Un café fue el sitio de encentro de varios paisanos, todos de diferentes religiones, cristianos, druzos, musulmanes sunitas y chiíta, entre ellos, un militante comunista, pero algo en común, eran libaneses y conservaban amistad desde su llegada a Venezuela muchos años atrás. Mi padre era el único de origen sirio, en mi caso, de ascendencia. Semana santa, días de reflexiones y encuentro de amigos, una ronda de cafés fue a cortesía del buen paisano. Característico son estos encuentros para hablar de política, de los problemas del mundo árabe en general, de Irak y su heroica resistencia y como era de esperar, de Líbano y los nuevos acontecimientos. Este último se convertiría en el tema fundamental del encuentro. Con visible preocupación un amigo marca la pauta, al parecer los organismos internacionales responsabilizan a Siria por la muerte de Hariri, en momentos en que al fin se habían logrado calmar las tensiones, que mas desean los norteamericanos, si ya lograron su objetivo en retirar al ejercito sirio. Se inicia el debate, el tono y nuestras condiciones nos obligaban a estar al margen.
Opiniones encontradas:
“Es el sionismo y no solo Norteamérica quien esta detrás de todo esto, ellos necesitan un gobierno que les sirva a sus intereses, un gobierno cristiano maronita, al Líbano le están aplicando las tesis venezolana y ucraniana, con la diferencia que aquí no funcionó”.
¿Que hay de malo en un gobierno cristiano? Soy cristiano y creo que debemos de dirigir el estado. El ejército sirio debió de retirarse desde hace mucho.
Los druzos también tenemos derecho, ¿Por que no un gobierno druzo? En la guerra estuvimos apunto de tomar del poder a no ser por la intromisión siria.
Recuerden que los chiítas somos mayoría, en el Líbano de hoy debería de existir un gobierno chiíta, nuestra marcha fue la mas numerosa.
Prefiero la bota siria presionando mi cuello a ver la bandera norteamericana e israelí flameando en el suelo de mi patria. Walid Jumblatt perdió credibilidad al hacer pacto con quien luchó a muerte contra su padre, Michael Aoun lacayo de Israel y asesino.
El comunista rompe su silencio: a ver tú, cristiano y tú, druso, ¿No son acaso los sionistas los herederos de aquellos jerarcas rabinos que llevaron al pueblo judío a pedir la muerte de Jesús por haber atentado contra sus inhumanos intereses? ¿No se dan cuenta que son los mismos que hoy desean crucificar al pueblo libanés de la misma forma que al palestino? Israel desea debilitarnos, enfrentarnos nuevamente, para así poder apropiarse de nuestras tierras, porque ellos simplemente no reconocen nuestras fronteras, las dos franjas azules de su bandera así lo expresan. ¿Repetir la guerra civil de 1975-1989, lo desean, no hemos acaso aprendido la lección? Se les olvida que somos árabes, que eso es más que decirnos: cristianos, drusos y musulmanes, somos seres humanos todos y eso posee mayor significado que la religión, no estoy contra ella, un gobierno no debe corresponder ni servir a ninguna facción religiosa. Estamos de acuerdo en que el gobierno sirio cometió graves errores, quien mejor que un comunista libanés para decirlo, la represión fue dirigida en especial contra nosotros, pero una cosa es el pueblo sirio y otra, muy distinta, es el gobierno. ¿No creen que nuestras posiciones alientan una masacre al pueblo hermano sirio por parte del imperio? ¿Acaso no se dan cuenta que estamos desviando la atención al verdadero problema que no es otro que el capital internacional y sus intereses lacayos y bastardos en el Líbano? Observen que han logrado en parte sus objetivos, estamos peleando entre nosotros mismos por espacios de poder para una elite ajena a los intereses del pueblo.
Caras de reflexiones y aceptación se reflejaron en todos, callaron y se despidieron con fraternidad y nuevas invitaciones a un café. La claridad y la razón del comunista, no pudo haber faltado.
