La Estado-empresa

El Estado se ha conformado siempre según entidades externas, como las ciudades-Estado de la Antigüedad.

En la Edad Media el Estado descansaba en una federación de feudos. La referencia era la Corte, es decir, la federación de feudos que aceptaban ser vasallos solo formales de un primus inter pares, rey, soberano, monarca…

Con la constitución de las naciones modernas, el Estado se volvió Estado-nación, como el que conocemos hoy. Pero hay allí una torsión que fue Karl Marx el primero en intuir, pues el Estado es el ente que encarna el dominio de la clase hegemónica, que impone sus privilegios, de modo que el Estado-empresa rebasa el territorio nacional, pues el capital no tiene fronteras.

El neoliberalismo nos instaló en la mente que el Estado-nación se desbordó y más bien debemos hablar de un Estado-empresa. Hoy los grandes conglomerados empresariales deciden soberanamente qué comemos, qué vestimos e incluso qué pensamos, etc.

El Estado-empresa lo decide todo, la forma de la oficina o el taller en donde trabajarás y hasta el paisaje urbano que lo rodea. La mudanza territorial de una empresa determina la muerte de ciudades y el nacimiento de otras.

Hoy es esencial observar el ascenso y descenso de los Estados-empresas según su cotización en bolsa. Estos Estados-empresas batallan por la hegemonía; ser «liderazgo del mercado» es esa hegemonía. Los Estados-empresas batallan por patentes, dominios territoriales, estándares, enfoques, valores, estética, etc. Son los Estados-empresas los que ponen y quitan políticos en el Estado-nación, subordinado al Estado-empresa, porque es este el que financia campañas electorales y hasta el desempeño de cada político en sus funciones gubernamentales. Esos políticos no son sino funcionarios empresariales delegados ante el Estado-nación. El Rey de España es uno de esos funcionarios.

Lo vemos, por ejemplo, en el que Dwight Eisenhower llamó el «complejo industrial-militar», que determina qué países serán invadidos y los llamados jefes de Estado responden servilmente a instrucciones de entelequias kafkianas, como la destrucción de la Biblioteca de Bagdad.

En Venezuela estamos batallando por la construcción de un Estado-pueblo… El 7O decidiremos si seguimos en ello o si retrocedemos al Estado-empresa.

roberto.hernandez.montoya@gmail.com



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

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