La jauría contra Venezuela

“Como no me voy a reír de la OEA, si es una cosa tan fea, tan fea que causa risa”

Carlos Puebla

A medida que transcurre el tiempo se han ido despejando las incógnitas sobre el papel que cumple el “Ministerio de las Colonias” (OEA) en el continente americano y sobre todo, en lo relacionado con la República Bolivariana de Venezuela.

Para nadie es un secreto el papel que cumple esta organización internacional, en esta parte del mundo, desde el momento en que fuera creada: “La Organización de los Estados Americanos (OEA) es una organización internacional panamericanista de ámbito regional y continental creada el 30 de abril de 1948, con el objetivo de ser un foro político para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América. La declaración de la organización dice que trabaja para fortalecer la paz, seguridad y consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico favoreciendo el crecimiento sostenible en América o las Américas.

En su accionar busca construir relaciones más fuertes entre las naciones y los pueblos del continente. Los idiomas oficiales de la organización son el español, el portugués, el inglés y el francés. Sus siglas en español son OEA y en inglés OAS (Organización of American States)”. (Internet-Wikipedia)

El espíritu de su creación desde luego que estuvo siempre motivado por el mismo que suponemos inspiró a las otras organizaciones internacionales (ONU, Consejo de Seguridad, etc.) nacidas luego de la primera y la segunda guerra mundial con un afán de paz e integración, pero que luego por razones ya archí conocidas, en el caso de la OEA, pasó a ser un instrumento del imperio norteamericano.

La actuación de la OEA sobre todo en América Latina (Centro América y Sur América) ha estado caracterizada por un afán intervencionista y como un tentáculo del imperio norteamericano, que muy bien lo definió el Comandante Fidel Castro y que fue ratificado por el Comandante Hugo Chávez, como “El Ministerio de las Colonias” de los EEUU.

La secuela de actuaciones nefastas ha estado a la vista de todos y su accionar como títere del imperio, ha alcanzado su objetivo con indicadores de intervenciones y expulsiones como ocurrió con la Cuba socialista.

Venezuela no podía escapar a este filtro y a pesar de los avances y el aprendizaje de los países que la conforman (OEA), todavía hoy luego de idas y venidas, el imperio mueve sus peones dentro de ella y trata de reactivar este viejo instrumento ya calificado de “fracasado” y de hipócrita cascarón de los perritos falderos del imperio norteamericano, quienes en algunos casos, como ahora, despiertan a defender a su amo.

Es por esta razón que no deja de resultar un importante capítulo en la historia de los países del continente latinoamericano, el proceso que actualmente vive Venezuela, con la llegada del Comandante Chávez y la Revolución Bolivariana al poder (hoy con el Presidente Nicolás Maduro) y su repercusión en la Patria Grande que tanto ruido le ha generado al imperio.

Ante los retrocesos en algunos países con experiencias golpistas y cipayos, quienes tratan de activar contra la Patria de Bolívar la confrontación (a través de la Carta Interamericana), se reavivan las respuestas que no se hacen esperar y las cuales ayudan a ubicar a cada país dentro del contexto de los nuevos tiempos, en los cuales se caen las máscaras de los hipócritas y serviles; tanto en los escenarios internos del país, como fuera de nuestras fronteras, en este caso la Patria Grande.

La lucha no es fácil para conquistar espacios de independencia y de libertad, cuando a cambio de un puñado de dólares se compran las conciencias de quienes no solo venden su alma al diablo, sino también a su Patria, a la cual niegan porque están hechos de miseria humana, que siempre ha estado presente en la historia de la humanidad.

Hoy solamente vivimos un nuevo capítulo con las idas y venidas de traidores y de los que como perritos falderos no tienen conciencia de la voluntad de los pueblos a quienes dicen representar pero que solo traicionan.

Desde adentro o desde fuera de cada uno de nuestros países, quienes también viven su calvario y su propia cruz, se dibujan los pilatos y los nazarenos.

La mesa está servida y la ultima cena apenas comienza. El beso de Jesús a Judas Iscariote apenas nos recuerda un episodio. La jauría de judíos (todavía siguen presentes) y atacan con sus fauces desatadas para alcanzar el objetivo y su plato apetecible: la Venezuela y sus riquezas.

Los traidores nunca faltarán y por eso están como caimán en boca de caño en Washington a la espera de los bocados, en las puertas de la OEA, confiados en el veredicto de la carta interamericana. Muchos deberán ser juzgados por las leyes venezolanas por traición a la Patria y otros por las leyes internacionales, como los judas de la Patria Grande.

Ya lo dijo Walter Martínez en su Dossier al referirse a su paisano, el mal nacido Luis Almagro. A mostrar su rostro ante las cámaras señaló: Allí se observa la cara de la traición la cual será absorbida por el basurero de la historia.

Mientras la función continua debemos prepararnos para afianzar nuestra Revolución y hacer justicia contra los perros falderos del imperio y seguir en la lucha por el despertar de los pueblos de América Latina que hoy marcan el rumbo en el nuevo despertar del mundo nuevo y que son testigos del caer del maremágnum de contradicciones, del hasta ahora imperio más poderoso de la tierra; porque a cada cochino gordo le llega su sábado.

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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