América Latina está resteada

"Disculpe el señor pero este asunto va de mal en peor. Vienen a millones y curiosamente, vienen todos hacia aquí. Traté de contenerles pero ya ve, han dado con su paradero. Estos son los pobres de los que le hablé... Le dejo con los caballeros y entiéndase usted... Si no manda otra cosa, me retiraré. Si me necesita, llame... Que Dios le inspire o que Dios le ampare, que esos no se han enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado."
Juan Manuel Serrat en "Disculpe Señor" (Utopía, 1992)

América Latina está resteada. América Latina no come cuentos.

América Latina quiere ser libre y soberana. América Latina está saliendo de las cadenas que la han sometido por tanto tiempo a la miseria y el abandono.

Ahora, que el bloque de naciones progresistas integrado por Brasil, Argentina, Venezuela y Uruguay ha comenzado a dar los primeros pasos hacia una Latinoamérica unida y solidaria, desarrollada y próspera, autónoma y soberana, promotora de la justicia social y verdaderamente democrática, el legado histórico de nuestros Libertadores nutre de esperanza y coraje a los hombres y mujeres al sur del Rió Grande para hacer valer sus derechos humanos inalienables.

Al igual que sucedió en Bolivia, lo que ocurrió hoy, 20 de abril de 2005, en Ecuador, no fue sino la manifestación de la nueva actitud que ha asumido el pueblo latinoamericano frente a quienes desean continuar la senda de la opresión, la pobreza y la injusticia. Lucio Gutiérrez llegó al poder cabalgando en un discurso social que no tardó en tranzar por un puñado de prebendas en las sedes del FMI y Banco Mundial, traicionando a un pueblo digno se apostó en su puerta para exigir cuentas y cobrar su retórica neopopulista. Una lección que debe servir de advertencia a quienes aun coquetean con la globalización neoliberal a costa de la voluntad del pueblo.

Y que nadie diga ahora que lo que ocurre en Ecuador es obra y gracia de Hugo Chávez, porque la desestabilización en América Latina la desató el propio Departamento de Estado con su garrote, doctrinas y golpes de Estado; con sus títeres dictadores formados en la Escuela de las Américas y sus entrenamientos paramilitares para perseguir, torturar y exterminar todo lo que oliera a izquierda; con el neoliberal Consenso de Washington y la alcahuetería de sus cipayos politiqueros; extorsionando a gobiernos débiles y financiando programas del NED para desestabilizar a gobiernos democráticos; con su "guerra contra el terrorismo" y el siniestro Plan Colombia, que no ha hecho mas que postergar indefinidamente la paz en la región andina a costa del derramamiento de sangre de los hermanos colombianos.

Mas de 100 años de letargo han pasado, pero América Latina ha despertado.

América Latina está resteada. América Latina no come cuentos.

(*) Internacionalista, MA


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Antonio Guillermo García Danglades*


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