Llorar y no sentirse solo

(Homenaje a los camaradas, a los hermanos)

Se realizó el concierto en homenaje al comandante Hugo Chávez, y ahí nos fuimos, movilizados todos juntos, los camaradas, la juventud en la calle para escuchar al pacto, a Dame pa’ Matala y especialmente a Ska-p, quienes no venían desde hace mucho tiempo y los esperábamos con ansias.

Veníamos de los puntos de campaña, ataviados con las camisas rojas, las gorras, o las cachuchas con la estrella roja, congregados para escuchar un homenaje sentido, un canto del amor y un grito rebelde de lucha. Todos juntos inundando una plaza recuperada en revolución, un espacio en el que nos reunimos aquel 5 de julio de 2011 para escuchar a la orquesta sinfónica Simón Bolívar.

Sonaron las bandas venezolanas y llegó Ska-p, preparado a todo voltio para romper con la apatía, para traernos un canto de rebelión, de coraje y lucha, desde la España acosada por la crisis del capitalismo. Sonaron las canciones y nos juntamos todos, puño en alto a cantar con toda la fuerza, “somos obreros la clase preferente”, “a la mierda reaccionarios me la suda todo lo que puedas cantar”, y así muchas letras del combate.

El concierto parece terminar, pero falta una canción, y entre los gritos se escucha el clamor, “El Libertador” “El Libertador”, la multitud pide una canción, por la que muchos fueron, la que todos esperaban con ansias. Reventó así “¡Adelante Comandante, grita fuerte con rotundidad, cuando el pueblo se sabe organizar es un pueblo sabio y libre!”.

Fue entonces, cuando como hermanos, como camaradas que lloran al mismo padre, nos abrazamos todos y cantamos, cantamos desde el alma. Y lloramos desde el corazón, desde lo profundo de nosotros, todos juntos, todos unidos por el gran sentimiento que significa el amor compartido. El dolor de miles retumbó en la plaza Diego Ibarra la noche del 6 de Abril.

Supimos así, lo que significa llorar y no sentirse solo, llorar de amor abrazado de los hermanos, voltear y mirar un rostro de donde fluyen lágrimas por la misma razón por la que brotan las tuyas. Esa clase de unidad, de hermandad profunda pocas veces se habrá de conseguir, sellando en dolor, dolor de amor mayor, una camaradería para toda la vida, el abrazo de saber que lloras pero no estás solo.

Ha sido así desde el 5 de Marzo, hemos llorado todos juntos, comprendiendo que ha empezado a fluir por nuestras venas un compromiso que nos une, que nos llama a luchar para honrar a quien lloramos. Nadie quería estar solo en casa, porque al salir sabía que tenía hermanos repartidos por todas las calles, que somos millones y estamos de pie, que nada nos detiene, el corazón roto se fortalece cuando esas millones de manos lo abrazan.

En este breve homenaje pido a mi conciencia y a la historia que me permita llegar a viejo con la misma bandera, la misma fuerza y los mismos hermanos, los camaradas para siempre, alzando juntos los puños, en un abrazo eterno.

manuel23470@hotmail.com


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