La utopía vive

Suelen decir los filósofos occidentales que la época de las utopías ya paso, Y probablemente tiene razón en un sentido, a saber, que los ricos, bienestantes y cortesanos del poder no necesitan utopías, les basta con lo que hay socialmente y con el control de la tecnociencia, a la que atribuyen la mayoría de los males de nuestra época. Pero en realidad, los ricos bienestantes no han necesitado nuca utopías sociales, aunque a veces ellos y los cortesanos del poder hayan amado las utopías literarias o el contenido literario de las utopías sociales por razones estéticas.

Las utopías sociales han surgidos históricamente, al menos en la época moderna, de las necesidades de la humanidad sufriente, eso si, sensiblemente percibidas por la humanidad pensante. Hace algunos años atrás las esperanzas de cambio eran lejanas, hoy los movimientos sociales y algunos gobiernos, empujan los vientos de cambio en el mundo particularmente en Latinoamérica, donde crece la necesidad frente a la injusticia con los más pobres de la tierra

El espíritu de las utopías modernas, el espíritu de Tomás Moro, sigue presente en los movimientos sociales alternativos. Las utopías furierista y cabetiana, que nacieron el las sociedades industriales, se expresa en las comunidades ecopacifistas, aunque restringidas a pequeños ámbitos territoriales su eco supera fronteras, en la lucha por lograr formas de vida distintas al industrialismo productivista, en armonía con el medio natural y reapareciendo en no pocos de los movimientos ocupas que denuncian en Europa el problema de la vivienda en unos términos no muy distintos a los que emplean Friedrich Engels en su época.

La utopía reaparece explícitamente como encuentro entre tradiciones emancipadoras en los filósofos y teólogos latinoamericanos de la liberación en la ética de la liberación de Enrigue Dussel, en las obras de Franz Hinkelammert, en los escritos de Leonardo Boff El espíritus de la utopía sigue presente en muchas reflexiones y propuestas actuales de las corrientes radicales del movimiento feminista. No es casualidad que así sea, puesto que el feminismo radical, de orientación igualitaria y se ha empeñado en una ampliación significante de lo que hemos llamado derechos humanos, lo que hoy representa uno de los retos mas sólidos a toda ética tradicional.

Pero lo que es mas importante, el espíritus de la utopía ha tomado cuerpo en el fenómeno mas significativo del cambio de siglo, que ha sido el rápido desarrollo del llamado movimiento de movimientos, cuyas acciones en Seatle, Praga, Génova y otros lugares han alcanzado una repercusión mundial, la utopía del movimiento de movimiento lleva en su seno, uno de los síntomas de esperanza, es el crecimiento en la toma de conciencia para hacer frente a los efectos de la globalización neoliberal Estos movimientos no deben quedarse en sus fronteras, juntos deben contribuir a construir una propuesta común contra el capitalismos, -los movimientos campesinos en todo el mundo luchando por el derecho a la tierra y por una agricultura ecológica sustentable- que permita la existencia de un equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

Venezuela es nuevamente una referencia 11 años, pero lleva doscientos abonando el terreno de la liberación definitiva, a través de la resistencia de nuestros pueblos y el ideario bolivariano.

El pensamiento de Simón Bolívar es la amalgama vital de Simón Rodríguez y muchas ideas utópicas de aquella época, que tuvieron futuro cuando el ejército libertador hecho pueblo de nuestra América derrotó el imperio español. Pero que más tarde cayó bajo la traición de una clase la oligarquía criolla, que apenas enseñaba sus garras

En la actualidad, la revolución bolivariana también bebe del pensamiento socialista del que derivan concepciones fundamentales para derrotar al capitalismo…..(completar esta idea) En la medula misma del pensamiento socialista es posible hallar dos ideas muy importantes. Utopía y revolución. Sin embargo, casi nunca se estudia su relacion mutua. A parentemente la revolución implicaría el rechazo o la exclusión de la utopía, y la utopía implicaría la proscripción o la negativa de la revolución. Este parecería ser, sucintamente descripto, el enfoque de los pensadores socialistas del siglo XIX. En el siglo XX y hasta comienzo de la primera guerra mundial, la polémica auque restringida a las disputas ideológicas que surgían periódicamente entre los marxistas y los no marxistas, entre los marxistas y los anarquistas fue un poco más animada.

La idea de Babeuf consiste en tomar el poder para devolvérselo al pueblo, pero antes es necesario vencer algunos obstáculos. Si se convoca a las masas a una elección, estas son muy capaces de restaurar la tiranía. Hay que educarlas antes de que ejerzan la soberanía.

Es inevitable que una vez lanzados por la pediente de la impaciencia y la autoridad provisional los partidarios de Babeuf trasformen la revolución social en una guerra organizada, con todas las reglas del juego. Jeranguia, disciplina, obediencia, ordenes, especialización, ect. Se trata de una revolución manejada desde arriba por un estado mayor o un comité de expertos, hasta que llegue las hora de las masas puedan actuar por si misma después de derrotado el enemigo y de conquistado el poder. Esta ambigüedad de la tendencia de Babeuf se repite de Augusto Blanqui y sus partidarios.

La honestidad y las buenas intenciones son pruebas de devoción ofrendadas al pueblo, un pueblo todavía ignorante, reducido a una simple materia inerte, o más exactamente a una fuerza de choque principal en el campo de la batalla. La esencia de corriente de Beuf consiste en la violencia organizada sometida a una dirección exterior.

Su humanismo esta en su intención, en el objetivo, en la utopía, pero no se lo encuentra en los medios menos que uno considere que los actos de venganza perpetrados por las masas rebeldes constituyen manifestaciones de su voluntad de emanciparse.

En este caso el propósito de la violencia consistiría en humanizar la violencia, porque aspira a fundar una sociedad desprovista de violencia. hoy cuando la humanidad se siente amenazada por un conflicto global que terminaría con la especie humana.

sflores@ivic.gob.ve


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Saul Flores


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