Entre tanto

La batalla más dura tiene sabor a cerveza

Todas las guerras revolucionarias suelen ser así de complejas. Cada vez hay mayor claridad en que las batallas que revolucionarias y revolucionarios libramos en contra de los ejércitos que constituyen el aparato represivo del Estado burgués, no siempre ocupan los terrenos cruentos de las armas de fuego y de los misiles.

Muchas veces se ha abordado el tema de la totalidad en el combate por la liberación, la independencia y la construcción del socialismo, desde el ángulo de lo comunicacional, de la batalla de las ideas y del uso de lo que, precursoramente, nuestro libertador Simón Bolívar denominara la artillería del pensamiento.

A propósito de la más reciente campaña electoral por la Presidencia de la República, me llamó mucho la atención observar una especie de resurgimiento de la proliferación de venta de cervezas, especialmente de la marca Polar, en las grandes concentraciones, tanto las convocadas por la derecha antichavista como a las convocadas por los revolucionarios.

En el caso específico de las marchas o concentraciones convocadas por el chavismo, se había podido observar una disminución de esas ventas masivas, antes de las elecciones del 7 de octubre del pasado año. Nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez, siempre alertó y condenó -sin que se pueda decir jamás que sus críticas fuesen algún acto de pacatería- la proliferación de ventas y consumo de bebidas alcohólicas en actos que son, fundamentalmente, políticos y espacios para la lucha política.

Resulta difícil, por no decir imposible, que una revisión crítica de esta situación, no evidencie que la transnacional golpista, conocida por el nombre de Polar -que no se reduce al nombre de una cerveza y sus variantes segmentadas en el mercado-, esté actuando premeditadamente en estos manejos, para obtener dividendos en sus denodados esfuerzos por detener los avances de la Revolución Bolivariana e impedir su consolidación y avance por el mundo en la construcción de sociedades de igualdad o socialistas.

Si la distribuidora y fabricante de cervezas y alimentos aparece intentando evidenciar escasez de productos como la harina precocida para hacer arepas y el aceite comestible procedente del maíz, ¿por qué  nunca ha disminído su oferta de cervezas y su invasión es espacios no convencionales de venta de ese producto alcohólico?

En la reciente concentración de pueblo patriota cerrando la campaña electoral de nuestro candidato, el camarada Nicolás Maduro, pude constatar con verdadera sorpresa, como cada dos pasos había un puesto de venta de cervezas Polar, a precios de oferta y con una promoción casi compulsiva de parte de sus expendedores. Eso no es novedoso. No es noticioso encontrar bebedores y expendedores de cervezas en todas las concentraciones políticas. Siempre ha sido así. Hay quienes dicen que forma parte de nuestra cultura etílica.

Lo que sí me preocupa es que la batalla contra el gran capital la pierda la Revolución frente a una infantería indetenible de cervezas. Entre todas y todos debemos contribuir a revisar y corregir el significado de estos acontecimientos.

A mí me resulta muy difícil creer que una transnacional del imperio, como la Polar, esté actuando inocentemente en esta gran batalla por el memoricidio, en contra de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, del Presidente y líder actual del Gobierno Revolucionario Bolivariano, Nicolás Maduro y de toda la simbología y las acciones que, especialmente en los últimos 14 años, le han dado fortaleza y esperanza a los pueblos del mundo.

¡Atentas y atentos, camaradas!

ivanpadillabravo@gmail.com



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

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