Hacia la CELAC

Identidad Nacional, Integración Indoamericana Caribeña y Polo Patriótico


“LOS QUE QUIERAN PATRIA, VENGAN CONMIGO”.

HUGO CHÁVEZ

PARA  INTEGRARNOS  Y AVANZAR  EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD DIFERENTE ¿ESTAMOS PENSANDO  EN  PRESERVAR  LA VIDA EN EL PLANETA O  SÓLO PENSAMOS EN  PRESERVAR “RECURSOS”, DEJANDO EN UN SEGUNDO PLANO LA DEFENSA DE LA VIDA EN SU CONJUNTO?

La construcción participativa y protagónica de la unidad por los propios pueblos  de América Latina y el Caribe, no  debe concebirse como una  nueva máquina para demoler nuestras diversidades en nombre de una “integración” mal entendida. No debe ser reproductora hacia adentro de lo que estamos negando afuera: anti-imperialistas hacia afuera, colonialistas hacia dentro. No podrá ser una nueva oportunidad para practicar el colonialismo  interno y desentenderse de sus pueblos originarios y  de los poblamientos  afroamericanos, campesinos e indodescendientes, más en un mundo donde la agricultura tiende a ser cada vez más dependiente del petróleo, contaminando con agrotóxicos los últimos acuíferos, cada vez que nos olvidamos de las modalidades tradicionales de los pueblos y sociedades colectivas para la producción de alimentos sobre la base de la soberanía y sostenibilidad ecológica agro- alimentaria.  El  anti-imperialismo debe reflejarse internamente, superando el colonialismo interno bajo cualquiera de sus usos, niveles y modalidades.

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      1.- YA NO ES POSIBLE MANEJAR LA CULTURA AL MARGEN DE LA VIDA COMO TOTALIDAD.  LA DEFENSA ACTIVA DE LA VIDA EN EL PLANETA, DONDE EL HOMBRE Y LA MUJER SON PARTE DEL ENTRAMADO DE TODO LO VIVIENTE, JUNTO CON  EL AGUA, EL AIRE, EL SOL, LA TIERRA, LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS,  CONSTITUYE HOY EL PRIMER ACTO DE CULTURA Y   POR TANTO DE  INTEGRACION CONTINENTAL  LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA. ELLO  TAMBIÉN REQUIERE  DE   SENTIDO DE INDEPENDENCIA FRENTE  AL  IMPERIALISMO OCCIDENTAL  CAPITALISTA, SENTIDO DE IDENTIDAD, DE DIGNIDAD Y DE CORAJE.

2.-Ya no es posible seguirnos manejando con la  idea de “nación” que nos traen los diccionarios de uso corriente y mucho menos el cada vez más extraviado Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, fundado en la ideología de la “cultura única mestiza”. Todavía con su acento en “la raza” y su confusión entre raza y etnia.(Étnico, “perteneciente a nación o raza”, continúa diciendo)…

1.2.-No  nos sirve, no solo para referirse a la naciente gran comunidad de naciones  latinoamericana-caribeña desde México hasta la Patagonia, como el acto más trascendente en la concreción del pensamiento  mirandino y bolivariano. Tampoco sirve, para designar a  lo interno de cada uno de nuestros países, sus regiones, provincias, áreas geohistóricas y culturales binacionales, pueblos y localidades, que también son multiétnicos y pluriculturales.

1.3.-Tampoco sirve para designar  a la misma España, que después de tanto  ruido, descansando sólo  en su “unidad interna” a sangre y fuego, ha tenido a regañadientes que  autorreconocerse en su propia diversidad de vascos, catalanes, gallegos, valencianos, hispanoárabes, hispanojudíos, hispanoamericanos, guanches-canarios, hispanoafricanos, hispanogitanos. Entre otras tantas diversidades internas. Diversidades que históricamente los colonialismos occidentales han venido presentando –en forma equivocada- como un obstáculo a la comunicación, integración y unidad de nuestros pueblos, naciones y países.

1.4.-Lo más común de esta equivocación es creer que nación representa siempre un solo origen, un solo idioma, una sola religión, una sola cultura. Vale decir,  la negación de  los aportes de otros pueblos y culturas conformadores de nuestras nacionalidades y países, particularmente los pueblos originarios, como “lo más antiguo, constante y específico del país y del continente en todo su devenir histórico”.(Como reza la placa de incorporación de Guaicaipuro al Panteón Nacional: 8 dic.  de 2001).

1.5.-Dentro de esta visión sectaria y fundamentalista de la cultura dominante, la nación sería sólo el idioma español,  el catolicismo, la herencia hispánica y el territorio ocupado como fruto de conquista y colonización.  En este orden de ideas, sólo estas tres cuestiones  nos unen y  todo lo demás divide, como lo han expresado algunos intelectuales fariseos para ubicar nuestras culturas nacionales… Es en este hispanocentrismo reaccionario y recalcitrante, vasconceliano, neolatinista, tecnoburocrático y desarrollista, donde reside la trampa para negar nuestras diversidades  en distintos planos: antropofísicos, de género, culturales, lingüísticos, sociodiversos, biodiversos..

