Cartas a Arthemis

Adversidad en la visión bancaria

Carabobo se ha convertido en un icono para recibir todos los males en el servicio público, el sector alimentario y las arremetidas policiales a través de los puntos de control. Pareciese que no hay una plataforma organizativa para determinar las debilidades de su capital, que, ofrece una imagen deteriorada y los residentes del Sur como verdaderos galápagos, los fines de semana orientan sus pisadas a los grandes centros comerciales del norte originando un caos vehicular porque los mismos se encuentran en las principales urbanizaciones de nuestra ciudad capital. Lo único que ha crecido es el consumismo desmesurado, los trabajadores caen en el terreno publicitario como victimas y gastan su salario en los productos ofrecidos y se olvidan del sustento para su hogar. Lo malo, es que una sola empresa ofrece una multiplicidad de marcas comerciales, porque, son las únicas que mantienen control sobre estos productos manufacturados y  por lo tanto, no existe competitividad.

La crisis del capitalismo esta llevando a China a un programa de ofertas para que sus compradores se adeuden y los gastos administrativos serían cancelados por el consumidor, básicamente, se esta tomando otro camino  para ir a los créditos bancarios y la entrega de dinero en efectivo por vía de las tarjetas de crédito. Ya en 1994, La Ley Presupuestaria China aprobada en ese año prohibía a los gobiernos locales y sus satélites endeudarse y, por pura coincidencia en ese mismo año la crisis cambiaria abría sus hocicos en Latinoamérica y el Banco Federal no escapaba a esa realidad, los ahorristas guardaban allí su dinero por tontos. Igual pasará con el BOD y no soy analista financiero. Simplemente, los entes bancarios jugaron con su propia muerte y rompieron las barreras de regulación y utilizaron el dinero de los ahorristas para cancelar sus placeres y la deuda contraída con China y sus satélites, vía de los créditos públicos.

El Estado debe abocarse a un control fiscal más estricto y no es posible que una sola empresa tenga todas las patentes para envasar alimentos que van a llegar más tarde a los consumidores vía de los mercados libres, supermercados, bodegas y tenderías. Hay que leerse los Tratados económicos de Francia, Alemania, Inglaterra y China. Estados Unidos es el fiel depositario de este gran desorden económico.

Debemos ir a una reforma del Estado para actualizar el marco jurídico en la visión económica del país y evitar estos grandes desfalcos financieros y que un grupo de personeros políticos jueguen  a la miseria del pueblo y justificar bajo presión constante del mercado, los índices de inflación  que determina la destabilización sociopolítica del país. Son solo seis leyes que habría de modificarse y no 66 como lo contemplaba la temaria del proyecto pasado.

Muchos líderes políticos, desde el siglo XVI han llevado a una muchedumbre hacia el vacío, dañando la ideología e incriptando pensamientos contrarios al sentimiento nacional, dando lugar a un fanatismo ideológico atroz que daña todo un entorno social. Lo mismo sucedió con la oposición venezolana, que, en vez de trabajar y promover la lucha de clases a nivel de las barriadas populares, estímulo un sentimiento altivo en un sector poblacional, que, no logra darse cuenta de la realidad en que nos encontramos y defienden a quienes dañaron el patrimonio publico a través de una corrupción abierta. Es nuestro país una tierra de incautos que desean vivir de la sotifiscación de los acaudalados, cuando su presupuesto personal estira y encoje en detrimento de su núcleo familiar y solamente, basta, encontrar las claves para que, sin fines propagandísticos descubramos la realidad bancaria que destrozó a Grecia, España algo de Portugal y ahora se vuelve extender a Venezuela por la falsedad aritmética de unos banqueros que fingiendo ser burgueses solo tienen como meta destruir al bolivarianismo y vivir de las calamidades del pueblo, a quien solo le ofrecen migajas.

Solo deseo que Carabobo resurja de las cenizas y tengamos la suerte de tener un buen alcalde y un buen gobernador. Acá residimos gente con sentimientos patrióticos y nos duele que nuestra entidad siga en manos de la vieja burguesía adeco copeyana, que esta dañando todo su estructura industrial y urbana. Solo deseamos visualizar el mundo. 

emvesua@cantv.net



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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