Mujeres, revolución y paz

Mujeres: vivimos en un país de colas que nos lleva a perder nuestro tiempo que pudiéramos invertirlo en mejorar circunstancias y procederes, como marchar y estar delante una guarimba exquisita o, viajar a raspar la tarjeta cada vez que queramos que, nos produzcan incentivos capitalistas o, parir sin desvelos o, hacer el amor en Miami, o tuitear todo el día y, debemos contar con el respaldo del gobierno que debe gobernar a nuestro favor como mayoría de clase media que somos y, se debe alejar lo más pronto posible la inseguridad que perturba nuestros estudios callejeros, somos amantes de la libertad como aman las apátridas que han ofrecido sus almas por el Norte, somos además, el presente y el futuro que no recuerda el pasado.

Queremos marchar sin ser atacadas ni ultrajadas ni vigiladas. No nos importa lo caro ni lo barato, lo que nos importa, es gastar y consumir. Amamos a los pobres como ellos aman a los ricos, lo nuestro es nuestro y, lo de los pobres también, menos sus miserias. Éste pudiera ser el semblante de una o varias mujeres que se hallan perdidas en el calvario de sus ambiciones y de su odio permanente de irracionalidad y perversión.

Revolución: Somos la Patria de Bolívar y de Chávez. Vivir en armonía es nuestro eje horizontal como mayor anhelo y preocupación. Las diferencias tiene que haberlas con respeto y sinceridad sin sumisión. Las intromisiones de otros países quedaron en el pasado. Se trabaja incansablemente por la justicia social de los pobres y de los oprimidos. Hemos ampliado en todos los niveles, la cultura, la música y el deporte. Amamos el Sur con todas sus debilidades y fortalezas. Luchamos por incentivar los senderos de la creatividad y, no se juega ni se oculta la verdad en el acontecer diario de los hechos que se sucedan.

Somos democráticos antiimperialistas, chavistas y progresistas. Combatimos las mentiras y, nuestras armas de acción son la verdad y la razón. El presupuesto de la Nación es invertido y administrado con la mayor austeridad y honestidad posible. Los derechos humanos en su justa dimensión ha sido y es el arma de nuestra revolución. La equidad y la cooperación son los medios que nos unen al sentir mundial de ser más y mejores ciudadanos, apegados a las leyes y la Constitución Nacional de la República Bolivariana. Somos respetuosos de los criterios y de las opiniones de todos los seres humanos que conviven dentro y fuera del país y, que respeten nuestro pabellón nacional con la dignidad de su existencia.

Somos libres y el autoritarismo y el predominio de interferencias nefastas a nuestro modo de ser y proceder, nos resultan antagónicas y despreciables desde todo punto vista político-social. Las críticas son bien recibidas, siempre y cuando, no estén alejadas de la realidad que sumen esfuerzos positivos al acontecer político diario. Trabajo y más trabajo con esfuerzo creador nos desarrollará a plenitud con la moral y las luces de la sinceridad.

La paz: Camino infinito que debe ser transitado por la mayoría del pueblo venezolano, que noo permita el enfrentamiento de desunión como en otras regiones y, debe ser el brazalete de hermandad que nos ilumine la conciencia y, nos permita ser ejemplo en el mundo, alejado de las diferencias que tienen que ser políticas sin perturbar la igualdad social, sin anarquía ni fascismos ni racismos ni incoherencias de perturbaciones extrañas a nuestros sentimientos en que lo económico como las particularidades de existencia, sean brechas superables en base a nuestras riquezas y estabilidad emocional, acogidos al ideal bolivariano como principio fundamental a nuestra naturaleza de realizaciones en el marco de nuestra Carta Magna.

Que la paz jamás se aleje del diario convivir por más intrincadas que sean nuestras diferencias momentáneas y, que el punto de convivencia no se debe de alejar de nuestro sistema de coordenadas de amor y comprensión y, ellas sean las variables que hemos de revivir a diario en el plano de la coexistencia pacífica de amaos los unos con los otros y, jamás abandonarnos a la diatriba de la ofensa que nos aparta de la tregua amistosa que se ha de lograr a futuro sin imposición alguna.



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Esteban Rojas


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