Encuentros disociados del tercer tipo (VI)

Antes de las últimas elecciones presidenciales un venezolano también residente del “imperio” me hizo una pregunta: “¿Por qué no te mudas a Venezuela a defender la revolución?”

Yo me quedé sin palabras y rebosado de admiración. Me lo imaginé vendiendo su casa y haciendo maletas para mudarse a Venezuela el mismo momento que se publicara el primer boletín dando a Rosales como ganador. Imposible competir con semejante abnegación por la patria...

Bueno, ahora hablando en serio. “Con la vara que midas serás medido” es un principio bíblico del que están exentos los “místicos” de la sociedad civil.

La oposición en Venezuela tiene dos enormes problemas. Uno de ellos es la falta de liderazgo. No es que les haga falta gente con capacidad. La verdad es que la tienen. El problema radica principalmente en la falta de causa política.

A diferencia del dilema de quien fue primero, si el huevo o la gallina, la solución al dilema entre un líder o una causa es más definitiva: no puede existir un líder sin causa y, la causa va definitivamente por delante.

La realidad también hay que reconocerla: estar en contra de absolutamente todo lo que propone el gobierno está lejos de poder ser considerado una causa política. Eso es más bien consecuencia de posiciones basadas en irracionalidades.

El otro gran problema de la oposición son sus simpatizantes y amigos. Pásese por un foro de Internet para que vea como actúan “los duros del teclado”. Métase en uno y diga, por ejemplo, que no hubo fraude.

No se sorprenda si terminan publicando su planilla de contribución al Seguro Social, sus notas de bachillerato y los nombres de los miembros de su familia. Todo con el propósito de “desenmascararlo” de acuerdo a íntegros representantes de la oposición que se esconden detrás de seudónimos.

“¡Aja!” “¡Vamos a debatir!”, dijo uno.

Les he dado el beneficio de la duda otras veces. Por qué no hacerlo una vez más.

“Por supuesto”, le dije. “De que se trata”.

Este debate era respecto a la supuesta doble moral del chavismo:

“Explícame como es que tu presi critica al imperio y tú vives allá disfrutando de esa ‘asquerosa’ sociedad capitalista”.

Aparte de su carácter explícitamente personal, lo interesante de reto-afirmaciones como estas es lo que se manifiesta implícitamente. Inconscientemente la oposición nos juzga con una estricta y elevada escala de valores imposible de aplicar a la mayoría de sus miembros. Esto de por si es un halago.

Obviamente no todos los que apoyamos al gobierno somos como aquellos que han sacrificado su familia y su vida por una causa. La realidad es que “por ahora” la mayoría solo somos electores. De estos, pocos nos atrevemos a expresar públicamente nuestras opiniones. Sin embargo, suena positivo que el contrario asuma que todos los chavistas no solo tenemos la determinación de sacrificarnos por la causa. Me parece magnífico que también asuman que es nuestra obligación.

A veces me pregunto si de verdad se mudarían a Venezuela el día que gane la oposición o si les dará peso de conciencia cuando cruzan el viaducto Caracas-La Guaira. ¿No es eso “beneficiarse” de las obras del odiado e ineficiente chavismo?

Pero hay otras cosas implícitas en el pedido de explicación. En base a ellas fue mi respuesta:

“Cuando se critica al ‘imperio’ se critica a ciertas decisiones del gobierno de USA que son de carácter ‘imperialista’. La crítica es en contra del gobierno, no en contra de la sociedad. Además, considerando que la popularidad de Bush ronda el 30%, la deducción obvia es que hay millones de norteamericanos que no comulgan con la política internacional del ‘imperio’. Eso es irrefutable. De estos hay millones que específicamente apoyan a Venezuela. Por ese apoyo, ¿Se deberían mudar?”

Si la propuesta inicial de debate fue de carácter personal, eso bebió haber servido de preaviso para lo que vino como respuesta:

“¡Te tengo pillao pajarito!” “¡Se exactamente donde vives!”

Parece que el desespero los invade cuando se quedan sin respuestas. Entonces apelan a su libre albedrío moral y comienzan a averiguar en donde vives, tu vida personal y de tus familiares, tanto de los vivos como de los muertos.

La mejor campaña a favor de la reforma constitucional es reconocer a aquellos que están en contra.

elio@vheadline.com


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Elio Cequea


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