Los justicieros de la política

El partido joven y de ideas renovadoras no incrementa su piso electoral. Después de contar con todos los medios de comunicación a su disposición, todavía reciben apoyo como pocos, no muestra un avance en el mapa político. Allí están, prácticamente, como lo dejamos hace seis años, es decir con su puñado de Alcaldías y de cúrules.

El partido de la justicia no ha dado demostración de cambio. Los jóvenes justicieros se hicieron de la mejor defensora del Ibañismo, y ahora la muestran como una heroína de la nueva democracia, la ponen en su dirección nacional, la lanzan de Diputada y el país los observa como se han venido convirtiendo en lo que decían y dicen oponerse.

Desde 1999 venían denunciando la dictadura chavista, el régimen opresor y bastaron solo unas horas el 12 de Abril del 2.002 para que mostraran su peor cara. La careta democrática se hizo añicos cuando al peor estilo de rambos tropicales, se auto designaron gendarmes de la dictadura de 48 horas. En su afán de justicieros salieron como perros de caza a buscar en sus madrigueras a los chavistas, quienes eran perseguidos por el simple hecho de pensar distinto a ellos. Diputados, Ministros y gente de pie vieron como allanaron sus casas y detuvieron arbitrariamente a todo el que se les atravesaba. Los justicieros sacaron su guillotina y la pusieron en marcha. La embajada de Cuba no fue ajena a la acción de los justicieros. Lo que Estados Unidos en cuarenta años, se niega hacer por respeto al estado de derecho público internacional, los justicieros lo resolvieron en un instante y se prepararon para requisar un espacio extranjero en nuestro país.

Cuando fracasó el golpe de Abril, en donde los justicieros confesaron haber participado con la interrupción de tráfico, el desvío de la marcha hacia Miraflores y ayuda logística policial, entre otras menudencias, entonces se prepararon para la Plaza Altamira. Ahora los justicieros tomaron un espacio público, ya habían criticado la toma de la Plaza Bolívar por los rojos, pero como los justicieros hacen lo que critican, entonces le entregaron el obelisco del este a los militares. No a los dirigentes políticos. A los militares. De esta forma combatían el militarismo de Chávez. Es decir los justicieros llegaron y de un porrazo, le alienaron los derechos a los civiles en su espacio público y se lo entregaron al militarismo de la oposición. Así combaten a Chávez. Haciendo lo que critican.

Luego los justicieros, como especialistas jurídicos y con master en el derecho al pataleo, se empeñaron en convertir un referendo consultivo en uno revocatorio. Hicieron todo esfuerzo político y mediático por convencer a los demás, que el verbo consultar y revocar eran sinónimos. No importa que en ninguna diccionario de lengua o jurídico les permitiera tal accionar jurisdiccional. Los justicieros tienen su derecho comunicacional y montaron su producción televisiva para apaciguar los ánimos alicaídos de seguidores que habían sido burlados con un golpe cantinflérico y un paro que para la fecha no ha sido levantado oficialmente.

Más recientemente nos venían hablando que el fraude electoral era una realidad. Que las máquinas del CNE se comían los votos de la oposición y multiplicaban los del oficialismo. Todo indicaba que los justicieros, que varias veces han dicho estar dispuestos a renunciar a sus cargos, no participarían en las elecciones para gobernadores y alcaldes. Solo tres alcaldías en manos de los justicieros, era una excelente oportunidad para renunciar en tiempo presente lo que luego cosecharían en el futuro inmediato. Pero los Justicieros han aprendido muy rápido de los partidos tradicionales y prefirieron mantener su repelón de cambures, que levantar la vista hacia el bosque y se fueron a contar dejando a los seguidores inyectados de un fraude electoral que, no solo no probaron sino que además, a decir de sus partidarios, convalidaron con su presencia en las elecciones locales. Los justicieros fieles a su tradición de hacer lo que critican llaman ahora a votar vez mas.

El abogado de los justicieros recorrió el país diciéndonos que las morochas eran inconstitucionales. Procuró charlas e inserto artículos que se esforzaba en mostrar con contenido jurídico, todo con el fin de exponer el fraude de las gemelas oficialistas. Pero como los justicieros, hacen lo que critican, el mismo abogado que nos inundó de tesis jurídica sobre la ilegalidad de esta nociva práctica electoral; en rueda de prensa nos anunció que en defensa propia tienen su morochas.

Los justicieros ahora andan explicando sus vínculos internacionales, de tanto decir lo que no hacen y hacer lo que no dicen, por seguro que al final la verdad no será la que señalan.


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Braulio Jatar Alonso


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