Amigo escuálido, no te dejes: guarimbea

Con el correr de los días, en el camino a las elecciones parlamentarias, el sendero se les cierra a ciertos personajes de la oposición que tenían cifradas sus esperanzas en alcanzar una curul en la Asamblea Nacional.

En los últimos días, hemos sido testigos, los rojos rojitos, de las pugnas, casi que callejeras, a puñal y verduguillo que han librado y está librando, la derecha escuálida en su objetivo de alcanzar un puesto salidor para la Asamblea Nacional.

Es así como hemos visto los métodos refinados que están utilizando para llegar al consenso. Así, en valencia, en donde la mesa de la unidad se reunió para tal fin, la coñaza entre ellos fue de antología. Allí hubo de todo: sacadas de madre, hijo de putazos, patadas, coñazos y hasta sangre hubo, por cierto, roja rojita, nada de azul azulita.

Este motín valenciano; cuarto republicano, casi carcelario y digno de ser llevado a Nat Geo, en esa tan educativa serie de televisión de motines carcelarios que ocurren en prisiones del imperio y que nos las presentan las cableras casi que como pieza de cinematografía de Hollywood, me retrotrajo a las antiguas trifulcas de los cabilleros adecos quienes en sus CDN ¿recuerdan esas siglas? (Comité Directivo Nacional) dirimían sus diferencias muy democráticamente: a coñazos y cabillazos.

Pero bueno, ese no es el tema. Decíamos al principio de estas líneas, que muchos escuálidos, han cifrado sus esperanzas en estas elecciones y entre ellos se cuentan los comisarios convictos Henry Vivas, Lázaro Forero y un tal Iván: Iván Simonovis.

Estos tres pajaritos, una vez más, como buenos representantes de esa vieja generación adeco copeyana acostumbrada a irse del país después de cometer sus fechorías por los caminos verdes, tal cual como un Henry López Sisco, tuvieron la idea, o alguien se las vendió, que ellos, los comisarios condenados, podrían ser potenciales candidatos a ocupar una de esas curules y de esta manera burlar la justicia venezolana. ¡Pero que decepción!

Es lastimosa la forma como escribe el comisario Lázaro Forero al ver desvanecer ante sus ojos la única posibilidad de librarse del brazo de la justicia, cuando sus compañeritos escuálidos, después de haberse servido de él, como verdugo en contra del pueblo caraqueño en los sucesos del 11 de abril de 2002 lo desechan cual condón y lo sacan del puestos que él considera salidor y lo envían a un circuito con pocas posibilidades. Y es que tanto sacrificio no puede esperarse de la crápula escuálida oligárquica como para darle paso a un pobre diablo como Lázaro Forero y quitarle el chance a otro de más rango social; por tanto, a la hora del té, a la hora del bullicio de los cocíos, le han dado una patada por el trasero y lo han dejado como la guayabera: por fuera.

Ahora uno se pregunta: ¿Y dónde está esa masa escuálida; muy escuálida de apenas un 35% y me estoy refiriendo al pueblo; o mejor dicho, a su sociedad civil votante, que son tan innobles con sus presos políticos como ellos los llaman, que no son capaces de guarimbear frente a las locaciones en donde se reúne la directiva de la mal llamada mesa de la unidad?

¿Por qué, por ejemplo, no se organizan y toman las calles o toman su vecindario a manera de protesta por tan miserable acto de poca solidaridad de los directivos de la mesa de la unidad con sus héroes convictos? ¿Por qué no salir a guarimbear entonces?

Si yo fuese uno de ellos, por dignidad, lo haría.

Ojalá y esto sirviese de ejemplo para tanto pata en el suelo venezolano y otros tanto que no siéndolos porque disfrutan de una mejor condición socio económica; condición social mejorada, por cierto, desde hace diez años a esta parte desde que la revolución es revolución y me refiero a la clase media disociada, para que en definitiva entendieran que la derecha no tiene amigos y mucho menos ve amigos dentro de ella. La derecha tiene intereses, pero no amigos y que cuando la derecha, la oligarquía, se arrima al pueblo, al pobre pueblo y a la clase media, en especial la disociada, es para servirse de él y de ella y nunca para mejorarlos en sus estándares de vida.

El socialismo, es la única vía que conozco para la consecución de esa igualdad y para transitar una vida con dignidad y decoro.

¡El que tenga oídos, que oiga!


(*) Médico

elieceralvarado@hotmail.com


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Eliécer Alvarado (*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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