14-03-18.-Durante las manifestaciones suscitadas en el municipio Sucre del estado Zulia, a raíz de los continuos apagones, siete efectivos de la Guardia Nacional (GN) resultaron heridos con objetos contundentes, al tiempo que los manifestantes aprovecharon la eventualidad para saquear el centro de distribución de las cajas Clap en el poblado de Caja Seca, según reporta el portal El Pitazo.
Así lo confirmó Leonardo Dávila, vocero del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia, al precisar que el día lunes se escenificaron las manifestaciones en las cercanías de la sede de Corpoelec en el eje Panamericano, donde los protestantes al verse acorralados por los gendarmes, arremetieron con piedras en contra de los funcionarios que impedirían la quemas de cauchos, saqueos y cierre del Puente sobre el río Torondoy.
Indicó que los oficiales se encuentran en observación médica sin mayores daños. Están acantonados en la compañía de El Batey dependiente del Destacamento 115 de la GN, lugar al que debió trasladarse el Teniente Coronel Gustavo Bustos, jefe del componente, cuyo organismo aprehendió a tres manifestantes este martes 13 de marzo.
Daños y destrozos
El Secretario de Gobierno por el ejecutivo regional, Gulybert Antúnez, indicó que los manifestantes aprovecharon la eventualidad para saquear el centro de distribución de cajas Clap, de donde sustrajeron unas 500 unidades que serían distribuidas en las poblaciones costeras de Bobures y El Batey.
A su vez indicó que hurtaron dinero en efectivo, mobiliario, filtros de agua, la máquina contadora de billetes al tiempo que saquearon la farmacia aledaña al Puente Torondoy que une a Nueva Bolivia, municipio Tulio Febres Cordero de Mérida con Caja Seca, parroquia Rómulo Gallegos del municipio zuliano de Sucre.
“Desde Corpoelec nos manifestaron que las fallas están siendo corregidas y que en 15 días o menos, pueden resolver esta situación. Esperamos que sea menos tiempo porque eso ha incomodado a la gente y ha hecho que los delincuentes se infiltren”.
El municipio Sucre tiene una población aproximada de 200.000 habitantes distribuidos en seis parroquias, en las cuales la totalidad de los habitantes han tenido que padecer por el racionamiento de entre tres y cuatro horas diarias, lo que ha imposibilitado las operaciones comerciales y el desarrollo normal de las actividades sociales.
