Venezuela: Chávez no llora sobre la leche derramada

Ya quisieran los exaltados caimacanes de la oposición ver en tal situación al Presidente Hugo Chávez. Ese es su máximo delirio: encontrar derrotado, aniquilado e inhabilitado al líder de la revolución venezolana. Pero con holgura, él ha toreado a dichos personajes durante todos estos años. Ninguno le da la medida. Harta experiencia tiene acumulada Chávez como para perder la compostura, la serenidad y el equilibrio. En peores circunstancias lo hemos visto peleando como un león y salir avante en sus propósitos.

Que se olviden si piensan que el Presidente esta desentendido del clima y las circunstancias posteriores al 26S. Tiene toda la sangre fría para señalar que no se concretaron ni el mejor ni el peor de los escenarios. La Revolución colocó la vara bien alta, pero no pudo obtener los dos tercios. Esto Dentro de nuestro ejercicio crítico y autocrítico hay un elemento que cobra la mayor importancia: la distancia que se pudo comprobar entre el impresionante nivel de convocatoria durante toda nuestra campaña electoral, y la traducción de éste en votos efectivos. Ello exige una mayor afinación de nuestra estrategia.

Todo lo evalúa con un profundo sentido autocrítico, como corresponde a la ética revolucionaria. Sabe que lo peor es engañarse y mentirle a los millones de ciudadanos que lo respaldan.

Y agrega Chávez: por su parte, la contrarrevolución no pudo -y vaya que lo trataron y lo pregonaron sus variopintos dirigentes- quitarle al pueblo la mayoría en la Asamblea. Y esto, hay que decirlo, les va a costar caro. Sólo que se darán cuenta una vez les pase la borrachera del triunfalismo que respiran, sin que puedan esconder el odio y el resentimiento.

La Revolución Socialista sigue su marcha. Hemos obtenido una nueva victoria. ¡Y esa victoria se cobrará!, afirma el jefe del Estado

Pero quiero que me lean bien todos y todas: ¡Nada ni nadie detendrá la Revolución socialista, democrática y bolivariana!

Y dicho y hecho. El Presidente no se ha quedado quieto. En esta larga semana después del 26S, ha seguido con su imparable labor. Dos medidas dan pistas de su enorme capacidad de trabajo y gestión pública.

La primera está relacionada con la solución del grave problema de vivienda que afecta a miles de familias, puesto en evidencia ahora con la emergencia invernal que ha hecho enormes estragos en las personas más humildes. Chávez ha pedido a la Asamblea Legislativa que trabaje y decida sobre una Ley Especial de Vivienda, que ojalá cubra otros elementos fundamentales del desarrollo urbanístico de Venezuela con buenos Esquemas de Ordenamiento Territorial para favorecer la armonía y el buen uso de los espacios públicos en las grandes ciudades del país.

Adicionalmente, para producir resultados concretos e inmediatos se ha ordenado destinar mil millones de dólares de un préstamo chino para construir no menos de 25 mil viviendas en Caracas.

Todo esto, se elevará a responsabilidad de nivel presidencial.

Voy a trabajar con los demás poderes, gobernadores y empresas privadas, para solucionar el tema de la vivienda, enfatiza Chávez.

Ha invitado a la Asamblea Nacional, a estudiar los extensos campos de golf de la ciudad de Caracas, y cuántas viviendas o edificios, se pueden construir en una hectárea. Se deben analizar los terrenos disponibles en Fuerte Guaicaipuro de los Valles del Tuy y Fuerte Tiuna en El Valle de Caracas.

Ha dicho Chávez que existen galpones abandonados en Catia, Petare y Antimano, terrenos extensos que pueden servir para la construcción de viviendas para los sectores populares.

La segunda medida es la determinación contenida en el decreto Nº 7 mil 700, donde se expone la expropiación de la empresa agrícola española Agroisleña, situada en la localidad de Acarigua, en el oeste venezolano, y dedicada a la distribución y venta de productos agroquímicos en toda Venezuela. El grupo se ha constituido en un oligopolio, ejerce posición de dominio y competencia desleal en la economía venezolana.

Agroisleña es la principal reserva de agro tóxicos, prohibidos en Centroamérica y en algunos países de América Latina, y se ha convertido en un brazo desestabilizador, asociado a las transnacionales como la DuPont, Monsanto y Barco Vikingo. Media pendejada.

Esta medida garantizará la producción, la seguridad y la soberanía agroalimentaria de los venezolanos, que además contribuye a erradicar el latifundio y reafirmar las capacidades del pueblo venezolano en la producción agrícola.

Esta importante determinación oficial independizará a los productores de las transnacionales, permitirá reducir precios de semillas y fertilizantes, además de facilitar el desarrollo de una agricultura sustentable

La nacionalización de la empresa Agroisleña, propiciará a los pequeños y medianos productores “encarrilar” una agricultura ecológica, sin depender de las transnacionales.

Bien es sabido que el uso de agro tóxicos impide el desarrollo agroecológico y sustentable. Con la medida de Chávez se recupera la posibilidad de crear un nuevo modelo agrícola en Venezuela.

Lo cierto es que los grandes terratenientes se han sustentado en créditos exclusivos otorgados por Agroisleña para la adquisición de insumos, dejando a un lado a los pequeños productores y campesinos.

Venezuela mantiene una lucha contra la monopolización y cartelización y Agroisleña representa el monopolio de la agroindustria y de los agrotóxicos.

Queda claro que esta medida beneficia a los trabajadores del campo, que por años han sido excluidos por las grandes empresas capitalistas, quienes sólo respaldan a los terratenientes.

Los propietarios de esa transnacional son unos usureros, por cuanto compran a la industria petroquímica el saco de fertilizante a 32 bolívares y lo venden a los productores a 96 bolívares.

Esta empresa realiza prácticas de oligopolio, las cuales están prohibidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, además el decreto rompe con los procesos especulativos de la empresa.

Considerando la especulación como práctica capitalista en la venta de fertilizantes por parte del grupo Agroisleña C.A., y a pesar que el Estado venezolano invierte ingentes cantidades de dinero en el subsidio, éstos (los fertilizantes) terminan con un incremento del 250% por encima del valor sugerido causando aumentos en los costos de producción que se trasladan al consumidor final encareciendo los precios de los alimentos.

Bien tomada la medida. Ya se vino encima el tropel de Fedecamaras y demás gremios empresariales burgueses, incluida la maquinica venenosa mediatica para descalificarla con toda clase de argucias entre las que incluyen ataques al comunismo, al socialismo, al modelo solidario de economía social y, por supuesto, adoracion ilimite a la sacorsanta propiedad privada capitalista

Ojala estos dos trascendentales actos del Presidente no vayan a ser desviados por la corrupta burocracia del Estado corporativo, que aprovecha cualquier oportunidad en las nacionalizaciones para echarse al bolsillo millones y millones de reales que invierten en lujos y extravagancias, no obstante que se proclamen muy socialistas y revolucionarios radicales. Esta plaga definitivamente está malogrando lo mejor de la gestión presidencial.

Definitivamente, Chavez no llora sobre la leche derramada. Esta hecho de otro material que lo hace un trabajdor incansable. !Adelante Presidente!.

benitez.3334@yahoo.com.co


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Horacio Benítez


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