Ya que no hay contra quién pelear, peleemos entre nosotros

El País de Comiquita


Mientras el presidente Chávez exhorta a todo el pueblo venezolano a discutir cosas como el Socialismo del siglo XXI, la visión de desarrollo a través del Desarrollo Endógeno, el papel de las cooperativas en ese mismo sentido, la Cogestión obrera como una estrategia de alcanzar la mejor productividad posible; mientras un grupo de venezolanos anda por el mundo pregonando las bondades de la revolución venezolana, echándole un cerro de bolas para contrarrestar la gigantesca propaganda mediática pagada con dineros de la CIA, tendiente a desprestigiar el gobierno venezolano para ver si en una suerte carambola logran defenestrar del poder definitivamente al “muchacho de Sabaneta”; mientras en el mismo extranjero otro grupo de notables venezolanos estudian la mejor manera de apoyar la diversidad cultural, de manera que evite la desaparición de nuestras riqueza cultural ancestral; mientras otro grupo de venezolanos se desgajan los sesos buscando nuevas tecnologías de la información que nos permita romper con el cerco de la dependencia tecnológica que nos tiene secos a fuerza de royalties que debemos pagar por el usufructo de la misma; mientras otro grupo de gente le está echando bolas y ovarios por concatenar toda la educación venezolana en un solo y único proyecto que tenga unidad, cohesión y coherencia en todos sus subsistemas; mientras técnicos y especialistas de PDVSA se devanan los sesos tratando de identificar los conspiradores silenciosos incansables e insaciables que amenazan con descuartizar definitivamente nuestra principal fuente de ingresos para las misiones y demás arquitectura social diseñada por el gobierno revolucionario para paliar la deuda senil social contraída con los pobres; mientras cientos de miles de venezolanos hacen su trabajo anónimo, pero de hormiguita, tratando de contribuir decididamente con la consolidación del proyecto pensado por el Comandante Chávez y mientras éste hace los estudios para crear un día de 32 horas que le permita alargar considerablemente su faena productiva ..... pues bien, mientras todo esto ocurre, a un grupo de venezolanos, dizque revolucionarios, fastidiados tal vez, no se les ha ocurrido una mejor idea que ponerse a pelear entre ellos por cuestiones que nada tiene que ver con el debate creado en todos los retos arriba descritos y, por si fuera poco, públicamente. Así que el debate convocado por el presidente Chávez ellos lo han sustituido por la diatriba de saber quién es más policía, si Mario o Nestor, o cuál de los dos defiende más furibundamente la CRBV, o si La Hojilla tiene filo por un lado y por el otro está amellada, y hasta se llegan a dar el lujo de cerrar un programa que ya ni siquiera era de ellos, porque como decía el binguero Ortega el programa se les escapó, se les fue de las manos. Así que siguiendo este guión y hastiados de no contar con una oposición que les dé nota, el sortario partido Quinta República le dio también por liarse entre ellos y entonces tuvieron la genialidad de suspender temporalmente de su militancia al diputado Tascón, y como si se tratara de un adeco infiltrado su figura fue expuesta públicamente en uno de los consabidos cónclaves semanales del partido de la revolución, en vez de dilucidar internamente sus diferencias y no darles armas al enemigo, que ya tiene bastante, muchas escondidas para sacarlas el Día D, además de las (armas) derivadas de su propia ineficacia. Y ya que esa es la moda, Rómulo Henriquez, ex de Fogade y Caldera Infante in de Fogade, mantienen un mano a mano televisado en dirección a averiguar quién de los dos ha hecho menos en pro de la consolidación de la revolución, en lugar de, si son tan tibios, encerrarse en una oficina y caerse a coñazos si es preciso; pero ellos dos solitos. Lo mismo es válido para los dos Alcaldes del centro de la capital, quienes con tantos problemas por resolver, amén de los irresolvibles, tuvieron que ser regañados como a un par de carajitos por el propio Comandante. En la misma tónica están el MVR y el PPT, enfrascados en una lucha pública por demostrar, unos que el Gobernador de Guárico es un roliberio de malandro y otros, que es una hermanita de la caridad. Coño, panas, entreguen lo que tengan que entregar en los tribunales y que sean éstos los que decidan si el carajo es ángel o es demonio. ¡Qué peo con ustedes! ¡Qué arrecho es deslastrarse de las malas costumbres cuartarepublicanas, no joda!

Lo peor de todo este despelote es que, mírenlo por donde lo miren, por ninguna parte aparece una discusioncita ideológica o política, o de naturaleza gerencial, o coyunturalmente programática. No, nada de eso, es puro peo de cocineras y nada más. Y que me perdonen las cocineras, que no tienen culpa de serlo (declaro que no vuelvo a usar este odioso símil; sólo me lo voy a permitir por esta única vez).

¿Será que tendremos que pasar nuevamente por los dolorosos partos de las escisiones de los años sesenta, setenta, ochenta y noventa, que nos llevaron a pelar la bola hereje por querérnosla dar de más arrechos que nadie?

¿O hará falta que el mesmesimo Chávez se encargue de ponerle música a esta vaina y decida cantarles “se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar?”


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Héctor Acosta Martínez

Profesor Universitario jubilado. Graduado en Historia. Especialista en Programación Neuro-Lingüística.

 elecoeco@gmail.com

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