra de Viet-Nam y se termine el sufrimiento de ese pueblo heroico...!» lo cual es mucho, si entendemos que el cobre es para Chile lo que el petróleo para Venezuela.


Ahora, si la señora Bachelet y su gente fallan, allá ellos a la hora del juicio ante la historia. Pero que por ningún motivo se diga nunca que nosotros no hicimos nada por impedir que se le pongan piedras al camino del proceso de integración que explota en América después de la irrupción de Hugo Chávez Frías y sus venezolanos bolivarianos. Y que nadie diga que tal voto podría perjudicar el avance propio y autónomo de la izquierda antiimperialista en Chile. Muy por el contrario, porque si alguna esperanza tiene el movimiento popular chileno de crecer y asumir la reconquista, es en la medida que el proceso bolivariano crezca y se robustezca en América Latina, y que los chilenos con la inercia de ese entusiasmo salgan del pendejo miedo disfrazado de pragmatismo y recuperen el entusiasmo del sueño y la «fe en Chile y su destino», como dijo Salvador Allende, el mejor presidente que ha tenido Chile (según respondió Bachelet en un foro de la televisión, el mejor presidente ha sido Lagos...)


Así que, si las reivindicaciones internas más las heridas aún abiertas de la historia reciente de Chile hacen que algunos electores de la izquierda no encuentren una razón por la cual votar por Bachelet, en la ofensiva bolivariana que anda por el continente sí la encontrarán. Y luego a rezar para que doña Michelle nos de una sorpresa y, contra todo pronóstico, no sea más de lo mismo. En el país más austral del mundo, ni todo el frío del cambio de clima global podrá congelar las reservas de cálido fervor patriótico y revolucionario que perduran en ese pueblo. Si la señora Bachelet se la juega por su patria, contará con el apoyo de lo mejor del pueblo chileno, desde los mineros del norte hasta los pingüinos de la Patagonia. Y si no, que se amarre los pantalones.




El Tano
Poeta Inurbano, Diseñador Gráfico.
Coordinador de Abrebrecha-UCV  



abrebrechaucv@yahoo.com
abrebrechaucv@gmail.com



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El Tano

Poeta inurbano, diseñador gráfico. Integró el equipo de comunicaciones de La Moneda cuando el presidente Allende en Chile. En Venezuela, diseñador de los empaques de los productos Casa, que se venden en Mercal. Coordinador de Abrebrecha-UCV. Del Colo-Colo en Chile y del Zamora en Venezuela.

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