“Un sociólogo norteamericano dijo hace más de treinta años que la propaganda era una formidable vendedora de sueños, pero resulta que yo no quiero que me vendan sueños ajenos, sino sencillamente que se cumplan los míos.”
Mario Benedetti
Leyendo como acostumbro la prensa nacional, he encontrado una noticia que creemos merece la pena analizar, a la luz de esas cosas que en esta Tierra de Gracia pasan y sin duda seguirán pasando, diciéndonos todos los días cuán lejos estamos y seguiremos estando de ser un país decente y desarrollado. Me refiero a la extemporánea resolución de quien nos gobierna, de impedir decreto de por medio, de que el nombre, imagen y figura del Primer Mandatario Nacional, Comandante Hugo Chávez, sea utilizado para identificar obras de infraestructura de cualquier naturaleza y de bienes muebles o inmuebles gestionados por los diversos órganos de la Administración Pública Nacional, así como de organizaciones, programas y campañas publicitarias o propaganda. La normativa en cuestión, publicada en la Gaceta Oficial Nº 39.556 de fecha 19 de Noviembre de 2010, señala que no está permitido el uso de la figura presidencial para “…la identificación, nombre, denominación, caracterización, tipificación, calificación y designación de obras de infraestructura, construcciones, edificaciones, establecimientos, recintos, instituciones educativas y médico asistenciales, vías de comunicación, lugares o sitios públicos”, haciendo extensiva la prohibición a los partidos políticos y organizaciones sociales, quienes para el uso del nombre del Presidente deberán contar con su autorización.
La prohibición decimos nos parece extemporánea, porque ya no hay caso. Dudo que a estas altura no exista en este país un rincón, por más recóndito que sea, donde no aparezca, sempiterno el Comandante Presidente, abrazado de los Gobernadores y Alcaldes militantes del PSUV, anunciando el inicio de la construcción de puentes, carreteras, autopistas, urbanizaciones, hospitales, ambulatorios, universidades, escuelas, liceos, cementerios, acueductos, escaleras, comedores, bancos, hoteles, pensiones, núcleos de desarrollo endógeno, plantas procesadoras de leche, de cacao, mercales, pdvales y pare usted de contar, casi todas estas, a medio terminar o bien deterioradas a pocos meses de haberse inaugurado, por la sencilla razón de que en todas o en casi todas una cuerda de avispaos se cogieron los reales aprobados por Chávez, restándole calidad y cantidad a los trabajos y dejando al Comandante allí, observando impertérrito desde la valla dispuesta con su cara, casi siempre sonriente y con mirada bonachona, como en sus manos, pareciera sucumbir irremediablemente la República.
Es pertinente advertir aquí, que eso que ahora el Presidente Chávez trata de impedir dictando el decreto mencionado, tiene un evidente interés electoral, toda vez que con un proceso electoral prácticamente en ciernes – las elecciones presidenciales del 2012 – la única utilidad que tendría la entrada en vigencia de esa disposición, sería el facilitarle a Chávez, desmarcarse de las desastrosas gestiones, regionales y municipales, así como de no pocas erráticas gestiones de gobierno a cargo de organismos nacionales como Ministerios, Instituto Autónomos y otros que definitivamente ya han hecho mella en la imagen de un Presidente, que por más que intente hacerse el loco con las innumerables cosas malas y hechos de corrupción que se cometen al calor de su gestión y que el pueblo de a pie denuncia todos los días y por distintas vías, sin que haya ninguna respuesta que lo satisfaga, salvo el ser señalado por el propio Jefe de Estado de Traidor y contrarrevolucionario, no impedirán que se le señale a él como responsable y corresponsable de los desmanes que cometen sus más cercanos colaboradores.
Por lo demás, eso que ahora se pretende impedir mediante ese espurio Decreto, hace años que está prohibido por disposiciones de la Ley Contra la Corrupción. Y eso se tipifica en dicho instrumento como un delito denominado PECULADO DE USO. En este sentido el artículo 54 de instrumento legal señalado, contempla que:
“El funcionario público que, indebidamente, en beneficio particular o para fines contrarios a los previstos en las leyes, reglamentos, resoluciones u órdenes de servicio, utilice o permita que otra persona utilice bienes del patrimonio público o en poder de algún organismo público, o de empresas del Estado cuya administración, tenencia o custodia se le haya confiado, será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años. www.pantin.net
Con la misma pena será sancionada la persona que, con la anuencia
del funcionario público, utilice los trabajadores o bienes referidos.”
Cuanto de esto ha pasado
aquí en nuestras narices sin que nadie, ni la Fiscal General de
la República, ni el Contralor General de la República – por cierto,
¿existen todavía estas instituciones en Venezuela? – se hayan pronunciado
al respecto. Está claro, pues, que nadie tiene derecho a usar los recursos
económicos y los medios de comunicación del Estado, del gobierno,
de las empresas estatales, de las gobernaciones, de las alcaldías o
de las universidades públicas para promoverse, en razón de que administra
tales bienes o porque es militante de un partido. Y eso es lo que han
hecho y hacen nuestros dirigentes, comenzando por el propio Presidente,
todos los días, en todas partes, mientras a nosotros los pendejos se
nos va la vida, viendo como a pocos años de haber sido inaugurado el
Metro de Los Teques se queda varado por la estrepitosa caída de un
muro de contención mal hecho, de ver como a pocos meses de haberse
tapado un hueco en nuestras calles con el primer aguacero el asfalto
se levanta, como se pudren toneladas de alimentos de PDVAL en nuestros
puertos, como nuestras carreteras, sea para oriente, centro u occidente
se deterioran a paso de vencedores y permanecen cerrados miles módulos
de Barrio Adentro, mientras se nos vende la idea de que lo que pasa
es que estamos en transición al Socialismo y que cuando llegamos a
ese estadio, es que las cosas van a mejorar. No me jodan!!!!!!!!!!!!!!
rubenvillafa@hotmail.es