Independencia, Soberanía y Revolución

Los conceptos referidos en el título de estas palabras son la base fundamental para alcanzar la dignidad nacional, el progreso y la Historia nacional. Probable que el uso continuado de dichos conceptos se haya convertido en “frases hechas” que, por repetición, se hayan adherido al inconsciente colectivo nacional pero sin profundizar las implicaciones que ellas significan para lo histórico-nacional. En ese marco probable que se hayan convertido en referencias chucutas que, bien pensadas, pueden y deben permitir a aquellos que están en oposición a sus reales significados les permitan, por silogismos, convertir esos reales significados en slogan políticos que, en última instancia, se oponen a la independencia, a la soberanía y a la revolución nacionales. Es decir, para expresarlo con un simple ejemplo histórico. Las decisiones, actitudes y praxis de no solo los “golpistas de Abril” (2002) sino de la masa social que los secundaba hablaban de independencia, de soberanía y de revolución con el convencimiento de que sus conceptos oníricos eran “la verdad” y que los mismos conceptos expresados por la Revolución Bolivariana era la “dependencia, la sumisión y la alienación” a una supuesta ideología que tenía sus orígenes tanto en el “socialismo real” como en Cuba. Tamaño error que aún en las actuales realidades revolucionarias esas derechas siguen expresándolas. Demostremos sus errores.

En la publicación de la Fundación Polar: “Las Independencias de Iberoamérica” (Straka, Tomás, Agustín Sánchez Andrés y Michael Zeuske. Compiladores. Madrid, 2011, pp.864), en el discurso de Germán Carrera Damas: “Casos de continuidad y ruptura: génesis teórica y práctica del proyecto americano de Simón Bolívar” (Idem, pp. 573-616), el autor Carrera Damas expone que “…La “Carta [de Jamaica]” y el “Discurso [de Angostura]” están igualmente vinculados de manera esencial en la concepción amplia de la Independencia de las colonias españolas de América, como la formuló y la práctico Simón Bolívar, en el sentido de que la independencia no podría ser conseguida, ni la soberanía garantizada, en ninguna de las colonias, mientras el imperio colonial español poseyese en el continente bases que indujeran a pretender montar operaciones de restauración del poder colonial y que, por lo mismo, mantuvieran el lealtismo criollo y popular a la Corona…” (Ibidem, pág. 582). Interesante discurso en el marco de la filosofía de la Historia Patria y continental americana que, sobre su base, desarrollaremos nuestra idea central.

La primera pregunta que nos debemos proponer sería: ¿hay culto a Simón Bolívar, realmente, como lo ha propuesto Carrera Damas en alguna de sus obras? La pregunta va íntimamente unida a las bases fundamentales del “pensamiento Chávez Frías” durante toda su trayectoria tanto como militar como político y gobernante. Nos consideramos que ustedes, lectores y lectoras, conocen perfectamente las continuas expresiones didácticas expuestas, prácticamente, cotidianamente, por Hugo Rafael Chávez Frías, sobre el “ideario de Simón Bolívar” que, incluso lo llevó más allá de nuestras fronteras históricas. Cabe la segunda pregunta: ¿Por qué Chávez Frías se empeñó en divulgar, promover y poner en praxis el “ideario de Simón Bolívar” en el marco de la Revolución Bolivariana? Que nos lleva a una tercera pregunta: ¿es el “ideario de Simón Bolívar” factible de ser referencia fundamental frente a las realidades actuales globales en referencia a nuestro continente americano?

El propio Carrera Damas nos responde a alguna de nuestras inquietudes políticas cuando expresa, en el texto arriba en referencia, que “…la independencia no podría ser conseguida, ni la soberanía garantizada, en ninguna de las colonias, mientras el imperio colonial español poseyese en el continente bases que indujeran a pretender montar operaciones de restauración del poder colonial y que, por lo mismo, mantuvieran el lealtismo criollo y popular a la Corona…” (Idem). Es decir, como dicen en mi pueblo, “a confesión de partes…” Carrera Damas es un excelente historiador y un mediocre político. Como también dicen en el pueblo de mi padre: “zapatero a su zapato”. Pero nadie aprende en testa ajena y, en Venezuela, alguien siempre ha repetido que en cada venezolano hay un presidente. Nos decimos que ello no es tan malo sí ese venezolano seriamente estudia y se prepara para ejercer la máxima Magistratura de la Nación.

