Fascismo del Siglo XXI

 

“…Y, sin embargo, mi pueblo me ha olvidado hace ya mucho tiempo.

 

Qué bien andaban tus pies en busca de amor.

 

Conoces todos los caminos, aún los del crimen.

 

Mira tus manos manchadas de sangre,

 

no de bandidos sorprendidos en el crimen,

 

sino que de inocentes…”.

 

La Biblia, Antiguo Testamento,

 

Libro del Profeta Jeremías, 2, 32 al 34. 

Inaceptable. Criminal. Inhumano. Canalla. Cobarde. Brutal. Solo con estos epítetos, podemos calificar el ataque que en aguas internacionales, las Fuerzas de Defensa Israelí lideraron recientemente contra una flotilla de barcos que se dirigían a Gaza, con medicinas y alimentos a los fines de que los mismos se destinaran a la sufrida población de esa porción del territorio Palestino, que el Estado sionista y terrorista de Israel, redujo desde el 2007 a un gueto, donde hombres, mujeres y niños son sometidos a los más espantosos vejámenes y a la peor de las penurias, por parte de unas fuerzas de ocupación terrófagas, asesinas y racistas, que en su diario accionar retan a la comunidad internacional, violando flagrantemente las más elementales normas del derecho internacional y humanitario, con la venia del Gobierno de los Estados Unidos.

La suerte del pueblo palestino, pareciera no dolerle sino a unos pocos gobiernos del mundo, como el nuestro,  que había roto relaciones con ese atajo de bandidos que gobiernan Israel, desde la puesta en marcha de la denominada Operación “Plomo Fundido” del 2007 y que en contravía a los Acuerdos de Ginebra, oficializó el uso de fósforo blanco en las municiones del ejercito judío, en contra de la población civil – indefensa y desarmada – palestina, entre otras cosas. Hasta ahora, retórica aparte, nada o casi nada se ha hecho, en aras de sancionar a un gobierno impresentable, cuyo Canciller fue nada más y nada menos, que procesado por corrupción y cohecho. Hasta ahora, solo el gobierno de Nicaragua, se ha atrevido a romper relaciones con el Estado Sionista. Lo demás han sido puras resoluciones inútiles, en las que los Jefes de Estado de EEUU, los de la UE y otros, incluidos esa úlcera venérea llamada El Vaticano, solo han manifestado “sentirse preocupados”, por lo que a todas luces, no es sino otro, de los muchos crímenes a los que nos tiene acostumbrados el “pueblo elegido” de Israel. Recordemos Sabra y Shatila. Recordemos los bombardeos selectivos que a plena luz del día, han hecho y siguen haciendo en urbanizaciones civiles, asentadas en territorio palestino. Recordemos la ocupación del Sur del Líbano. No olvidemos el despojo que hicieron a Siria de las Alturas del Golán, la disputa con Egipto sobre el Golfo de Aqaba y el irrestricto apoyo que por Latinoamérica, dieron en el pasado y siguen aun dando, a las fuerzas militares y paramilitares más reaccionarias de este continente, las de Colombia, a las que entrenan y preparan para que ejecuten acciones terroristas contra su propio pueblo y hacia países vecinos, cuyos gobiernos progresistas, han tenido el coraje de denunciar sus atrocidades y crímenes.

Afortunadamente, la de los gobiernos del mundo, no ha sido ni será la posición de miles y millones de ciudadanos comunes y corrientes, amas de casa, trabajadores, desempleados, en fin, seres humanos que han salido a las calles de las principales ciudades del planeta, a protestar ante este nuevo atropello de un pueblo, que pareciera estar vengándose de la humanidad, por los hechos del holocausto al que fueran sometido durante la Segunda Guerra Mundial, a manos del fascismo, que en el Estado de Israel, tiene su asiento y expresión mejor acabada y renovada en pleno siglo XXI. 

rubenvillafa@hotmail.es


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Rubén Villafañe


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