Pasito a pasito, los Estados Unidos quieren llevar al mundo a lo que fue denominada por sus medios de comunicación y la cinematografía hollywoodense, “El Viejo Oeste”.
Sí, llevar el mundo a los albores del Siglo XIX, territorio que les es propicio para instaurar su estilo de gobernar, mediante la violencia, la instauración de sanciones, ponerle precio a la cabeza de sus adversarios y volver a la proliferación de carteles del “Se busca”, con la respectiva recompensa en dólares.
La implementación de violencia fue una parte fundamental de la vida cotidiana en el Viejo Oeste. Allí expandieron sus colonos hacia el oeste de Norteamérica. La violencia se manifestaba en múltiples formas, como tiroteos, duelos, persecución de los nativos americanos, y el alquiler de matones en busca recompensas.
Mutatis mutandi, es lo que pretenden hacer con los países que no se someten a sus designios y que históricamente, también colonolizaron o explotaron, pero que ahora, para superar la crisis del sistema vetusto que implantado, pretenden nuevamente volver a los métodos violentos del pasado para chantajearlos y subyugarlos.
De esta manera los Estados Unidos busca desmantelar los estados adversarios, crear desestabilización, fomentar la violencia interna, socavar sus bases institucionales, promover la división y el odio en la población, soliviantar a militares para que realicen intentonas militares y golpes de estado, en fin, generalizar el caos, para ellos luego, pescar en rio revuelto, presentándose como los guardianes de las buenas costumbres, de la democracia y del hombre libre, tal y como lo recogen también, sus súper héroes de comiquitas.
Lo hacen contra cualquier país, no les importa que afecte a potenciales aliados, que sufren también los efectos:
Estados Unidos ha impuesto una nueva oleada de sanciones a unas 400 empresas y negocios de Rusia, India, China y más de una docena de otros países, acusándoles de suministrar productos y servicios que facilitan el esfuerzo bélico de Rusia.
Fíjense la desfachatez, de cómo justifican la implementación de sanciones, por supuestamente “suministrar productos y servicios que facilitan el esfuerzo bélico de Rusia”.
Justificación que les queda muy grande y es un descaro porque ellos como país armamentista, venden todo tipo armas de guerra a quien les ofrece dólares, sin importarles, como ha sido en el caso de Colombia y México, les han vendido a las Mafias de Narcotraficantes.
Incluso venden armas a sus propios ciudadanos. Estudiosos de la materia han revelado que los Estados Unidos es el único país del mundo donde hay más armas por cada ciudadano. Y esto se refleja en las matazones que a diario nos informan los portales internacionales, llegando al extremo con sus últimas medidas de armar a maestros, profesores y alumnos, tal es la ola violencia generalizada que allí existe.
En el cado de Rusia: Las sanciones comprenden la inmovilización de bienes y la prohibición de entrar en el territorio de la UE y afectan a más de 2100 personas y entidades rusas, entre las que figuran el presidente ruso Vladímir Putin y el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov.
Poco les ha faltado para que en esta obsesión sancionatoria le pongan precio a la cabeza de Vladimir Putin y Sergéi Lavrov.
Pero el descaro llega a magnitudes que rayan en la ética política. Mientras aplican sanciones, bloquean y pone precio a la cabeza de presidentes electos constitucionalmente, respaldan y hacen suyos a dictadores incursos en violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad, como los casos de Pinochet, Somoza y otros dictadores, que consideran “hijos de puta”, pero sus “hijos de puta”.
Es precisamente ese doble rasero, que está hundiendo la credibilidad que otrora, podía posicionar Estados Unidos al Mundo. Hoy por hoy ni los presidentes de los Estados Unidos, ni sus gobiernos pueden tratar de dar lecciones de moralidad al orbe. Llegan incluso, como ha sido el caso de las últimas elecciones de elegir como presidente a un ciudadano que es un delincuente como se desprende de la actuación judicial de sus propios tribunales.
Creo si no me equivoco, que el caso de Donald Trump, es único en el mundo: al ser designado como presidente con sentencias en contra, es decir, tipificado por sentencia como delincuente o criminal como lo califican ellos, en su jerga jurídica.
Con el estilo de viejo oeste de poner precio a la cabeza de dirigentes políticos de otras naciones que los adversan, los Estados Unidos no sólo violan del Derecho Internacional, sino que fomentan la violencia y el terrorismo, que ellos dicen condenar.