Los hijos de Rocky y Robocop

En semanas pasadas, la comunidad internacional manifestó su preocupación por la ausencia de una legislación internacional que proteja los derechos humanos de los niños en materia civil así como de una normativa que permita la unificación de criterios en tal rubro. Y es que imagínese que el informe rendido por una ONG brasileña revela que existen al menos 30,000 niños en América Latina cuyo nombre es considerado como denigrante e incluso lascivo para la convivencia social.

Robocop, Rocky, Rambo, Disney Pene, Pubis, Glande y Escroto son algunos de los nombres con los que padres han registrado civilmente a sus hijos. Este hecho pareciere ser de importancia única para el poder judicial, pero me temo que no es así, pues la existencia de actos de éste tipo nos ayudan a medir el impacto de los medios de comunicación y la situación que guardan tanto el tejido social como nuestros sistemas educativos.

Si bien no podemos decir que todos los seres humanos estamos destinados a alcanzar el coeficiente intelectual de Einstein y Hawking, ó que no todos tenemos la habilidad para crear obras como Beethoven ó Rachmaninov, si podemos afirmar que todos los seres humanos debemos contar con un mínimo de inteligencia, valores y principios para hacer posible la vida en sociedad, y es justamente la carencia de esos valores y principios los que nos ocasionan tantos problemas como la delincuencia (hablando en términos de delitos como violación ó robo) y la drogadicción. Entonces, cuando uno ve actos como estos en los que una pareja acepta y designa el nombre de su hijo empleando éste tipo de palabras, es notoria la existencia de esa enorme influencia que los medios de comunicación y sus parrillas de programación ejercen sobre la psique del ser humano, al igual que se evidencia la notoria descomposición del tejido social, pues si tenemos a parejas que simple y sencillamente no funcionan como padres, la pregunta obligada que tenemos que hacernos es: ¿Cómo serían los padres de esas parejas? Y la respuesta nos referirá de una y otra manera la segregación del núcleo familiar y a la descomposición de la sociedad.

Ya con estos dos aspectos podemos decir que los medios de comunicación están siendo usados de manera irresponsable por parte de quienes los operan y por parte también de quienes consumen su contenido, lo que nos ayuda a de detectar que las familias hoy en día son la principal víctima del neoliberalismo, al ser atacadas indiscriminadamente por la propaganda capitalista (los comerciales de productos) y el estereotipo de la liberación yanqui, en el que la mujer no cocina ni lava, sino que usa tacones, minifalda, porta armas cortas y compra perros calientes.

Frente a esto, se presenta el tercer aspecto de nuestro análisis; el sector educativo. Si bien dicen que la educación se mama en casa, también es cierto que los maestros al frente de grupo tienen una gran responsabilidad a la hora de orientar a nuestros niños y jóvenes, pues muchas veces, la familia que ya ha fallado se preocupa en todo menos en los hijos, y el Estado, a través del maestro, autoridades escolares y demás instituciones, tienen la obligación de intervenir para reencaminar su desarrollo. En otros países sufren con el dilema: ¿pero a que camino lo vamos a encarrilar?

Aspi se justifican en esos países sus aparatos educativos para no hacer nada y entregar a los jóvenes y sus familias a su suerte. En Venezuela por suerte no tenemos ese tipo de justificaciones neoliberales, pues aquí, el camino correcto para todo ser humano es aquel que involucra el trabajo, el estudio, la defensa de la patria y el arte en caso de contar con sensibilidad y aptitudes.

En fin, terminare diciendo que al ser éste un problema de medios de comunicación, sociedad e instituciones educativas, la solución debe integrar a estos mismos actores, por lo que la solución tendría que hablarnos de la transmisión de contenidos culturales y educativos, exigir a nuestra sociedad el desarrollo de tales materiales y su participación activa en los programas de gobierno así como la vinculación del sector educativo con los medios de comunicación y con el núcleo familiar venezolano.



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