Alquimia Política

Las líneas estratégicas aplicadas a cultura

Todos los grandes políticos, en un momento determinado de su periplo de liderazgo, tienen que plantearse una filosofía de acción política que los lleve a capitalizar el trabajo en equipo y por ende la organización del partido político, u organización que lo respalda, hacia criterios de movimiento social activo. Esto le garantiza a la propuesta ideológica mayor oxígeno, mejores condiciones de planeación y por supuesto, menos desgaste ante las fricciones propias del ejercicio del poder. Por eso lejos de asombrar las denominadas “Líneas estratégicas de acción política”, del Presidente Hugo Chávez, pareció surgir con retraso dado que no es sólo un documento para la militancia del PSUV, sino para todos los ciudadanos que hacen ejercicio pleno de sus derechos democráticos. 

Estas líneas estratégicas, cinco en total, plantean una reinterpretación del contexto continental de la nueva izquierda latinoamericana. Ya no se trata de condensar ideas neoliberales con las marxistas, sino, desde ese plano de la oferta capitalista por un lado y socialista por otro, construir un nuevo discurso que represente las necesidades del colectivo y que se traduzca en respuestas articuladas y coherentes con el pleno rescate de los valores de solidaridad e igualdad que el imperialismo ha inducido a ser postergado con el uso de un discurso colonialista que destaca la protección a los intereses de las sociedades democráticas. No hay interés alguno, sólo la intención de seguir cultivando dominio sobre la territorialidad que le garantice recursos naturales y materia prima para alimentar sus ansias expansionistas.  

Las líneas estratégicas de acción política son un indicador de gestión para las políticas públicas. Su espíritu gravita en el fortalecimiento del diálogo entre los integrantes del gobierno local y nacional, y el soberano. Un diálogo activo, constante, que permita la autocrítica y haga posible la rectificación y reimpulso de aquellos proyectos que aún se mantienen inertes. A pesar de la campaña que a nivel nacional ha realizado la diferencia del PUSV, aún se aprecia que no hay una comprensión del impacto de estas líneas estratégicas en la conducción de las más importantes oficinas gubernamentales. Se cultiva el error de que son líneas políticas, sin digerir que la política está en todo y por lo tanto son líneas que pertenecen a todo ese espectro que dirige y orienta la política. Tal es el caso de la cultura. 

En esos avatares del trabajo legislativo, ya hace algún tiempo, coincidí con el maestro Tomás Montilla en una propuesta de Ley de Cultura para el estado Portuguesa; la maqueta de la propuesta, discutida con Tomás, se enmarcaba en direccionalizar tres estrategias en el ámbito cultural: una estrategia defensiva, manteniendo el equilibrio y buscando brindar mayor flexibilidad a la estructura burocrática cultural; una estrategia ofensiva, que garantizara la innovación y la creación de un concepto de cultura comunal que hiciera de la autogestión una bandera de acción inmediata para la divulgación de los valores culturales; y una estrategia analítica, que conjugara las dos anteriores, pero que garantizara la comunicación efectiva entre la comunidad y los representantes burocráticos de la cultura. Sólo bajo el concepto de un liderazgo compartido y participativo era posible la revolución comunal a través de la cultura.

Aquél proyecto quedó en el tintero con el fallecimiento de Tomás, y como la envidia campea en el aparato gubernamental, muchas trabas se fueron creando. Hoy día aparecen estas líneas estratégicas y vienen a confirmar que había razones de peso al proponer una ley de cultura que viniera a reforzar el trabajo de los promotores culturales y de todos aquellos grupos que bajo la figura del subsidio o apoyo gubernamental, hacen vida cultural en la región. 

Las líneas estratégicas planteadas por Chávez, para recordárselas, son: 1.- De la cultura política capitalista a la militancia socialista; 2.- Convertir la maquinaria en un partido-movimiento al servicio de la  lucha del pueblo; 3.- Convertir al partido en un poderoso medio de propaganda, agitación y comunicación; 4.- El PSUV como plataforma de desarrollo y fortalecimiento del Poder Popular; y 5.- La Constitución del Gran Polo Patriótico: una audaz política de Repolarización.    

Llevando estas líneas estratégicas al ámbito de la cultura sería: 1.- La cultura es el saber popular, enmarcado en la idiosincrasia, valores y sueños del pueblo; esa cultura está contaminada por el consumismo de la sociedad industrial capitalista, hay que motivar la creación popular y generar paquetes de estímulo a los creadores. Estos paquetes son, más allá de lo económico-mercantilista, condiciones dignas para que cada cultor desarrolle su oficio artístico sin mayor límite que el que imponga su talento. Sólo así cambiaremos esa imagen capitalista de la cultura y abordaremos una conducta socialista, pero para ello hacen falta decretos y reformas legales que le den concreción a esta propuesta inclusionista; 2.- La maquinaria cultural la conforma toda la sociedad; lo que hay que motivar es un recate real a los valores autóctonos y de identidad nacional. El trabajo se viene haciendo pero hace falta profundizar más; 3.- El Instituto de Cultura del estado Portuguesa y las instancias municipales de cultura, tienen que unir esfuerzo en publicar los valores del estado Portuguesa. Tiene que haber una agresiva campaña que proyecte lo cultural en el marco de una sociedad organizada bajo el ideal socialista; 4.- El poder popular corresponde a todos los cultores, por ello han de participar activamente el su construcción y en su fortalecimiento. Las Asambleas culturales deben comenzar a incrementarse; y 5.- El Gran Polo Patriótico Cultural es el asumir un cambio real de valores, polarizando el interés colectivo por encima del económico-administrativo, y haciendo realidad la participación ciudadana y elevando una conciencia social de respeto al ser humano, que impactará favorablemente el modelaje de ese hombre nuevo que se aspira crear con el recurso humano valioso con que ya cuenta nuestro pueblo. 

Como se ve, hay aún mucha tela que cortar, pero hay un horizonte claro, real, con ideas que es necesario empezar a transitar pero sin improvisaciones, con el convencimiento de que somos los únicos capaces de crear una sociedad socialista que responda a los más excelsos intereses de la mayoría y haga realidad el sueño bolivariano de una consolidación de la unidad patriótica en Venezuela. 

 ramonazocar@yahoo.com.ve 



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Ramón E. Azócar

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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