Marcel Granier se quedó sin imagen

¡Qué vaina con este señor! Que por una mala atemperancia de cálculos raros desde hace muchos años atrás y, desde hace cinco entre ellos, lo han dejado sin imagen y, solamente con una visual lamentable de vejez prematura que le ha encanecido el bigote a lo Mahatma Gandhi. No -así el cabello sobre la que no usa para pensar- que se tiñeron de negro sin esperanza que, tan obstinado está que ve en el presidente Chávez un dictador que además, de quitarle el sueño, el apetito diario de la publicidad que le entraba por desarrollar tantos desmanes en contra del pueblo y, de aquellos que veían RCTV, y ese enredo de su enredo político de golpista lo ha dejado con un sabor amargo de ira concentrada que ya no encuentra árbol frondoso que le dé un palo para ahorcarse y, ni porque reza puntualmente todas las noches la oración malvada del gato negro de siete vidas antes de comenzar a trasnocharse de desconsuelo y, cuando comienza a roncar sueña desesperadamente con un régimen nada democrático que corre por sus ojos desde trece años y, que acabó con el río del platal que desembocaba en sus manos sin esfuerzo alguno y le abultaba sus cuentas bancarias con elogios que lo mantienen en el banquillo de la vesania con triquiñuelas que le sudan por dentro.

Marcel Granier, desde todo punto de vista es un individuo sortario y, poco habilidoso que sin ser de la alta burguesía se arrimó a ella y, se endosó un cheque por su contrato de unión de por vida que lo puso a valer hasta el sol de hoy en que anda por allí dando lástima sin la menor vergüenza de un mal ciudadano que repugna como salido de cualquier barrio sin escuela alguna y, no de todo barrio y, amenaza tras amenaza de aquí y de allá sin ecuanimidad equilibrada que lo compara con un Juan Charrasqueado sin sombrero de tranquilidad y pistola al cincho buscando camorra donde, le den una chamba de desahogo que como quistes hepáticos le franquean el alma de traidor como vende patria y como un bufón más de Radio Rochela del embrutecimiento encajado en el pasado.

Quien vea al personaje en cuestión en cualquier programa, tiene que obstinadamente reírse del ensarte que como conjunto de estupideces suelta este bravucón de la farándula gringa que envasaban en RCTV de Bárcenas a Río y, él como el gran derrochador de epítomes fastidiosos pinchados de chismes, clavaba la garrocha de la sutileza en el canal dos entre cuña y cuña sin respetar a nadie y gozaba un emporio de ruindades que como baratijas de un bazar turco mostraban y, tanta fue la confianza de maltratar a su público y a Venezuela que la no renovación de una concesión que abusaba por demás de la paz social y moral del venezolano: ésta le explotó como un globo de ensayo que si antes se hacía el loco, ahora está de remate, repitiendo las mismas sandeces de siempre, ya que para él no existe pasado sino futuro que se lo regala el majunche Capriles para que salga del desierto de las penitencias de asomado que lo tienen viendo cubanos hasta en los calzones de dormir que los sacude por sí acaso.

A veces Marcel Granier –sin ganas de ofenderlo- se parece a un niñito de kinder que cuando comienza a llorar solicita, que le lleven a la mamá y en la escuelita todo el personal se desespera con el pedido del niño qué no se sabe si es que le duele la barriga o tiene remordimientos o mamitis aguda pues, si comparamos la acción, así mismo se comportó Marcel cuando estuvo, la última vez, con Nitu Pérez Osuna en Globovisión:


-Que yo quiero a RCTV-, pero eso, por los momentos, no se puede Marcel –le dice Nitu.

-¿Cómo qué no se puede? –le reclama Marcel y, a la vez le pregunta: -¿por qué no, ah?

-¿Acaso en este país no mandan los medios de comunicación –dijo, Marcel?

-Claro que sí –le responde Nitu, pero están regulados.

-No señora. Lo que sucede y te lo voy a decir con franqueza –ése es el truquito que han utilizado durante estos años pasados para clavarnos- esta dictadura que ahora tenemos y, que ya uno, no puede expresarse en público al no existir libertad de expresión y medios que se expongan a esa barbarie incomunicativa práctica, sin que me quede nada por dentro, te puedo asegurar que acá lo que hay es un régimen castro-comunista a lo cubano, entregada a Fidel Castro –respondió Marcel.

-Creo Marcel y, dalo como un hecho sin fronteras que, solamente tú aquí y el ex presidente Uribe Vélez en Colombia afirman que, en Venezuela hay una dictadura. –Eso me los puedes explicar Marcel –le pidió Nitu.

-Bueno, tú lo sabes y, además, lo vengo diciendo y, eso a ti te consta y, más como entrevistadora catalítica desenfrenada que si uno tiene boca de cochino, oreja de cochino, rabo de cochino y gruñe como un cochino –¿qué es, anjá?- un cochino. Nitu. –Te das cuenta que la tortilla por dónde se le volteé sigue siendo tortilla y, Nitu se puso tiesa como una cochina sin rabia.

Y, Marcel muy bien gracias, quedó persiguiendo una imagen que cada día se le vuelve invisible en el espectro radioeléctrico venezolano que, no es de Chávez, sino del pueblo y la administra el Estado y, la conclusión es que, la idiotez y mala diversión de la Rochela de Marcel perdió la audición.

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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