Siempre defenderemos al lumpen

Por oponernos al régimen de explotación contra las personas, nos acusan de subversivos; por defender la dignidad humana sin excepción, nos llaman: “los defensores del lumpen”. Cuentan que el lumpen es un segmento de la sociedad conformado por individuos que sobreviven en labores ajenas al trabajo formal y por ende sufren discriminación a pesar de que su conducta necesariamente no viole ninguna ley ni dañe a nadie. Asediados y criminalizados por el Estado Burgués, los personajes del lumpen han sido condenados al estereotipo de hambrientos, indigentes, comerciantes informales, artistas de la calle, mercaderes del propio cuerpo, lisiados errantes, mendigos y toxicómanos.

Contra ellos, se ha propagado la teoría del Derecho Penal del Enemigo (Günther Jakobs) que los estigmatiza como el sector que debe ser reprimido y asfixiado por el Estado punitivo. De hecho, previo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), la sola presencia de estos sujetos (máxime la gente de color) en lugares públicos era objeto de represión policial en virtud de la antigua Ley sobre Vagos y Maleantes. En este sentido, porque la defensa de los derechos humanos es nuestro apostolado social, nos oponemos a la idea fascista del castigo indiscriminado como solución general y ratificamos nuestra tesis marxista del Causalismo para advertir que son las circunstancias de exclusión las verdaderas multiplicadoras del crimen y la desadaptación social.

Insistimos en que solo mediante educación y trabajo digno para todos en una futura sociedad sin clases es como realmente podremos regenerar la sociedad. En efecto, nuestra ideología abraza los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos cuyo artículo 2, en su primer aparte consagra: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.

En el primitivismo que aún perdura en este siglo, donde el 80% de la población mundial muere por desnutrición y el otro 20% por obesidad; difícilmente podrán ser legítimos administradores de justicia quienes se ocultan tras la sombra de los poderosos y los acompañan en la agresión contra los débiles. Jamás las instituciones de cuello blanco financiadas con la sangre y el sudor de los desamparados, podrán generar equidad social. Mientras que los medios de comunicación contaminan las mentes juveniles con un “estilo de vida ideal” basado en individualismo, competencia inhumana, culto al dinero y consumismo que penetra entidades educativas, sitios de trabajo y centros de comercio; inevitable es preguntarnos: ¿quiénes son los actores del verdadero lumpen delictivo?

Constitucionalista. Profesor Universitario.
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com


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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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