Parafraseando a nuestro eterno Comandante Hugo Chávez he hablado de las 7 colinas a tomar para avanzar en el proceso revolucionario. Ya hemos tomado la Fuerza Armada y PDVSA. Su toma tuvo algo en común: el proceso fue catalizado, el enemigo también apuró todas sus descargas, el pueblo asumió el reto y venció. La revolución pudo acelerarse gracias a esas conquistas: más estabilidad política y las Misiones.
Para completar las siete colinas, tenemos pendientes cinco: los medios de comunicación social, los poderes judicial y ciudadano, los medios de producción en general, las universidades nacionales y “autónomas”, y la democracia internacional.
En abril plateé que si guarimbean, tendríamos que tomar la tercera. En este caso, la coyuntura indica que debemos tomar la colina de los medios de producción y distribución. Nos declararon la guerra, hay que asumirla en beneficio del Pueblo, como haría Chávez.
No basta con luchar contra la especulación y el acaparamiento (con tácticas que a veces no afectan en absoluto al enemigo, como las “ventas supervisadas”), con mejorar la distribución (también a veces favoreciendo a la burguesía, como la importación de insumos alimenticios para entregarlos a los empresarios privados) y tantas medidas que está tomando el Ejecutivo.
Creo que debemos tomar la colina, pasar a la ofensiva: reforzar el sistema de intercambio socialista, contrario al mercado capitalista. Nuestras empresas de producción y distribución hay que conectarlas en una red productiva en la que productos y servicios pasen de una a otra sin pasar por el mercado, estableciendo algún tipo de contabilidad de costos. A establecer cada empresa, parte del diseño debe ser su inserción en este sistema de intercambio.
Creo que debe crearse el “ticket socialista”, en sustitución al conocido “cesta ticket”. Un vale que vaya sustituyendo al existente, e incluso al salario, que solo sea intercambiable en empresas estatales, socialistas, empresas de producción social, etc. articuladas a la cadena productiva previamente diseñada.
