Va palo abajo...

¡Vaya lunes para el imperio!

Pobrecito este imperio que sólo empeora, y que imperativamente sucumbe, faltándole ya poco para dar lástima:

1) El dólar en caída libre tras la conmoción financiera bursátil a nivel mundial (con quiebra garrafal del importantísimo banco estadounidense Lehman & Brothers, actor mayor de los préstamos de Estado y jefe supremo en el mercado de tasas de interés para la divisa nacional!)

2) Un par de embajadores sacados el fin de semana de su "patio trasero", a patadas por el trasero (...)

Y 3) Una inédita, "nunca vista" demostración de solidaridad suramericana de Estados que a través de Unasur —naciente y con buena estrella— le restriega en la faz al imperio la prueba de nuestra lógicamente merecida, irreversible y ahora definitiva independencia!

En estos dos últimos puntos (el 2 y el 3), Bolívar ha sido honrado!

El primero dejémoslo a la providencia, o más bien a la prueba científico-histórica de que todo lo imperial-inmoral se cae un día por su propio y grosero peso.

Ahora sólo nos resta aprovechar la fresca energía revolucionaria que la memoria del Padre de la Patria, en consecuencia, irradia sobre nuestra lucha, y emular con bravura su doble ejemplo en la guerra y en la diplomacia. En ambos dominios fue siempre connotado por abordar las circunstancias con una agresividad prospectiva que aún no llegamos a caricaturizar siquiera.

Y es que Bolívar está todavía en el futuro... Padre ardiente de múltiples patrias, su sabio método fue siempre el "picar alante", y considerar como prioritarias sólo las más osadas opciones. Y es sólo por eso que pudo haber cambio en la historia.

Pero ese no es, para nuestro propio infortunio, el método que hoy de manera general nos caracteriza. No lo hemos aún bien asido. Parecemos por el contrario estar relegados a sólo responder, a apenas reaccionar ante los embates e iniciativas del oponente, actuando a la defensiva y por lo tanto cediendo el rol conductor de la batalla al enemigo. Se trata de una actitud pasiva que a la larga genera un lapso de tiempo favorable a él, y con la cual terminamos legitimando, a pesar nuestro, un nefasto encubamiento del germen de impunidad que invariablemente termina pudriendo a cualquier sociedad.

Seamos sinceramente auto críticos y acabemos con esta y otras máculas. Sigamos adelante, pero sin olvidar estos dos básicos elementos que están bien presentes en la partida de nacimiento de las naciones fundadas para la dignidad por nuestro padre Simón Bolívar: INICIATIVA y OSADÍA.

Así, pues, y porque nuestro proceso debe no solamente tenerse por, sino SER uno de cambios realmente, "seamos realistas y exijamos lo imposible!"

¿Quién dijo, después de todo, que sería fácil ser BOLIVARIANOS?

Pero ya lo vemos, desde que logramos serlo un poquito, las cosas comienzan a andar mejor. Y es que en realidad no tenemos alternativas:

Compatriotas, si ser BOLIVARIANOS es cosa muy ardua, recordemos que serlo es lo único que hará que al imperio se le haga aun mucho más difícil ser imperio.

¡Venceremos!


xavierpad@gmail.com


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Xavier Padilla


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