La locura de la guerra civil

¿Quien programaría las mentes de estos dirigentes de pacotilla para hacerles creer que Venezuela es parecida siquiera a Ucrania? Crear semejante artificio es una ingenuidad para decir lo menos. Intentan forzar la realidad geopolítica, política, histórica, cultural y económica para crear  mediante una magia diabólica una serie de artificios que atapuzados  en mentes de no menos enfermizos seguidores los convierten en seres robotizados, como zombis que marchan al capricho de causas ilusas. El tratamiento que están aplicando a la mente de estos jóvenes es poco menos que un insulto, un menosprecio a la misma condición de seres pensantes. Pero esto, que ya es suficientemente grave, no resulta ser lo peor. En nombre de esa necedad artificial pretenden crear un ambiente que justifique matanzas, violencia contra instituciones de servicio público, se pregona que hay que matar al Presidente Maduro, se atenta contra la administración de justicia en un derroche de fervor vacío, impotente y desmedido.Se confirma así el poder de las guerras lentas,  de los golpes suaves, de la guerra cibernética, recursos modernísimos de manipulación psicológica. Pero lo que ocurre en Venezuela va más allá de todos estos esquemas. Han logrado embutir en la mente de tuiteros que Venezuela está al borde del abismo político, económico y social de quienes dominados por fuerzas interiores irresistibles proceden a manifestarse con violencia, a romper, incendiar seguros de que están logrando hazañas que los colocarán en las páginas de los próceres de la patria. Creen ciegamente lo que les llega a los teléfonos móviles y de inmediato, impulsados por una fuerza irresistible reenvían los mismos para dar continuidad a la sarta de mentiras que avanzan como un incendio. Son incapaces de mirar hacia los lados de sus cabezotas para darse cuenta de que han retuitiado disparates que los califican como manipulados ignorantes. Si no mediaran circunstancias tan dramáticas como muerte, sangre, dolor e intentos ingenuos de tumbar el gobierno podrían convertirse estos mensajes en fuente de humorismo criollo. Dan lástima quienes replican los mensajes en una cadena esquizofrénica dolorosa que asume a sus adeptos como tontos, animales de carga de mentiras con envoltura de ignorancia.  Mientras tanto, Venezuela sigue su camino hacia un Estado más justo  socialmente. Mejoran los indicadores de salubridad que merecen el reconocimiento de la ONU, OMS, OSP. Descienden las cifras de desnutrición infantil y general como logro histórico por las repercusiones que se constatarán dentro de poco tiempo en el desarrollo psicológico e intelectual del venezolano. Mejoran los indicadores en educación encomiados por UNESCO. Mejora el desempeño de jóvenes deportistas en diferentes especialidades impensables hasta hace apenas 15 años. Venezuela es paradigma para el mundo en el desarrollo de las disciplinas musicales, no sólo para países subdesarrollados sino para los más avanzados económica e industrialmente.  Se desarrolla un vigoroso impulso de dotación de vivienda para quienes carecían siquiera de esperanzas de lograr una vivienda que les alejara de las laderas de los cerros y las orillas de las quebradas y los ríos que con cada creciente les arrebataba vida y sueños. Disminuye el desempleo y avanzan ambiciosos proyectos de desarrollo en la industria petrolera y en los medios de comunicación terrestre, aérea y fluvial que servirán de base para desarrollos futuros muy próximos.

Todos estos logros son reconocidos sin tapujos hasta por los adversarios internacionales más recalcitrantes del sistema político que se desarrolla en Venezuela.Olvidan los opositores enfurecidos que existe más del 60% de población que respalda y aprueba al gobierno revolucionario bolivariano y se encuentra atenta al desarrollo de los acontecimientos violentos para detener la rabiosa marabunta descerebrada, inhabilitada psicológicamente para confrontar la realidad real con la virtual que les han metido en sus cerebros. No se les pide que se conviertan en propagadores de los avances concretos y reales en áreas sociales y económicas. Se reconoce que la lucha política que encabezan para recuperar lo que perdieron sin remedio justifica tanto fervor de lucha en las calles. Pero no se puede permitir que con mentiras y el desequilibrio de las mentes de sus seguidores pretendan reconquistar el poder político mediante la muerte de inocentes y el incendio de las instalaciones que tanto esfuerzo ha requerido. No imaginan siquiera los insensatos, las crueldades de  la guerra civil  convocada en estado de ebriedad diabólica. No les alcanza el seso que les queda para imaginar el terror, la desolación y la muerte que provocarían en su locura.El pueblo de Venezuela se encuentra en estado de alerta. Confía en la sensatez del gobierno bolivariano para controlar a los desaforados e impedir que logren desatar los demonios de la guerra. Pide justicia para castigar los asesinos, justicia para castigar los vándalos que destruyen lo que la revolución construye con esfuerzo. Cuando vuelva la calma, se establecerá el balance del desastre perpetrado por el gobierno de Estados Unidos en su desespero de impedir la independencia y soberanía de los pueblos de América Latina y El Caribe y recuperar la absurda condición hegemónica a que estuvieron acostumbrados. 

mavet456@cantv.net

.Mérida, 17 de Febrero de 2014.

 



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