Viendo la preocupación de personas conocedores de ese mundo tecnológico el cual muchos lamentablemente desconocemos, y tomando en cuenta el ambicioso programa que el Gobierno bolivariano lleva adelante en matera educativa dotando a las escuelas de computadoras Canaima creo pertinente, en una especie de alerta temprana, hacer algunas sugerencias que aunque no son nada novedosas, siguen siendo el sentir de muchos docentes, padres, representantes y de la comunidad en general.
La inquietud comienza en primer lugar, porque en muchas escuelas los estudiantes se llevan las computadoras para sus casas, segundo; tienen puertos USB y eso hace factible que desde un pendrive u otro dispositivo se pueda ver en las “Canaimitas”, algún material distinto al autorizado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación y, tercero; poseen cámaras, lo que podría permitir la toma de cualquier tipo de fotografías sin la supervisión de rigor en un momento determinado.
Y sabiendo de la perversión de la que son objeto, además de las tradicionales computadoras de mesa con internet; laptops, teléfonos celulares y otros aparatos utilizados para el crimen y la pornografía en sucesos que, incluso, han conmocionado la opinión pública nacional y mundial, considero que se deben hacer algunas sugerencias por demás elementales:
1.- Que tanto docentes y representantes sean vigilante permanente del material que sus hijos e hijas tienen en las “Canaimitas”. No puede haber una de estas computadoras cuyos maestros o maestras y padres no estén al tanto de su contenido.
2.-Que cualquier anormalidad detectada por el o la representante en la “Canaimita”, desde el punto de vista de su contenido, sino tiene el debido conocimiento en computación, comuníquelo al docente respectivo, para que le sea verificado el programa de estudio.
3.- Tanto docentes como representantes deben estar atentos al material fotográfico, que procesan los alumnos y alumnas a través de las cámaras de sus computadoras Canaima.
4.-No dejar que personas extrañas manipulen las “Canaimitas” de sus hijos e hijas.
5.- Y lo más importante: maestro o maestra, profesor o profesora, que detecte alguna irregularidad en una “Canaimita” de un niño o una niña, debe hacer la denuncia respectiva a los organismos competentes. A veces se calla por pudor a la persona agraviada o por no ponerla al escarnio público, pero hacer silencio siempre ha sido un error muy triste y lamentable. Hay que pensar en que esos casos, de darse, no se repitan, porque el daño sería mayor. Hablamos de nuestros hijos.
El mutismo causa tanto o mayor perjuicio que el cometido por los criminales. Y por experiencia sabemos que en esa tónica nacen, crecen y se reproducen los delitos, con la diferencia de que luego no mueren como es natural en los seres vivos, sino que se alimentan cada día más hasta que se hacen incontrolables.
Los ejemplos abundan. Tenemos el robo de celulares, tema sobre el cual he hecho referencia últimamente. Ya es un dolor de cabeza que desangra al país. Cada día son más las personas indefensas asesinadas, para despojarlos de su móvil. Y todavía, la culpa sigue siendo de la vaca.
Por eso, una salida sana y responsable de presentarse alguna irregularidad con las “Canaimitas”, sería efectuar la denuncia formal ante los organismos pertinentes, a fin de que se tomen acciones y, si eso no ocurre, porque también sabemos de muchos funcionarios cuida-puestos en esas instituciones, se acude a los medios de comunicación capaces de manejar esos temas con la seriedad del caso. Aunque aquí como periodista sé que no hay nada a que temer, la ley bolivariana es severa en cuanto a la protección del menor.
Pero por encima de cualquier situación, hay que tomar en cuenta que con la denuncia nada se pierde, más bien se gana, o por lo menos le queda a uno la conciencia limpia como madre o padre, abuela o abuelo, como ser humano consciente de la educación sana que deben tener los niños y niñas de este país.
