¿A gestionar en favor de los empresarios paisas, bogotanos, vallunos y
costeños? ¿A cuidar su maltrecho proyecto de reelección? ¿ A neutralizar
mayores estragos derivados del bloqueo en la frontera?. A la clase dominante
colombiana le produce pánico que cada vez mas colombianos se contagien con
la dinámica revolucionaria bolivariana y sus logros en salud, vivienda,
educación, democracia y soberanía. Es lo que explica que la casta política
gobernante sea invitada de primera línea en todos los eventos donde se
conspira contra el Presidente Chávez. Los bolivarianos levantamos con
energía nuestro pedido para que Rodrigo Granda Escobar sea puesto en
libertad y regresado a la patria que le dio refugio escribe desde Medellín,
Finalmente se dio la visita del señor Uribe Vélez a la ciudad de Caracas,
supuestamente para presentar las disculpas solicitadas por el Presidente
Hugo Chávez, a raíz de la vulneración de la soberanía de la Republica
Bolivariana de Venezuela, con ocasión del secuestro de Rodrigo Granda
Escobar, destacado líder de las FARC, realizado el pasado 13 de diciembre en
la ciudad de Caracas, por un comando policial colombiano en complicidad con
agentes corruptos de los cuerpos de seguridad venezolanos, por lo cual se
pagó un abultado rescate con dineros del presupuesto del Estado colombiano.
Pero, ¿a que fue Uribe a Caracas? ¿a disculparse? ¿a gestionar en favor de
los empresarios paisas, bogotanos, vallunos y costeños? ¿a cuidar su
maltrecho proyecto de reelección? ¿ a neutralizar mayores estragos derivados
del bloqueo en la frontera?.
Las disculpas poco se notaron, pero no tanto por los tejemanejes del sutil
lenguaje diplomático que selló la declaración emitida hace algunos días por
la Presidencia de Colombia, donde se expresa el compromiso de no acudir a
procedimientos de hecho que afecten la soberanía bolivariana, como el
ocurrido con el secuestro de Granda, quien de todas maneras permanece
retenido ilegalmente en una de las mas tenebrosas cárceles del régimen
fascista colombiano.
El desplazamiento de AUV, no obstante sus quebrantos de salud, se inscribe
dentro de racionalidades mercantiles y políticas estrechas.
La poderosa clase empresarial antioqueña, junto con la bogotana, la valluna
y la costeña, hizo sentir todo el peso de su poder para aligerar un pronto
arreglo binacional que cortara los peligrosos efectos sobre sus lucrativos
negocios, derivados de la crisis en las relaciones de las dos naciones. Los
1.800 millones que valen las exportaciones colombianas hacia Venezuela, son
una cifra con la que no se puede jugar, argumentaron los caballeros del
negocio en Medellín, Bogota, Cali y Barranquilla. Era el vector que no podía
evadir el caudillo paramilitar, a riesgo de resentir cruciales soportes
políticos, pues la presidencia colombiana es como la alta gerencia de los
grandes negocios, a los cuales se debe estricta lealtad.
Negocios que son la fuente de la ³seguridad democrática² y de los
presupuestos reservados, de donde se tomaron los 2 millones 300 mil dólares
que financiaron el secuestro de Granda. Negocios, que además, frenéticos
aplaudieron el plagio como una gran victoria contra las FARC. Pero así es la
vida. Ahora esos mismos mercaderes sugieren prudencia y sensatez, porque
plata es plata y con candela no se juega. Es la ley de la ganancia la que
ordena los desempeños políticos y en este caso no podía ser de otra manera.
Hasta aquí los primeros y principales beneficiarios de la visita, que no son
propiamente los trabajadores, tan entusiastamente ³socorridos² por el
representante Gustavo Petro, ahora experto equilibrista del parlamento.
La otra favorecida, por ahora, es la reelección y el propio régimen político
imperante. Más de diez millones de colombianos que viven a lo largo de la
frontera y en departamentos cercanos, derivan la subsistencia del
combustible que ingresa a Colombia desde Venezuela, a precios bastante
favorables. Cooperativas indígenas en la Guajira, manipuladas por Jorge 40
el sanguinario jefe paramilitar; pimpineros de Cúcuta controlados también
por paramilitares; y comerciantes de Arauca y Bucaramanga, tienen todos
ligada su vida cotidiana a la abundante economía petrolera y carbonera
venezolana, y el bloqueo de la frontera los estaba arruinando, provocando un
creciente malestar contra Bogota y la Presidencia.
De haberse empeorado la situación, por su prolongación en el tiempo, era
inevitable su efecto negativo sobre los planes reeleccionistas y la precaria
legitimidad del Estado Comunitario, bastante agrietado por el creciente
repunte de las FARC, con las contundentes acciones de Iscuande, Puerto Asís,
Mutata y Vista Hermosa, donde salto hecha añicos la tan cacareada "seguridad
democrática". Deterioro político que indujo una extraña variación en el
discurso de Uribe para incorporar en su lenguaje curiosas alusiones a la
hermana Republica Bolivariana de Venezuela y al pensamiento del libertador
Simón Bolívar, algo que no corresponde a su servil personalidad pro
imperialista y antinacional.
Hasta aquí la renta política para la elite dominante colombiana que, por
ahora, recupera el trecho perdido.
Pero no hay felicidad perfecta
A pesar de que el tema de la invasión paramilitar a Venezuela no fue tocado,
no obstante ser una clásica manifestación del terrorismo, utilizado en este
caso para derrocar el Gobierno Bolivariano; el Presidente Chávez encuadró la
salida a la crisis en el encuentro bilateral, frenando así las pretensiones
yanquis de aprovecharse del incidente para continuar sus planes contra la
revolución bolivariana, que incluyen el golpe de Estado, la invasión de una
fuerza militar amparada por al OEA y con el gobierno de Uribe como principal
socio, una guerra de cuarta generación y el magnicidio del Presidente
Chávez, según lo acaba de denunciar Fidel Castro en La Habana.
Los gringos se quedaron con los crespos hechos. Gracias a la intervención
del Presidente Cubano, la crisis tomo otro rumbo, favorable a los interés de
la revolución bolivariana y adversos al aventurerismo del señor Bush y su
Canciller, que sienten pasos de animal grande con la integración
latinoamericana propiciada desde Caracas y con la cada vez más amplia
movilización popular continental contra el neoliberalismo y la pobreza.
Desde luego, no hay que hacerse ilusiones. Hacia el futuro son previsibles
incidentes mayores entre Venezuela y Colombia porque la naturaleza
antagónica de sus dos estados impulsa confrontaciones de distinto orden. La
camarilla oligárquica de Bogota buscara cualquier pretexto para dejar sentir
su inconformidad con los cambios que se presentan en la patria de Bolívar en
favor de las mayorías populares. A la clase dominante colombiana le produce
pánico que cada vez mas colombianos se contagien con la dinámica
revolucionaria bolivariana y sus logros en salud, vivienda, educación,
democracia y soberanía. Es lo que explica que la casta política gobernante
sea invitada de primera línea en todos los eventos donde se conspira contra
el Presidente Chávez.
Entre tanto, todos los bolivarianos levantamos con energía nuestro pedido
para que Rodrigo Granda Escobar sea puesto en libertad y regresado a la
patria que le dio refugio gracias la infinita generosidad de su pueblo.
fuente: agencia ANNCOL