Elogio a la estupidez extrema de Julio Andrés Borges

¿Escribir por escribir? ¿Opinar por opinar? ¿Analizar por analizar? El autoproclamarse estúpido es libre. Detenerse a leer los análisis de Julio Borges es lo más sublime de la estupidez. Por lo tanto, me declaro estúpido. Es que entre tantas estupideces triviales, digamos del montón, que se escriben, me inclino por aquéllas que, como las de cejas “arrejuntás”, clasifican en el primer lugar con categoría de “récord”. En un coloquio de varios amigos, donde estaban entre otros Roberto Pérez, Enrique Rodríguez, Alfredo Villarreal, Manuel Mendoza y Jesús Medina, se trataba de analizar el discurso político contenido en  los escritos de ese señor; al diseccionar algunos de ellos, la confusión fue total y no pudimos abstraernos de las comparaciones. ¿Será cierto que tiene un título universitario? ¡Creo que es abogado!, terció Manuel, como tal se presentó en el programa que dirigió algún tiempo en la TV con el nombre de su actual partido.

Creo que debemos centrarnos  en la capacidad de análisis estadístico de ese tipo con aspiraciones de político, porque hasta ahora no ha calificado ni como politiquero, ya que en la AN se asomó como verdulero. Mi conclusión es que sus escritos no calzan la categoría de análisis. ¿Podrían ser especulaciones? Descartado también, porque los especuladores algo de inteligencia tienen. ¿Y opinador? Menos aún, las opiniones llevan implícitas reflexiones, ideas, pensamientos, y ese espécimen es evidente que no piensa. ¡Pero las cifras, esos porcentajes que cita parecen ser concluyentes!, aseguró Roberto.

Como quiera que  a esas alturas se nos complicaba la conversación, optamos por especular sobre el origen de su título profesional. “Creo que se graduó en la universidad donde obtuvo su título “Summa Cum Laude” Eveling Trejo, señaló Alfredo”. “También puede haber sido compañero de promoción de Blanca Ibáñez”, indicó Manuel, su título fue imprimido en la misma universidad donde ella obtuvo el suyo. “Yo me inclino por la Universidad de Winnie Pooh”, enfatizó Roberto, porque allí estudiaron Mickey Mouse, el Pato Donald y Trucutú”. En mi opinión, fue compañero de banca en el colegio donde estudió el fisólofo del Zulia, sus ideas parecen inspiradas en los cantos de ballena y en los escritos políticos del Montes Kiú de 400 años antes de Cristo, sentenció César.

Esto es en serio, dijo Enrique. Creo que algún economista lo está asesorando, porque algunos porcentajes  parecen lógicos. ¡No te comas ese cuento!, regañó Manuel, estoy seguro que el tal economista le está mamando el gallo y lo está haciendo quedar en ridículo, porque esos porcentajes no pegan ni con pega loca, no ves que nadie le cree. Tan es así, que su nulo grado de aceptación lo descartó como posible precandidato presidencial para las elecciones de 2012, aunque ya sabemos que por algo lo llaman Julito 2080.

¡Pienso que, como las cejas le están creciendo hacia adentro, éstas se le han enredado en las dendritas cerebrales, de allí que sus ideas sean tan confusas!, sentenció Roberto.

Dejémoslo hasta aquí, porque es evidente que quiere suplantar a Adriana Azzi, y  pretende presentarse como numerólogo, quien quita que en ese rol le vaya mejor que como politiquero, porque después del chasco que se llevó en la AN con el asunto de los cheques de Pdvsa, ha adoptado un perfil bajo en el escenario de los politiqueros de oficio.

(*)Articulista

cepo39@gmail.com


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César Prieto Oberto(*)

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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