Y un cielo entero

Cae la tarde en Alto Prado. En la quinta Prohibido Olvidar se escucha la música de George Gershwin. Jean Brillembourg está al frente de su nuevo aparato de sonido y sus cornetas BW que le acaban de montar en su estudio. Se sirve un trago de coñac y levanta su mano derecha. “Brindo porque el régimen de Chávez se vaya y Kiki Aranguren abandone al chavista marginal que tiene ahora y vuelva a mí”.

Mientras tanto, en la quinta Ni un Paso Atrás, Harold Salvatierra y Jenny Alcock tienen una conversación. “Esa relación entre Jean y Kathy parece que no va bien, mi amor” –dice Harold. “El problema antes era Chávez, pero ahora el problema que tiene Jean es Kiki” –dice Jenny. “Sigue siendo Chávez, mi amor, no te olvides que Kiki anda detrás de un chavista que la tiene loca”.

En el barrio El Observatorio, en la calle Andrés Eloy Blanco, al frente del rancho donde vive, Gregorio González mira su celular, un vergatario que compró en CANTV, busca el número de Kathy y está tentado a llamarla, pero se contiene, sospecha que ella puede estar al lado de su esposo “el oligarca ese que tiene cara de no haber trabajado nunca”. Y entonces decide acercarse al consultorio de Barrio Adentro que está en su calle para hacerse un chequeo.

Jean Brillembourg sube el volumen a su nuevo aparato de sonido y la voz de Judy Garland en I Got Rhythm invade el ambiente. Kathy Mendoza, en su cuarto, buscó en su blackberry el nombre de Teodora. Decide marcarlo y al momento escuchó la voz de Gregorio que le preguntaba, ¿“Eres tú, mi amor?”. “Sí, Gregorio, quiero escucharte una vez más”. “Yo quiero verte, Kathy”. ¿Y dónde estás, Gregorio?”. “Ahorita en el consultorio de Barrio Adentro, viéndome con un médico cubano porque tengo asma”. “Quéeeee?” “Te preocupa que tenga asma, mi amor”. “No, me preocupa que te estés viendo con un médico cubano, ese te va matar, Gregorio”. ”Kathy, tengo que hablar contigo. Mañana estaré en el Parque Francisco Miranda en una jornada de trabajo voluntario y quiero verte allí”. “Trataré de ir, Gregorio, chao, nos vemos”. “Chao, mi cielo entero”.

Mientras tanto, Jenny Alcock le dijo a Harold que iría un momento al Centro San Ignacio a comprar unas cosas de navidad. Una vez en el San Ignacio, y mientras caminaba cerca del café Habana, escuchó una voz que la saludaba, “Qué tal, Jenny”, se volvió y descubrió a Ramón Pérez, lo saludó y le preguntó por Kiki Aranguren, “está por allí, pero te ves linda Jenny, provoca darte un beso, ¿puedo?” Jenny no dijo nada, entonces Ramón la abrazó y le dio un beso bien fuerte.

Muy cerca de allí, Kiki los veía.

robertomalaver@cantv.net


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Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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