Vivimos tiempos críticos y contradictorios, somos agentes, actores o autores conflictivos y complejos, marcados por la amenaza real de colapso de la vida como hoy la conocemos. A pesar de ello, el planeta Tierra persistirá y podría dar lugar a nuevas formas civilizatorias. Nuestra especie, el Homo sapiens sapiens, surgido hace unos 200.000 años en el sur del continente Africano, no hay precisión del lugar exacto de su aparición, investigaciones recientes sugieren que la zona ancestral de los humanos modernos podría ser el sur del río Zambeze, en lo que hoy es Botsuana, Namibia y Zimbabue. Las primeras civilizaciones humanas han atravesado diversos procesos evolutivos y civilizatorios, pero, en apenas cinco siglos de modernidad capitalista, nos enfrentamos a la mayor crisis de sentido, ética y vida planetaria.

Dialéctica de la Vida: De la Naturaleza a la Humanidad

Desde el Big Bang hace 13.800 millones de años hasta la formación del Sistema Solar y la Tierra, hace 4.500 millones de años, la evolución ha generado saltos cualitativos: la materia inerte dio lugar a la vida; la vida unicelular evolucionó hacia formas celulares más complejas; surgieron la flora, la fauna y finalmente la humanidad. Estas grandes transformaciones naturales expresan una dialéctica vital entre naturaleza y humanidad, que se ha roto por la lógica del dominio político poco democrático impuesto, la acumulación capitalista y la guerra eterna entre élites minoritarias capitalistas, que configuran el 1% de la población mundial y pueblos del Niorte y Sur Global sometidos a sus designios.

De la Armonía a la Contradicción Civilizatoria

Las civilizaciones humanas emergieron hace unos 6.000 años, cargadas de diversidad cultural, espiritual y epistemológica. En convivencia con valores comunitarios, solidarios, corresponsables, colaborativos y con voluntad de vida, fueron desplazados por el egoísmo, el individualismo, la acumulación de poder y capital. Las patologías del poder: estupidez estructural, idiotez política y demagogia destructiva, nos han conducido a una profunda deshumanización y pérdida del vínculo con la naturaleza y con los otros seres vivos del planeta

La Guerra: Negocio del Norte Global

La guerra se ha convertido en mercancía por las élites capitalistas minoritarias, alimentando la economía capitalista de Estados Unidos y la Unión Europea. Cuando desde el Norte se proclama “paz”, en realidad se promueve la guerra  como negocio y vía de resolución de crisis económicas irresolutas del capitalismo. La Organización de Naciones Unidas (ONU), secuestrada por poderes fácticos y hegemónicos, ha perdido eficacia en su papel mediador global, luego de su creación en la II postguerra europea intercapitalista,

Diálogo civilizatorio e intercultural: Transformación Global Ético-Civilizatoria

Frente a la crisis civilizatoria, el diálogo intercultural y civilizatorio es el camino de rehumanización y re-existencia para lograr la paz. Sin diálogo político ideológico, científico técnico y ético moral, justo, igualitario, inclusivo, verdadero, comprometido, respetuoso de los derechos humanos y derechos constitucionales entre pueblos, naciones y gobernantes como sus iguales, no habrá paz, sino excusas y pretextos para continuar en el callejón sin salida guerrerista, impositivo, genocida, etnocida y  epistemicida, conocido por la humanidad y sus resultados perversos, absurdos de cartografías territoriales mundiales injustas, desiguales y excluyentes, justificadoras de la explotación y extractivismo por apropiación violenta mediante guerras, para justificar la búsqueda de la paz. 

Reflexiones Finales

Como lo plantean Leonardo Boff, teólogo brasilero y Adolfo Pérez Esquivel, argentino, Premio Nobel de la Paz de 1980, urge construir comunidades dialogantes, activas, desobedientes a la violencia estructural. La paz no es solo ausencia de guerra, sino justicia compartida, inclusión, solidaridad y cuidado de la vida. Exijamos a la Organización de Naciones Unidas (ONU) el desarme nuclear, su democratización, fin del gasto militar como prioridad presupuestaria. La paz, se construye con unión, reconocimientos entre pueblos y naciones con respeto ético al derecho internacional, a las relaciones internacionales y diplomáticas, no violación de las soberanías de naciones por otras naciones hegemónicas e imperiales.