Regresemos a Chávez Frías y a la Revolución Bolivariana que pareciera nos estamos olvidando de esas y ambas realidades en su contexto objetivo y estaríamos cayendo en las prácticas de la lógica formal política. El texto de Carrera Damas nos comunica que mientras existan bases en las colonias borbónico-americanas todo concepto de independencia y soberanía se vería seriamente afectada por esa realidad inobjetable que significa tanto el concepto imperio-imperialismo como el concepto “colonia” que hoy en día calificamos como “dependencia” que en su real-praxis significa, en última instancia, los TLC y los ejercicios militares que se encubren en acciones humanitarias y de lucha contra el tráfico de estupefacientes claro sin contar con las “yo-no-se-cuantas” bases militares que mantiene el Pentágono (léase: EEUU de América) en la extensa geografía americana incluido el Caribe plus Guantánamo.

Adicionado a lo inmediato anterior, Carrera Damas expone una frase que obliga a reflexionar seriamente dónde están paradas las derechas criollas venezolanas incluyendo al propio Carrera Damas. Tal frase es “…pretender montar operaciones de restauración del poder colonial y que, por lo mismo, mantuvieran el lealtismo criollo y popular a la Corona…” (Ibidem). Asombroso, verdaderamente inobjetable, incontestable y verídico para las actuales circunstancias nacionales. Es decir, Carrera Damas, suponemos quien comulga en todo su contexto con la frase que el propio historiador nos comunica en su escrito, nos informa que siempre estarán presentes esos paradigmas ideológicos en aquellos sectores sociales que por “…lealtismo criollo…” siempre y permanentemente harán el “kowtow” al imperio se llame éste “imperio-borbónico”, sea el “imperialismo-estadounidense”. ¿A qué nos referimos? Pues regresemos a unas líneas más arriba cuando exponíamos que las “masas golpistas de Abril del 2002” estaban, perfectamente, alienadas (lealtismo, las calificaría Carrera Damas) a Washington y/o, quizás, a Miami como en una clase magistral dictada por el propio Carrera Damas lo expresara en la Maestría del CENDES (UCV) cuando se refería a las “aspiraciones de las clases altas venezolanas”.

¿Qué pretendemos exponer? El título de estas frases es: “independencia, soberanía y revolución”. El título nos obliga a preguntarnos sí hemos alcanzado plenamente la “independencia” porque sino el concepto en praxis de la “soberanía” no tiene expresión real-política en la realidad actual venezolana aún cuando repitamos hasta el cansancio que estamos en “revolución”. Seamos honestos con nosotros mismos para así evitarnos sorpresas desagradables. En ese orden, nos preguntamos, entonces: ¿Qué es independencia? Es evidente que uno de los factores que inciden en las realidades políticas actuales son las “políticas gubernamentales” que están, eso sí, marcando profundas diferencias con los gobiernos de la 4ta. República a pesar que algún conocido nos repita que “…este gobierno es el mejor gobierno adeco que hemos tenido…” Craso error conceptual de la camarita. Hay una profunda diferencia entre las propuestas en mesa de los social-demócratas criollos y las propuestas de los socialistas-criollos en el marco de los actuales cambios profundos a nivel de la super-estructura. En nuestro modesto criterio, nos consideramos que son necesarias las profundas transformaciones a nivel de la super-estructura en el campo legislativo pero pareciera que la “ideología” de aquellos que Carrera Damas calificó como de “…lealtismo criollo y popular a la Corona…” ha podido penetrar en la siquis de los invisibilizados en la medida que las políticas sociales no han estado acompañadas por una educación revolucionaria que significaría, en última instancia, la “soberanía”; es decir, la propia revolución ha contribuido con la alienación de las “masas de los invisibilizados” cuando las soluciones sociales no han estado acompañadas por la educación real-del-pensamiento de Simón Bolívar y el “pensamiento-Chávez-Frías”.

En ese contexto, nos permitimos sugerir como contribución la importante colaboración del Centro Nacional de Historia, centro histórico que viene desarrollando un marco ideológico en perfecta sintonía con lo telúrico-criollo conceptual con las finalidades de educar en lo revolucionario-histórico-chavista a las masas sean las invisibilizadas, sean los sectores obreros, sean las clases medias, sean los seudo-revolucionarios de mentalidades pequeño-burguesa-consumistas.


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Miguel Ángel Del Pozo


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