Juventud divino tesoro for sale

carolachavez.wordpress.com


La oposición venezolana necesita renovarse por encimita, sin alterar en lo más mínimo su esencia cuartorepublicana, darse una manito de pintura, un simulacro de frescura. Necesitan parecer otros, sin dejar de ser los mismos.

Cuántas caras nuevas hemos visto, fachadas que esconden ideas decrépitas, jóvenes que renunciaron a serlo, pequeños clones de la vieja política. Los nuevos mercaderes de la soberanía nacional.
La “generación de relevo”, empaquetada en los partiditos que surgieron de las migajas que dejó la implosión bipartidista, caras nuevas que se arrugaron de sopetón con su proceder golpista, añorantes del infame pasado reciente.

Desfilaron otras caras en 2007 dejando un reguero de aspirantes a algo que hoy no encuentran quién les permita aspirar a nada. Dirigentes estudiantiles que a la hora de alzar la voz clamaron, energúmenos, a favor de los empresarios que luego los explotarían.

Algunos hicieron caja, disfrazada de premios a la lucha por cosas tan ajenas a su lucha como la libertad, la democracia, los derechos humanos, abriendo un mundo de posibilidades a estos muchachos, fervientes adoradores del libre mercado.

Hoy proliferan grupitos con los más diversos nombres y un solo objetivo: ¡Fuera Chávez! Todos jóvenes, y más desde que se chispoteó por Wikileaks que son los movimientos juveniles opositores los que reciben la tajada más gorda del “apoyo” de la NED. Así, nuestra generación Paris Hilton, ávida de dólares, encontró en los movimientos antichavistas el camino corto al american dream, ese sueño americano, pesadilla de la humanidad.

Los vemos defender los privilegios de lo que, salivantes, denominan “la comunidad internacional”. Hablan de transición soñando con el CNT, que por apátrida, no puede llamarse libio. Tan jojotos y ya perdieron la pureza, esa fuerza que sólo se tiene en la juventud y que te impulsa, entonces, a querer arreglar el mundo. Ellos se marchitan prematuramente estorbando para que todo siga como va… como nunca debió ir.

Les importan tres pitos los hambrientos de Somalia porque de importarles tendrían que pensar por qué se mueren de hambre; y si pensaran, la verdad los golpearía en la cara y la verdad es incómoda para quien busca vivir con confort. Aplauden el más fuerte cuando éste despedaza a bombazos el futuro de otros jóvenes en otros países que se parecen tanto al suyo… bueno, no al suyo, sino al que, por mala pata, los vio nacer…

Ignoran a conveniencia las luchas juveniles que hoy efervescen en Chile, España, Grecia, Reino Unido, incluso en el corazón de Nueva York, porque esas luchas dejan a la suya sin argumentos y desnudan su desvergüenza.
Jóvenes decrépitos para quienes el tesoro de la juventud no es más que el puñito de dólares que puedan conseguir a cambio del futuro de toda su generación.


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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