Por la paz

Paro general en Margarita contra la inseguridad

Un hijo mas que se va, cuantos se han ido, un hijo que mas que se fue, cuantos faltaran...

El hampa común, ese termino de hampa común pareciera indicarnos que es común que exista el hampa, como si fuera algo pegado de manera inseparable de nuestra sociedad; bueno “el hampa común” ayer cobró la vida de otro hijo de Margarita, de otro hijo de Venezuela, de otro joven bautizado en la fe de la virgen del valle. 

Y hoy que la familia margariteña se abraza una vez mas en desesperado grito de agonía, voces provenientes de todos los rincones de la isla llaman a un paro de actividades en toda la geografía insular. 

Era un paro simbólico, era solo una manera de reencontrarnos en oración y reflexión, para buscar en conjunto una luz que nos indique el camino, era una convocatoria a paro para tratar de reencontrar las raíces perdidas entre tanto agite diario y tanta planificación al futuro, era un paro convocado para llamarnos la atención a nosotros mismos, sobre que estamos haciendo, hacia donde estamos transitando. 

Digo era una convocatoria a un paro simbólico porque, a medida que van apareciendo las opiniones de los que fueron elegidos para trabajar por la comunidad es decir, aquellos que voluntariamente se ofrecieron a invertir su tiempo en resolver los problemas y aportar planes para mejorar la convivencia, otro sentimiento se incrusta en los corazones y en las ganas de quienes queremos resaltar lo peligroso de la senda que estamos llevando como seres humanos en general. 

El gobernador del estado dice que con paros no se resuelven los problemas, seguro que también dirá que con misas y oraciones menos y yo realmente estoy parcialmente de acuerdo con él, eso es verdad, pero si no logramos llamar su atención, si no logramos distraerlo por lo menos unas horas de la gallera o de sus viajes a Europa a buscar nuevos gallos para su colección, entonces nunca tendremos quien se ocupe de buscar lo que si solucione el problema. 

Que la inseguridad es un problema nacional e incluso mundial, eso lo sabemos todos, pero si no se ataca entonces pasa de ser de un problema a una epidemia y luego a una endemia que llevará al Estado a una destrucción total, como vemos hoy en el también estado turístico de Acapulco en Méjico, quizás ese estado también tenía a un gobernador dominado por el vicio del juego y eso le impidió estar presente en lo que se desarrollaba a su alrededor, o quizás era un alcohólico como alguno que ya dejó su huella liquida en el Estado Nueva Esparta o narcotraficante como se rumorea que es alguno en estas tierras. 

El punto es que la sociedad se construye con el aporte de todos, entonces todos somos responsables de lo que nos sucede, algunos por cómplices del delincuente, sea este un “hampón común”, o un policía, o un guardia nacional, o un alcalde, o un gobernador, sean sus actos delincuenciales el robo, el asesinato, la matraca, la comisión, la indolencia, la ineficiencia, la desidia, o cualquier acto que afecte el desarrollo sano y eficiente de la sociedad en general. 

Es tan culpable el “hampón común” como el “político común” que engañó a medio mundo para tomar en asalto permanente las arcas del estado, es tan culpable el “hampón común” como “el elector común” que vendió su conciencia e irresponsablemente “eligió” al “político común” para que este como es común distribuyera a su antojo las “responsabilidades” en su equipo de gobierno, mientras se dedica a su “pasatiempo común”, sea este el que sea. 

Un paro por la paz, un paro por la sana convivencia debería ser la oportunidad de la máxima reflexión y del compartir las responsabilidades para entonces, cabeza fresca sentar las bases sobre las cuales se pavimentaría en roca o mármol el camino que debemos transitar. 

No dejemos que otro hijo se nos vaya de esa manera, con firmeza exijamos a los gobernantes seriedad y responsabilidad, no aceptemos un no se puede, no aceptemos un “con eso no van a solucionar nada” Exijamos justicia pero por sobre todas las cosas exijamos responsabilidad. 

No permitamos que otro hijo se nos vaya de esa manera, peleemos con fuerza y con firmeza y paremos todas las actividades que nos distraen y que permiten que gente sin escrúpulos y sin corazón se aproveche de que nadie los observa para dedicarse a las eternas vacaciones mientras su supuesto “equipo de trabajo” hace lo que le provoca. 

¿Que con paros no se resuelve nada? Es posible, díganos entonces señor gobernador ¿con que se resuelve?, ¿Dónde están sus planes de seguridad? ¿Dónde su equipo? ¿Dónde los planes de educación preventiva? ¿Dónde los de salud? En fin ¿Cómo se resuelve, pues, el problemas de la inseguridad? ¿Lo sabe? ¿No lo sabe?, ¿va a prometer para su próximo periodo atacar la delincuencia?...tantas preguntas sin respuestas; ¿Dónde esta el control de puerto y aeropuerto para prevenir el transito de delincuentes, armas, drogas?; ¿Cómo se controla la entrada y salida de la Isla en los puertos de Punta de Piedras, el Yaque, La Isleta, El faro, Pampatar, Moreno, Manzanillo, Juan griego? ¿Es imposible? ¿Es muy difícil instalar en cada punto una caseta de vigilancia? ¿Dónde están los tan promocionados concejos comunales que supuestamente tienen la obligación e velar por sus comunidades? ¿No hay concejos comunales en los pueblos que tienen puertos?. 

Un paro por la paz es necesario, Un alto en el camino es obligatorio, esto va con todos, aquí la culpa es de todos, porque hasta la indolencia y negligencia de quienes administran en nuestro nombre los recursos del estado son nuestra responsabilidad, nosotros los elegimos, exijámosles pues!!!. 

No permitamos que el hampa siga siendo común en nuestra sociedad, no permitamos que nos arrebaten a nuestros hijos, padres, hermanos, amigos…Unámonos por una Margarita mejor, por una Venezuela mejor, por un mundo mejor. 

Yo si voy al paro, con la esperanza de que el silencio de las industria sin trabajadores, de las avenidas sin vehículos, de los boulevares sin gente, haga tanto ruido que llegue como un rayo fulminante a quienes tienen la enorme responsabilidad de salvaguardar nuestra vidas terrenales, ojalá que hasta las galleras cierren por un día las actividades y así el gobernador de margarita recuerde que un día fue electo para gobernar y que los problemas que no tienen solución son los que no se enfrentan; si eso sucede entonces el paro habrá sido parte de la solución. 

oscarajimenezr@gmail.com



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Oscar A. Jimenez


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