1.6.- Sin sentido de identidad, sin identidad de nuestros pueblos, no hay identidad nacional. Sin sentido de identidad de nuestros pueblos y culturas, de nuestros pueblos y naciones, no hay sentido de la dignidad. Sin diversidad cultural e interculturalidad, no es posible el proceso de construcción participativa de la identidad de nuestros pueblos, por ahora  todavía envueltos en la cortina de humo de la ideología de la supuesta “cultura única mestiza”, que además de esta limitación, sufre de otra más terrible: es “blanca” por autodefinición, en cumplimiento del sueño de la “raza cósmica” y de la perorata “indologizante” del mexicano nazi-fascista  José Vasconcelos (1925). Su tratado de “Indología” hay que tomarlo aquí como sinónimo de lo desindianizante y en el fondo del fondo, también des-hispanizante a pesar de su anti-imperialismo de apariencia. México para él tenía dos grandes enemigos: los yanquis y los indios, colocados en el mismo rasero. Pero a la final, lo que vino fue la alianza de los yanquis y lo mexicano exógeno, contra lo originario y por tanto una desmexicanización. Una ideologizante construcción exogenética de la nacionalidad.  No es por tanto casual, que el Presidente Felipe Calderón en su intervención inaugural, comenzara hablando de Vasconcelos y su raza cósmica.

2.-No podríamos nunca reconocernos en una  “América Latina” que no se autorreconoce en sus pueblos y comunidades originarias y sus poblamientos afroamericanos y de indodescendientes.

3.-No podemos de esta manera, avalar una “integración” (asimilacionista), que nos desintegre como  pueblos, naciones, comunidades y regiones. La integración, debe ser en el respeto a nuestra intra-diversidad y sociodiversidad,  en la construcción participativa de la interculturalidad y de la equidad intercultural frente a la cultura dominante y las clases  hegemónicas. He aquí el papel del Estado docente intercultural.

4.-La integración continental  Latinoamericana y Caribeña no significa renunciar a  nuestra integridad político-territorial de cada uno de nuestros países; a nuestras identidades nacionales  y las identidades  específicas como pueblos, regiones y comunidades. La Patria es América, pero puedo ser venezolano y latinoamericano o peruano latinoamericano. La patria es Venezuela, pero puedo ser indígena, afrodescendiente e indodescendiente y venezolano al mismo tiempo.

     Por lo que respecta a la CELAC se trata de  la  creación  de un organismo continental y  caribeño, de 33 naciones para afianzar el respeto y el principio de no intervención, la soberanía y autodeterminación de los pueblos frente a cualquier tipo de hegemonía imperialista.  Con la creación de organismos específicos, que sustituyan las políticas del panamericanismo, que reprimió desde un principio al bolivarianismo con su famosa  doctrina de Monroe de 1823 y la Santa Alianza europea de 1815, que ya buscaba acompañar a  España para reconquistar sus colonias en América independizadas del dominio monárquico europeo.

4.1.-La Patria Grande dentro del sueño bolivariano  o Abya Yala del mundo kuna de Panamá, significa  en la actual coyuntura histórica superar todo tipo de colonialismo interno entre países y  al interior de nuestros países.   En este sentido, todo anti-imperialismo sería falso si no se complementa con la lucha contra el colonialismo interno en el proceso de integración continental y a lo interno de nuestros países, comenzando por la superación colonial en la interpretación de la actualidad  histórica, social y cultural de los pueblos  originarios.

5.- Así como hemos venido ubicando la naturaleza y fuentes del Polo Patriótico en nuestro país,  los pueblos tendrán que hacerlo  a escala  de Latinoamérica y el Caribe. Incorporando sus movimientos políticos y sociales. Pero en sentido más incluyente a sus propios pueblos.

6.-Tanto el ALBA, como  avanzada política, la UNASUR y la misma CELAC, la OPEP, África, tendremos que abordar muy  pronto las limitaciones que al planeta le impone el modelo económico estrativista y particularmente, la extremada dependencia de los hidrocarburos como la más pesada carga colonial contra la vida y las posibilidades reales de sobrevivencia del planeta.

6.1.-El desarrollismo, la petro-dependencia, petro-adicción y nuestra  condición de  pensionados del petróleo,  es  a nosotros hoy,  lo que es la guerra imperialista como sostén del falso bienestar de los  pueblos de Norteamérica y de Europa.   Nuestro falso bien-estar, del actual mundo industrial-urbano, impide el bien-ser de la Madre Tierra y de la humanidad.  Señalamos que uno de los grandes sueños del socialismo fue buscar la reconciliación de la esencia con la existencia, del hombre con la naturaleza, de la ciudad con el campo, del hombre con la mujer, de la oralidad con la escritura (y de todo progreso bien entendido, reconciliado con la vida como totalidad). Porque en el decir del mismo Marx, la cultura capitalista que nos domina ha traído la ruina de la tierra y el hombre.

6.2.- Hemos utilizado correctamente el petróleo como arma de paz, de integración y  de convivencia, gracias a la sabiduría y liderazgo acertado del Presidente Hugo Chávez. Lo hemos y seguimos usando como instrumento de transición hacia una sociedad diferente, en busca de un mundo pluripolar, geoestratégico, frente a la locura imperial; pero   estamos olvidando la  ecopolítica, la  política de la vida.

6.3.- No demonizamos el petróleo, pero tampoco lo podemos idolatrar. ¿No es acaso el petróleo parte de la locura de las superpotencias?¿No es el excremento del diablo de Juan Pablo Pérez Alfonzo lo que está de por medio hoy en Libia y el Oriente Medio?

6.4.-¿Es tan utópico arribar a otros paradigmas del Buen  Vivir?      ¿y será tan realista reacomodarnos  en  la   des-civilización petrolera y de los biocombustibles cuando ya el planeta no soporta el calentamiento global?  Preguntamos: ¿será sostenible el  modelo económico estrativista a mediano y largo plazo? ¿O debemos repensarnos en términos radicalmente distintos?

Altos de Guaicaipuro 3 de diciembre de 2011

Saúl  Rivas-Rivas. Asesor de la Dirección de Educación Intercultural del Ministerio del ppp la Educación y de la Comisión permanente de pueblos indígenas y etnias del Parlamento Latinoamericano.

guaicaipurosrr07@hotmail.com



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Saúl Rivas-Rivas


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