En el artículo anterior, narramos situaciones y hechos que demuestra que la Central de Inteligencia Americana (CIA) siempre ha actuado en Venezuela y esta actuación ha contado con el consentimiento de los gobiernos de la llamada IV Republica.
Desde bases secretas instaladas en nuestro país, desde el gobierno de Venezuela, la CIA actuó, asesorando desde el gobierno de Rómulo Betancourt, a sectores militares y policiales para que enfrentarlos de manera más eficiente a los grupos de izquierda que habían decidido enfrentarlos de mediante la acción de las armas.
El asesoramiento no se dirigió sólo con relación a la policía interna de Venezuela sino, que también se orientó a consolidar una política en nuestro país, para aislar a la República de Cuba, a la cual se pretendía separar de todos los países de la región, lo que posteriormente, consolidaron y han tratado de mantenerlo.
El propósito del Gobierno de los Estados Unidos con la instalación de esto estos centro de la CIA, en Venezuela y otros países de la región, tópico que está documentado era además de apuntalar el dominio de los Estados Unidos en la Región, evitar por todos los medios la expansión de la ideología comunista en todo el continente, con lo que permitirían consolidar la hegemonía de los Estados Unidos. Todos los gobiernos de la llamada IV República aceptaron estas imposiciones, porque estaban subordinados a los Estados Unidos.
En ese sentido de se les permitía actuar a sus anchas, recopilando información que se compartía con los organismos policiales nacionales, realizar operaciones encubiertas y actuar muchas veces sus agentes en operaciones que se realizaban contra los grupos guerrilleros venezolanos.
Pueden dar Fe, muchos de los detenidos de esa época, de los interrogatorios a los que eran sometidos y la presencia de agentes de la CIA, durante los mismos.
Todo el volumen de información que era recabado en Venezuela bajo la orientación de los agentes de inteligencia de la CIA, se utilizó luego por los organismos policiales bajo su dirección contra la insurgencia armada revolucionaria, y sirvió para detener dirigentes importantes, emboscar y matar a otros, realizar operaciones psicológicas para desquiciar mentalmente a muchos combatientes, forzándolos a la delación y la traición.
Nadie puede dudar y menos ahora, con el volumen de información que ha sido desclasificada que nuestro país en la IV República fue pieza de primera mano, con el consentimiento de sus gobiernos, para que los agentes de la CIA, desde Venezuela, realizaran operaciones contra gobiernos de la región que eran molestos para la política estadounidense.
La llamada "Operación Cóndor", por ejemplo, fue apoyada desde Venezuela y consistió en una campaña de terror de estados desarrollada por dictaduras latinoamericanas, que con el apoyo de los Estados Unidos, se logró asesinar a dirigente de izquierda y progresistas en todo el continente.
Quien puede dudar hoy, con la información que se maneja que los gobiernos de Venezuela, a la sazón, contribuyeron con el derrocamiento del gobierno constitucional de Salvador Allende y la instauración de la Dictadura de Pinochet en Chile.
Figuras emblemáticas de la Represión en nuestro país como López Sisco, por ejemplo, tenían formación y entrenamiento de la CIA en los Estados Unidos, fue comisario de la Digepol en Venezuela y fue uno de los autores intelectuales de Masacres que aquí se ejecutaron como las conocidas del "Amparo" y "Cantaura", donde murieron decenas de revolucionarios.
Se podría dar muchos más ejemplos de esta ésta especie de conchupancia y mutuo apoyo de los gobiernos venezolanos con la CIA, herramienta de los Gobiernos de los Estados Unidos en intereses políticos comunes, pero esto ejemplo susodichos son tan claros que permiten la comprensión del fenómeno.
Estos gobiernos venezolanos, permitieron y convalidaron la actuación de la CIA, para actuar no sólo contra factores nacionales sino, también como punta de lanza contra gobiernos de otros países de nuestra región en apoyo y defensa de la política hegemónica de los Estados Unidos.
Esta Alianza permitía a los gobiernos venezolanos utilizar toda la inteligencia de la policía estadounidense contra los factores en armas que intentaban derrocarlos, pero también les permitía recibir el apoyo financiero de los Estados Unidos, para consolidar sus economías, consolidando, al mismo tiempo, la influencia en la Región de los Estados Unidos.
Como observamos, la alianza era de mutuo interés y de mutuo beneficios para ambos.