Ajuste de cuenta

Jamás y nunca se había visto algo tan incompetente. Jamás de los jamases se había sabido de una cosa tan inútil, tan ineficaz, tan infructuosa que da pena ajena. Da lástima ver como la pobre muerte derrotada, ineficiente y llorosa reculó apenada, disimuladamente, como quien no quiere la cosa y como para que no la vieran, se alejó, salió corriendo y tras de ella todo un pueblo, todo el mundo pisándole los talones, dispuestos a lincharla y arrebatarle el derecho a la perpetuidad.

La muerte llorosa, desacreditada, vencida, con el orgullo herido y a ras del suelo asimiló el golpe, mientras la supuesta víctima de turno se enrumbaba hacia la historia envuelto en un manto de perpetuidad con trascendencia de inmortalidad. Envuelto en un manto de luminosidad, de eternidad y de infinitud.

Pobrecita la muerte, jamás se le había visto tan invisibilizada. Nunca en su perra vida había sido tan inútil y tan buena para nada. Sinceramente que me da cosa con ella, es una pena ajena por haber hecho el ridículo, por haber pasado por loca y desechable gracias al amor, a los ríos de ternura, a la lluvia de esperanzas y sueños que cabalgan sobre los potros de nubes. Pobrecita la muerte, jamás y nunca se imaginó que, gracias a la desobediencia y a la irreverencia de un pueblo enamorado, transmutando el dolor en fuerza, orgullo y combate, iba a ser declarada como la vaina más inservible de todos los tiempos desde que el mundo es mundo.

¡No, de verga no! Es que es muy duro, han pasado días, y aun cuando menos lo pienso o cuando te oigo en las emisoras, te veo en las pantallas, o cuando te observo columpiándote en las nubes o te me presentas envuelto en el canto de los pájaros, nuevamente se me contrae el pecho, los ojos se me enrojecen y el llanto atragantado puja por salir, ya perdí la cuenta de cuantas veces te he llorado por días, como se nos perderá la cuenta cuando hayan pasado meses, años y siglos, no es fácil Comandante, te tenemos tan pegado en el alma, que ni volviendo a nacer nos libraríamos de llevarte tatuado en la sangre. Definitivamente nunca pasarás y por siempre ocuparás un sitial de honor en los altares de nuestro pecho, sin embargo, adolorido, con la vida apaleada, cuesta ser indiferente y llenarnos de indulgencia para mirar cándidamente y perdonar a quienes te ofenden a ti, a tu familia, a tu patria y a todos nosotros; cuesta tener estructura de cándida paloma, porque te confieso, que si por mi fuera, ya estuvieran colgadas de cualquier mata de mango todas las ratas que merodean y pretenden rasgar el sufrimiento del pueblo a punto de calumnias, de bajeza y con la peor descarga escatológica que alberga el alma de las alimañas.

Sé que el llamado es a no caer en provocaciones, llenarse de paciencia y de tolerancia para que la actitud, las declaraciones y la compostura de los desgraciados de la oposición no nos saquen de las casillas, confieso que hay que tener los cojones empapados en agua bendita y cobijados por el manto de la Virgen para no responder, para evitar que la rabia y la impotencia nos haga presa fácil de sus tentáculos, pero lo que provoca, y ustedes me perdonan, lo que provoca es ajustarles las cuentas de una vez por todas para que la impunidad de todos estos años sea sepultada, para erradicar de una buena vez a la ignominia y las bajezas de los franco-tiradores de oficio de la oposición, de los adversarios de todo lo que huela a Bolívar y tenga sabor a patria, quienes no respetan ni a su madre, quienes están dispuestos a llevarse por delante sea lo que sea y a quien sea y si alguien lo duda, nada más tienen que remontarse a los 40 años de la cuarta república y las 48 horas que duró Carmona en el poder, en solo 48 horas acabaron con la Constitución, a Bolívar lo guardaron en un baño y desataron una persecución de hienas en celo contra todos aquellos camaradas que se habían convertido en un obstáculo y en un peligro para el logro de sus apetencias de poder y para la cristalización de sus sueños de adueñarse nuevamente del país.

De verdad que cuesta ser un manantial de indulgencia o un dechado de benignidad; es altamente difícil estar repleto de comprensión y tolerancia, porque es precisamente esta actitud de buena vaina lo que han hecho que las ratas piensen que lo que somos es unos bolsas, incluso, sin hacerle caso a lo que tantas veces se les ha cantado: “Que no se equivoquen, que esta revolución es pacífica, pero que no está desarmada”; haciéndole caso omiso a lo que se les repite a cada rato hasta el cansancio: “Dejen quieto lo que está quieto”. No, siguen y siguen jodiendo, descalificando, calumniando, valiéndose de trampas y vaganbuderías con la finalidad de concretar sus pretensiones de desestabilización y de continuar engañando al pueblo, pueblo que ya no aguanta más y que está a punto a reventar las cabulleras de la arrechera para hacer justicia con sus propias manos. Sin embargo, sería caer en sus trampas, pisar el peine y permitir que logren sus objetivos, siendo esto precisamente lo que nos mantiene a raya, todo sea por mantenernos dentro de la Constitución y no enlodarle o echarle a perder el triunfo al camarada Maduro. Todo sea por el llamado de vengarnos en las urnas electorales propinándole la más terrible y despiadada derrota que oposición alguna haya recibido en la faz de la tierra.

Nuevamente el 14 de Abril tendremos la oportunidad de poner de manifiesto nuestra lealtad y nuestro compromiso con el Comandante y con la patria, votando por nuestro camarada Maduro y estemos claros que no basta con ganar, la idea es demolerles, volverles mierda sus pretensiones de poder, sus apetencias de querer gobernar a un pueblo que le queda grande tanto a la oposición, como al adefesio político que tienen como candidato, con tan poca valía, con tan poco intelecto, con tan deplorables méritos y con tantas limitaciones intelectuales.

La victoria del 14 de Abril debe ser histórica, recordemos que tenemos la deuda de los diez millones pendiente con el Comandante. La victoria debe ser por encima de los diez millones de votos para cancelar la deuda y sus intereses.

El día del ajuste de cuenta será el 14 de Abril, cuando a punta de votos logremos la victoria y le digamos al Comandante:

¡¡Salud Comandante, seguiremos cumpliendo!!...



¡¡¡¡HASTA SIEMPRE CHÁVEZ, COMANDANTE, HASTA SIEMPRE!!!!

Y AHORA MÁS QUE NUNCA CHÁVEZ SOMOS TODOS.

¡¡Y EN EL NOMBRE DE BOLIVAR, DE CRISTO Y DE CHAVEZ, LA LUCHA SIGUE!!



torcatizw@pdvsa.com, torcatizw@yahoo.com, torcatizw@cantv.net, torcatizw@hotmail.com



Maturín, 20 de Marzo/2013


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William Torcátiz

Ingeniero, Poeta, Musico, Chavista. Analista Mayor de Conformación y Seguimiento de Empresas Mixtas Internacionales de PDVSA.

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