Le tomo la palabra a Alberto Nolia. Los “presos” en las cárceles venezolanas pueden expiar parte de sus condenas en la construcción de las viviendas del Plan Nacional. Muchos de ellos, digamos que el 20, el 25, 30 y hasta 40 por ciento de los reclusos, que son en este momento más de 40.000, pueden ser adiestrados en las diferentes especialidades que exige la construcción de conjuntos residenciales. De esta manera, un contingente de 8, 10, 12 y hasta 16 mil hombres y mujeres pueden incorporarse al ejército que se necesita para la construcción de los dos millones que, según el Plan Nacional de Viviendas, està previsto para los próximos seis años.
¿Qué tareas cumplirían estos “reclusos trabajadores”? En la construcción de un conjunto residencial son variados los tipos de trabajo que se requieren, y, previo adiestramiento y con la adecuada supervisión, pueden desempeñarse, rotativamente, en calidad de: maestros de obras, albañiles, jornaleros, ayudantes, plomeros, fontaneros, electricistas, cabilleros, instaladores de gas, luminotécnicos, mezcladores de cemento, carpinteros, transportistas, especialistas en estructuras mecánicas, jardineros. Además, funciones conexas, como: listeros, cocineros, mesoneros, tabiqueadores, técnicos para ascensores, instaladores de sanitarios, decoradores, operadores de montacargas, soldadores, pintores.
Por supuesto que todo conjunto residencial requiere de las correspondientes vìas de acceso, de allì la necesidad de: operadores de maquinarias pesadas, grueros, asfalteros, electricistas de alta tensión, mecánicos de variada especialización.
Un asunto a resolver sería el administrativo, tanto para la correspondiente clasificación de los reclusos trabajadores, como para la asignación justa de sus remuneraciones según el trabajo a desempeñar, que en ningún caso debe ser inferior al salario mínimo oficial, el control de sus horas de trabajo, las guardias correspondientes de cada cuadrilla porque se pueden habilitar dos y hasta tres guardias de seis horas cada una. Las horas de descanso, asì como la correspondiente logística para la alimentación y refrigerios, tienen que ser aspectos prioritarios. De manera que hay trabajo por montòn para hombres y mujeres, que progresivamente pueden reinsertarse en la sociedad en el trabajo conjunto con los consejos comunales y con la sociedad civil en general.
Por cierto que èsta no es una novedad: la Carretera Panamericana, que atraviesa todo el Centro Occidente del país, fue construida con grilletes en los tobillos por los presos del Presidente Juan Vivente Gòmez. Pero esta propuesta es completamente diferente, se trata de dignificar a quienes en un momento de su vida han violado códigos de conducta contra la sociedad.
No se puede pasar por alto la vigilancia y seguridad, por lo que los servicios de prevención y mantenimiento no pueden ser omitidos, aunque será una ardua tarea en razón de que las obras, según la planificación, estarán diseminadas en todo el territorio nacional. Es èste un detalle de extrema importancia que, por supuesto, tendrá que ser planificado por los cuerpos de seguridad correspondientes.
En caso de darse la voluntad política necesaria, deben abocarse las instancias correspondientes a ultimar los detalles de todo carácter: planificación, instrumentos legales y presupuestarios, fraccionamiento del trabajo respectivo, ubicación de los reclusos trabajadores.
Por cierto que ya el gobierno nacional ha dispuesto una erogación multimillonaria destinada a cubrir gastos para toda una serie de servicios de adiestramiento y capacitación en todos los centros de reclusión del país: bibliotecas, salas de estudio, carpinterìas, panaderìas, campos deportivos, sinfónicas, etc, etc.
Hay toda una baterìa de ideas que pueden ser suministradas por especialistas en este tipo de tareas, ahì dejo esta inquietud.
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