Moronta, un pastor ejemplar

Mientras algunos obispos venezolanos de la CEV se contagian de odio y se inspiran en el neoliberalismo para dar lecciones de política al pueblo venezolano, ideario condenado por el Papa Juan Pablo II y ahora por el Papa Francisco; en el Táchira, un pastor aboga por la paz y hace un llamado a los venezolanos para que en tiempos de cuaresma y Semana Santa, busquemos la reconciliación.

No es nuevo el mensaje del obispo Mario Moronta. Le hemos escuchado en sus homilías y en sus sermones con sus reiterados llamados a la concordia y al acercamiento entre hermanos, sin importar el bando político a que pertenezcan.

Desde la llegada al poder del Comandante Chávez se le oyó al entonces pastor de Los Teques, su solidaridad con los pobres y con la justicia para con los excluidos, quienes eran ignorados por los gobiernos de la IV República.

En muchas ocasiones ha corrido la suerte de ser tildado de “chavista”, cuando su palabra reconoce los aciertos del Gobierno Bolivariano. La iglesia que trabaja con los pobres y que se expresa en esfuerzos como Fe y Alegría, entiende la necesidad de las barriadas y de los pobres a quienes nunca se le han acercado algunos prelados de la CEV, quienes sólo transitan desde sus aposentos, de fina madera y mármol, a los palacios e iglesias de cúpulas ostentosas.

En el Táchira, donde las clases sociales también se manifiestan muchas veces con rancio odio hacia los pobres, también priva en muchos de ellos la sensatez y se acercan también a los pobres; porque de todo hay en la viña del Señor.

No están lejanos los días, cuando en vida del Comandante Supremo Hugo Chávez, manifestaba con discreción su admiración por el actual obispo de San Cristóbal. Mientras tanto, Moronta - por su parte - con humildad le escuchaba y trataba de marcar distancia respetuosa; por su alta investidura y además, por ser fiel a un credo que practica los valores del cristianismo y de un verdadero pastor quien “apacienta sus ovejas y apacienta sus corderos”.

En los últimos días en el marco de la celebración del “Domingo de Ramos” le oímos decir al obispo Moronta que: “El Papa nos ha pedido la valentía de la reconciliación y la paz, eso supone que cualquiera que sea nuestra opinión, el bando o el color político, debemos hacer el esfuerzo por acercarnos a los demás, perdonar, reconciliarnos y buscar caminos sin prepotencia, egoísmos, ni dificultades que vengan de nosotros”.

Muchas de esta sabias palabras deberían oírlas algunos prelados del grupito de la CEV, quienes están a espaldas de la realidad venezolana y abrazan el golpismo, inoculados por el odio “guarimbero” expresado en muchas de sus actuaciones.

Sabemos que es un grupito de prelados acostumbrados a la arrogancia y a la prepotencia a la cual, precisamente, en forma general hace referencia el obispo de San Cristóbal.

En los últimos encuentros y llamados del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro a conferencias por la paz, la Iglesia Católica venezolana se ha visto representada por el Nuncio de su Santidad, el Papa Francisco, el prelado Aldo Giordano.

En el marco de la Semana Santa, época de reflexión y reconciliación con los postulados de Cristo, sería bueno que la CEV muestre su reconocimiento al Presidente Nicolás Maduro, como señal de paz y humildad. Es por eso que cobran vigencia las palabras del Obispo del Táchira: “ Si nosotros no somos capaces de perdonar a los demás, no recemos el padrenuestro, no celebremos la Semana Santa, porque este tiempo gira en torno al perdón, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y nos pide a nosotros, al hacernos hijos de Dios Padre, que al pedir el perdón al Padre, nosotros reconozcamos que también somos capaces de perdonar a aquel que nos ha ofendido, menospreciado, o que a lo mejor ha hecho cosas en contra de nosotros”. (Diario de La Nación)

Para finalizar - en sus declaraciones para el diario del Táchira – el Obispo Mario Moronta se refiere a la mediación de la Iglesia en las conferencias de paz convocadas por el Presidente Maduro y expresa:

“Eso no quiere decir que no se alaben las cosas positivas, de unos y otros, para que se sigan profundizando, lo que significa es que verdaderamente la Iglesia está al servicio del pueblo, no de un solo grupo, a la orden de la mediación, del encuentro, paz, justicia, de la reconciliación de todos nosotros, porque actuamos en nombre de Jesucristo”… ¡Amén!







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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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