Bases asesinas

Ciudad Juárez, la séptima zona metropolitana más grande de México y la más importante del estado de Chihuahua, en la frontera con Estados Unidos, ha visto caer en lo que va de año más de dos mil personas a manos del enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes.

Apenas a unos cuantos kilómetros, la base militar de El Paso, en territorio norteamericano, emplaza a unos 20 mil efectivos, supuestamente destinados a combatir el narcotráfico.

En Diego García, el pequeño atolón del océano Indico, Estados Unidos posee desde 1966 el "derecho" cedido por Gran Bretaña para operar el más brutal centro de torturas del mundo. Para lograrlo, desplazaron a toda la población de esa pequeña isla, que todavía hoy suplica por la posibilidad de retornar a sus tierras ancestrales, tal como está perfectamente demostrado que sucede en Afganistán, Bagram, Guantánamo e Irak.

Más de seis mil bases militares regadas por el mundo entero, donde la práctica criminal y salvaje de la tortura más espantosa y cruel es el objetivo fundamental como logro supremo de una idea que ha encontrado en esta modalidad la forma de evadir los controles y las restricciones legales de cualquier nación que pretenda frenar en modo alguno el afán hegemónico de la sanguinaria potencia.

Hoy, asistidas por las llamadas eufemísticamente "empresas contratistas", vulgares mercenarios destinados a producir cuantiosos beneficios económicos con el horror de la guerra, las bases militares norteamericanas se erigen en la más espantosa calamidad de la historia contra el género humano después de las peores pandemias y desastres naturales, cuyo único factor común es el carácter inocente de las poblaciones que arrasan.

Una dolorosa profecía del Libertador Simón Bolívar que se cumple hoy en medio de la más profunda indignación del mundo, pero que, a diferencia de todo cuanto sucedió en el pasado, encuentra en la propuesta revolucionaria que impulsa el presidente Chávez hasta en los más apartados confines del planeta el muro de contención que jamás tuvo.

Los pueblos del mundo, hoy en Caracas para asistir al Congreso Mundial de Partidos de Izquierda y al primer Congreso Extraordinario del Psuv, se levantan para gritarle al imperio que no pasará en nuestro territorio con sus bases asesinas.



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Alberto Aranguibel B.

Comunicador social e investigador. Conductor del programa Sin Tapujos, que se transmite por Venezolana de Televisión. Asesor Comunicacional y de Imagen en organismos y empresas públicas y privadas.

 albertoaranguibel@gmail.com      @SoyAranguibel

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