Los sicofantes

Ya en las postrimerías de esta campaña electoral, arrecian los ataques que, en forma de artículos, análisis de sesudos o sesudas “intelectuales”, opiniones o pseudonoticias, se desparraman por los medios de comunicación privados, en contra del presidente Hugo Chávez. No hay emisora de radio o tv, periódico, semanario, panfleto, etc., que no utilice sus espacios para inventar o tergiversar noticias que pongan en entredicho las ejecutorias del gobierno revolucionario.

Es así que, en esos laboratorios de la guerra de cuarta generación, pululan cientos de sicofantes, cuyo único objetivo es difamar, atacar y vilipendiar a Chávez. Cumplen esta infame tarea, incluso en contra de la ética profesional que como “comunicadores(as) sociales” o periodistas, deberían tener. Hace rato, pero mucho rato, que se les perdió el camino - ¿será por eso que andan buscando uno? – y solo transitan por los vericuetos y veredas perdidas en el lodazal de las calumnias.

El periodismo de investigación y análisis, el responsable, el que permite evaluar las diferentes aristas de una situación o problema, prácticamente desapareció de las páginas de estos medios cipayos del imperio o del capital financiero, con lo cual dio paso a esta suerte de fotonovela por entregas, que pudiera causar la envidia de Corin Tellado, si en vida estuviera…

Un día y el otro también, se cartelizan las portadas de los grandes medios impresos (lo de grandes, pareciera referirse solo al formato en que son editados) dándole preponderancia a cualquier noticia (por falsa o sin confirmar, que esta sea) que malponga al gobierno bolivariano o que exalte las cualidades (muy, pero que muy escondidas) del candidato de la derecha. Entonces, noticias trascendentales como el lanzamiento del Satélite Miranda, el ingreso de Venezuela en el MERCOSUR, la rápida solución de emergencias como la de Amuay, las miles de viviendas que se entregan vía Misión Vivienda, la inauguración de metrocables o cabletrenes, la extorsión o cobro de dineros por parte del comando de campaña majunche, etc., pasan a un segundo plano, frente a “noticiones” como la de Capriles ofreciendo sancocho de “soapara” y “paquetazos” para las damas…

El país, entonces, se invisibiliza. No hay espacio para lo positivo y constructivo. Ello sería arrimar brazas a las sardinas de la revolución, lo cual está TOTALMENTE PROHIBIDO. Se prefiere, en consecuencia, inundar las páginas y las horas de transmisión, con la exacerbación de la violencia (mucha de esta magnificada o provocada con siniestras intenciones), el registro de los huecos en las calles y avenidas (reales pero no como para salir todos los días en primera plana), la desvalorización de los resultados de las Misiones, la profundización de los procesos de alienación, la mercantilización de la mentira…Y si hay algún desmentido, derecho a réplica, comunicado que se oponga a esta campaña, entonces le dan cabida, pero por allá entre los avisos clasificados, abajo y a la izquierda o a la derecha (sin alusiones personales), como para que nadie se entere de la verdad. Así, las gentes que aún les leen, siguen convencidas de que lo que leyeron en la portada de su medio o vieron u oyeron en sus emisoras, es la pura verdad.

Plagados de sicofantes, estos medios lacayos, cumplen la tarea impuesta: desmerecer todo lo que haga el gobierno revolucionario y magnificar cualquier mínima intervención del candidato majunche. El problema para estos pseudoperiodistas es que ya han perdido la credibilidad y la confianza de la mayoría de la gente. Hoy son caricaturas grotescas de lo que pudieron ser y no son, ejemplos de lo que no se debe hacer en periodismo, malas propagandas para sus casas de estudio, carcamanes(as) de la politiquería.

No se pide que, en contrario, los medios presenten al país como un cuento de hadas, en el que nada malo acontece y donde las calles son de chocolate y las nubes, algodón de azúcar. Se pide, más bien se exige, que la prensa sea fundamentalmente nacionalista, que promueva aquello que sea para el bienestar común, venga de donde venga la iniciativa, y que denuncie, con bases e investigaciones serias, aquello que se esté haciendo mal. Actualmente, hay cientos de ejemplos en una y otra vía (buenas y malas ejecutorias gubernamentales, empresariales, comunitarias, etc.) que, bien tratados, serían una brújula o medidor de los avances o retrocesos del país. Con esto se permitiría el ejercicio de la ciudadanía, de la libertad de expresión y de la comunicación efectiva, cónsono con una sociedad que, mayoritariamente, promueve la participación y el protagonismo, que acepta y estimula la diversidad, la pluriculturalidad y el intercambio de saberes.

Los sicofantes y sicofantas, seguirán siendo en tanto subsistan esos medios lacayos. La tarea para las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores(as) comunitarios(as) es dignificar ese oficio, haciéndolo honesto, responsable y constructivo.


*Sicofante(a): Por extensión, el término sicofante/a designa a una persona baja y despreciable, que busca obtener una posición o estatus personal, mediante adulación hacia otras personas que comúnmente disponen ya de ciertas influencias y estatus social

*soapara: voz majunchística que utiliza el candidato Capriles para nombrar a un pez cuyo real nombre es Sapoara.

*Majunche: Persona que carece de atractivo o cualidades, insignificante, mediocre. (Diccionario de venezolanismos, tomo 2)

*Carcamán(a): persona de poco mérito y altas aspiraciones

(http://www.wordreference.com/es/en/frames.asp?es=carcam%C3%A1n)


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Ninfa Monasterios Guevara


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