El ejercicio del poder/política requiere de la ética como elemento sine qua non. Según Humberto Eco: “la dimensión ética comienza cuando entran en escena los demás. Cualquier ley, por moral o jurídica que sea, regula siempre relaciones interpersonales, incluyendo las que se establecen con quien la impone”. El poder/política debe ser ejercido con ética para llevar la conciencia al más alto valor del ser: su libertad. Pero no sólo en el sentido clásico de libertad como ausencia de represión, autoritarismo o de los transfigurados totalitarismos, “sino en un sentido más amplio y profundo, liberalización de la ignorancia y de la pobreza; y de todas aquellas formas tradicionales de poder económico, social, cultural y tecnológico, que condicionan las capacidades de hombres y mujeres, y el vivir en una sociedad sin respeto a su dignidad como personas, sin potenciar sus saberes y experiencias, para convertirse en sujetos activos de su propio desarrollo.” (Membrillo, 2002).
En esta época neoliberal, los partidos políticos ejercen una acción política cada vez más ajena a los intereses ciudadanos y cada vez más cercana a los intereses de grupos de poder financiero, contradiciendo a la esencia de la política, creando un sin sentido de la acción de la política. El estilo de vida impuesto en las últimas décadas se ha caracterizado por la enorme irracionalidad de los instrumentos del poder y del dinero, quienes imponen su lógica y destruyen la racionalidad ética. Un ejemplo claro, caracterizado por el horror y muerte, es la invasión de varios países del Medio Oriente por el Imperio norteamericano y sus cómplices de Europa, mediante falsedades y con apoyo de la “comunidad internacional” y la prensa mundial, solo con el fin de apoderarse de sus recursos. Le han dado una patada a la ética, a la decencia, a la humanidad en pleno.
En Venezuela se confrontan dos visiones de lo que implica la acción socializadora de la POLÍTICA. Esta afirmación no es retórica. Hubo sectores de la sociedad venezolana que en la IV República, disfrutaron por mucho tiempo los dólares del barril del petróleo, con una visión de la política basada en el mercado y acumulo de capitales, a costas de la exclusión de las mayorías y generando un cúmulo de injusticias sociales. Representa una forma de ejercer la política ya mencionada en párrafos anteriores, alejada de la ética. Estos sectores están muy bien representados por el candidato presidencial que se opondrá al actual Presidente de la República. Este candidato, conjuntamente con los representantes de la MUD, preparó un programa basado en una política netamente neoliberal, proponiendo de una forma clara, algunas veces, pero en otras, de una forma disfrazada, la privatización de los servicios públicos, e incluso, de la principal empresa del país, PDVSA. Creen en el poder del mercado, obviando los desastres ocasionados en la década de los 80`s, cuando se ejerció una fuerte política neoliberal en Latinoamérica. Actualmente, esta misma política neoliberal ha conducido a la eminente quiebra de algunos países del viejo continente, que paradójicamente, se está proponiendo soluciones enmarcadas en el neoliberalismo.
Por otra parte, la visión del proceso bolivariano, liderado por Hugo Chávez, tiene la seria intención de practicar la política con ética, es decir en busca del bien común, basado en el modelo del socialismo. El Presidente es un continuo y permanente apóstol, que cree en el poder del pueblo, de su autodeterminación y liberación. Fiel a su fe cristiana y su sentido ético que tiene del poder y de la política, ha logrado a despertar la conciencia de millones, no únicamente de venezolanos, sino de latinoamericanos, de su destino y transcendencia que tienen como habitantes del mundo. Ha creído y practicado incansablemente las sabias frases de nuestro libertador: “El gran poder existe en la fuerza irresistible del amor“ y “La gloria esta en ser grande y ser útil”. Ha dado majestuosas clases de lo que significa ejercer la política con una ética en el gobierno de un Estado soberano. Estos 13 años del proceso bolivariano, al colocarse en una balanza los aciertos y errores de este gobierno, es indudable que se inclinará a la “izquierda”, es decir, ha dimensionado al ser humano como centro de toda la política gubernamental, con una visión clara que “El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política." (Simón Bolívar).
Finalmente, esta confrontación de estas dos visiones tendrá un vértice de la parábola que vive el país para el 07 de octubre. ¿Ud a qué lado se arrimará?
"SE PUEDE ADMITIR LA FUERZA BRUTA, PERO LA RAZÓN BRUTA ES INSOPORTABLE"
Oscar Wilde.
Profesor UCV
miguelacho1998@hotmail.com