Tal como lo advertí en pasadas entregas, la ultraderecha xenófoba y racista que se agrupa en la MUD, ve con amargura que sus aliados circunstanciales de los partidos organizados y una buena parte del sector privado de la economía y las telecomunicaciones, se distancias de los planes golpistas que lidera el candidato perdedor y reconozca las instituciones democráticas del gobierno revolucionario.

Es el caso de la venta de Globovisión, la ausencia mediática de los líderes de AD, COPEI, MAS entre otros y el acercamiento de un sector empresarial serio y responsable a la República, al cual el gobierno del Presidente Maduro le presta desde ya todo su apoyo en pro del abastecimiento del pueblo sin distingo de su consabida oposición y consiente de la importancia de seguir construyendo paz, revolución y socialismo para bien de las grandes mayorías.

En ese sentido para muestra un botón, mientras en el país la dinámica político económica en este primer mes de mandato del Presidente Maduro, se impulsa con fuerza al aparato productivo privado y se reactiva la producción socialista, empresarios como Lorenzo Mendoza se debaten entre sus claras aspiraciones de liderazgo dentro de la derecha fascista y la defensa del negocio familiar del cual asegura no tener nada que agradecerle a los gobiernos de Venezuela. Así se aleja de la MUD; se distancian aparentemente del plan golpista, y aunque no abandona su condición oligarca y apátrida, coloca sus intereses comerciales por encima de sus convicciones de apoyo al Candidato Perdedor y huye hacia adelante incorporándose rápidamente a la producción para el mercado nacional donde en los últimos tiempos ha obtenido las mayores ganancias.

Pero es importante destacar, cuando Mendoza asegura que sus empresas no le deben nada ni a la cuarta, ni a la quinta república, en un intento por mostrar una neutralidad que no demostró en 11-A de 2002 cuando abiertamente apoyo el golpe de estado y en especial al gobierno de Carmona el breve, desconoce que todas sus empresas han sido beneficiadas por las políticas agrícolas, políticas cambiarias y bancarias y las políticas sociales de la revolución en estos 14 años.

Ahora bien, nuestro problema como gobierno revolucionario es convocar a todos a la lucha por el logro de la mayor suma de felicidad posible para el pueblo, una convocatoria que no significa abdicar en nuestras convicciones revolucionarias y por el contrario exige tocarle la puerta a todos, incluyendo a los que nos adversan para decirle, seducirle y convencerle de lo importante que es fortalecer la patria y sus instituciones.

En ese orden de ideas, quien no atienda el llamado por el fortalecimiento de la patria y obtusamente se niegue a la realidad concreta de la construcción del socialismo, lamentablemente quedara excluido y consumiéndose en la salsa de sus odios antisociales y sus penas por el fracaso continuado al cual estarán condenados por la historia.

De todas maneras como revolucionarios tenemos que seguir redoblando la marcha en pro de la eficacia de la función publica, salir a las calles a defender la obra de gobierno, fortalecer al partido y permanente aclarar el panorama para no dejar que el pueblo se confunda con los ataques de las empresas mediáticas y sus intenciones golpista.

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(°) Militante de la Revolución, Analista Político, Embajador, Profesor de Políticas Públicas y Desarrollo Económico UNERG

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